El Liverpool está viviendo una de las temporadas más complicadas de los últimos años. Se podría decir que ha pasado del todo a la nada y eso está pasando factura dentro del vestuario. Tener al frente a uno de los entrenadores más exigentes del mundo como es Jürgen Klopp es mucho más llevadero cuando se gana.
Sin embargo, cuando los resultados no acompañan a esas grandes exigencias, las grietas empiezan a aparecer. Y las grietas, cuando se tienen estrellas de por medio, pueden romper la estabilidad de cualquier vestuario. Solo así se explica la situación actual de un equipo que fue campeón de Europa hace dos temporadas y que hizo historia ganando la Premier League después de 30 años de sequía.
Ahora, el Liverpool afronta el final de la temporada más complicada en muchos años, eliminado en cuartos de la Champions League por el Real Madrid y fuera de la lucha por el título en Inglaterra. De hecho, su objetivo en estos momentos es pelear por meterse entre los cuatro mejores de la clasificación, algo que todavía no tiene cerrado.
Esta irregularidad manifiesta ha provocado algunas importantes disputas dentro de la plantilla del Liverpool, la más importante de ellas, que la enfrentó a Jürgen Klopp con Mohamed Salah, la estrella del equipo. Todas las informaciones que llegan desde Inglaterra apuntan a que la situación entre ambos es irrecuperable.
Entrenador y delantero llevan toda la temporada chocando a pesar de que el egipcio ha seguido jugando normalidad y siendo la referencia de un equipo que, eso sí, ya no le acompaña como lo hacía en temporadas anteriores. El curso de sus compañeros de delantera, Sadio Mané y Roberto Firmino, está siendo muy deprimente y solo el nivel de Diogo Jota ha mantenido parte de su potencial ofensivo.
Por ello, no es de extrañar que el jugador egipcio haya sonado ya para reforzar a diferentes equipos con mucho nombre en Europa, ya que desde Anfield no descarta que pueda haber una salida de su gran estrella e incluso una reestructuración de un equipo que se ha caído incomprensiblemente en los últimos meses. El PSG, ante la más que probable salida de Kylian Mbappé, puede ser el que se lance definitiva a por su fichaje.
El desplante de Mané
Sin embargo, la ruptura entre Klopp y Salah parece no ser la única que amenaza la poca estabilidad que le queda al Liverpool, ya que su último partido ha evidenciado el malestar que también tiene Sadio Mané con el técnico alemán. A pesar de haber sumado una importante victoria frente al Manchester United, el delantero africano negó el saludo a Klopp tras el pitido final.
Además, Sadio Mané no se preocupó lo más mínimo en esconderse ni en ocultar su desplante al técnico, ya que lo hizo delante de las cámaras y a la vista de todos. Klopp fue saludando a varios jugadores con los que cruzaba en su camino, muchos de ellos del Manchester United, y cuando llegó a Mané, le tendió la mano, pero este se la rechazó diciéndole incluso que no y lanzando una de sus vendas al suelo con rabia, haciendo todavía más evidente su desplante y su enfado.
Tras el partido, Klopp fue preguntado por este momento y el técnico le restó importancia, asegurando que efectivamente Mané le había negado el saludo, pero que se trataba de un enfado puntual por la suplencia del extremo, algo que había sido un plan de última hora que no había tenido tiempo de explicarle y que había pillado por sorpresa a todos.
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