El fin de semana en la Premier League ha quedado marcado una vez más por la irresponsable actitud de los ultras y por sus salvajes altercados que enturbiaron la celebración del Burnley - Arsenal, partido que concluyó con victoria del equipo de Mikel Artetas gracias a un gran gol de su fichaje estrella del verano, Martin Odegaard.
Sin embargo, el triunfo de los gunner pasó a un segundo plano cuando un grupo de violentos y radicales del conjunto de Londres se enzarzó en una impresionante batalla con los ultras del equipo del condado de Lancashire. Una imagen lamentable que ha vuelto a ofrecer la peor cara del fútbol
Los lamentables incidentes fueron bastante graves porque además se produjeron en el mismo estadio, con niños y agentes de seguridad de por medio que no podían escapar y que se veían dentro del enorme tumulto que se formó en uno de los graderíos del Turf Moor, el estadio del Burnley. Lo cierto es que las imágenes asustan al ver las ansias de pelea que tenían una y otra afición.
Los momentos de mayor tensión se produjeron cuando las dos facciones comenzaron a lanzarse objetos para hacerse daño. Las botellas comenzaron a volar sin control de un lado a otro por encima de las cabezas de los allí presentes dejando imágenes lamentables, de mucho miedo a juzgar por las caras de algunos aficionados que allí se encontraban sin tener nada que ver.
La Federación Inglesa de Fútbol tendrá que entrar a valorar y estudiar el caso para establecer las sanciones pertinentes e intentar espectáculos tan lamentables como estos no se vuelvan a repetir. Sin duda, es la cara más triste de la vuelta de los aficionados a los terrenos de juego.
Después de lanzamiento de objetos y de cruzar multitud de insultos, los ánimos se caldearon definitivamente hasta dejar unas imágenes realmente bochornosas. Solo la rápida actuación de los equipos de seguridad evitó que la cosa pasara a mayores, ya que las escenas que se estaban viviendo hacían presagiar que aquello podía terminar en una gran batalla.
Rápida actuación policial
Finalmente, a pesar de que algunos de ellos se iniciaron varias peleas con golpes y caídas rodando por los graderíos del Turf Moor, no hubo que lamentar grandes daños y la situación se pudo llegar a sofocar de una forma más o menos normal teniendo en cuenta la situación de estrés y tensión en un momento límite.
Al final, debido al lamentable espectáculo que ofrecieron aficionados de unos y otros equipos, lo de menos fue la vital victoria del equipo de Mikel Arteta que necesitaba los tres puntos como respirar tras un inicio de temporada que ha sido pésimo.
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