¿Pudo el Atlético haber sacado mayor ventaja? Obviamente, sí. Jugó mejor, tuvo más ocasiones y estuvo a punto de sentenciar la eliminatoria. ¿Pudo ser peor la noche? Seguramente, también. De no ser por Oblak, lo habría sido, porque el esloveno sacó dos buenos balones en momentos claves: un mano a mano de Martins en el primer tiempo y un disparo de Bryan Ruiz en el último minuto. ¿Conclusión? El equipo de Simeone viajará a Lisboa con todo a favor, un buen resultado y, sobre todo, con una sensación de superioridad que certifica lo dicho una y mil veces: a este equipo se le queda pequeña la Europa League [narración y estadísticas: 2-0].
Realmente, el Sporting no es tan mal equipo como podría sugerir el resultado. De hecho, durante gran parte del partido, los portugueses conjugaron buen juego con ocasiones. Incluso, con algunas muy claras. Por ejemplo, ese uno contra uno mencionado de Martins con Oblak. O aquel otro cabezazo de Bas Dost. O cualquiera de las múltiples aproximaciones que hizo en la primera mitad el conjunto de Jorge Jesús. Sin embargo, sus fallos lo penalizaron. Lo hizo a los 30 segundos, con un mal pase de Coates que aprovechó Koke para anotar el primer gol del partido. Y, después, con otro error de Mathieu, que le dejó el balón franco a Griezmann para que este enfilara hacia portería y la dejara pegadita al palo derecho.
El Atlético hizo dos goles con facilidad y se gustó. Incluso buscó el tercero, pero no lo encontró. Lo intentó sin cesar, pero en la segunda mitad no supo aprovechar los fallos de Coates, que hizo buenos a Coentrao y Mathieu. O, mejor dicho, los convirtió en futuros aspirantes a ganar el Balón de Oro, porque vaya partido del luso… El defensa, hasta en dos ocasiones, erró en el marcaje y dejó que Diego Costa se plantara solo delante de la portería. Eso sí, tuvo la suerte de su lado: el hispano-brasileño falló ambas delante de Rui Patricio.
Con ese resultado encaró el final del encuentro el equipo de Simeone. Sin Correa, pero con Gameiro. Sin Diego Costa, pero con Vitolo. Sin Griezmann, pero con Thomas. Con esos cambios, el Cholo cerró el partido, aceptó el resultado y puso la mirada en el derbi del fin de semana. El domingo, se las tendrá que ver contra el Madrid, y con un 2-0, su equipo no debería tener problemas en Portugal. Todo eso es una certeza. Como también lo es que el Atlético desaprovechó la oportunidad de llevarse una mayor renta a la vuelta de cuartos de final.
¿El problema? También estuvo a punto de acabar el partido con un mal resultado. En el último minuto, Bryan Ruiz enganchó una pelota en la frontal y Oblak tuvo que despejarla. Al final, el Atlético tuvo suerte, pero poco importa. Pone un pie y medio en semifinales de la Europa League. O lo que es lo mismo: está a tres partidos de levantar el trofeo. Antes está el derbi, pero la mirada está fija en Lyon.
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