Toni Kroos ya es leyenda inactiva del fútbol. Después de su retirada en el Real Madrid esta temporada, el centrocampista se enfrentaba a su última aventura con Alemania en la Eurocopa en la que los germanos ejercían como anfitriones. Iba a ser su último servicio y soñaba con cerrar su carrera deportiva con un éxito inolvidable, pero España se interpuso en su camino.
La Selección apeó a la anfitriona con total merecimiento y de paso, de manera involuntaria, puso el punto final a uno de los jugadores más talentosos que han pisado un césped durante los últimos años.
No fue el día soñado de Toni Kroos. Tampoco su partido más elegante. El germano mostró una faceta casi desconocida, mucho más activo a la hora de dar duras patadas a sus rivales y de cortar el juego de España, que de generar juego y distribuir el balón para los suyos.
El dato es tan escalofriante como esclarecedor. Toni Kroos firmó en los 120 minutos que jugó contra España en los cuartos de final cinco faltas, es decir, las mismas que cometió a lo largo de toda la temporada en Champions League con el Real Madrid. Y ahí terminó levantando el título.
Amonestado e incluso al borde de la expulsión, Kroos mostró una dureza muy poco habitual en él. De hecho, con una entrada suya lesionó a Pedri, que sufre un esguince de ligamento lateral y que le hará perderse el resto de la Eurocopa. La forma menos elegante con la que soñó despedirse del fútbol profesional.
Una falta tras otra
Un par de minutos tardó apenas Toni Kroos en hacer su primera falta en los cuartos de final ante España. Con la Selección espoleada en el arranque y habiendo rozado el gol en la primera jugada, Pedri lanzó un contraataque desde el campo propio que suponía una amenaza para la defensa germana.
Ahí estuvo atento Kroos para frenar la acción y, como buen centrocampista, hacer una falta táctica lejos de su portería. Sin embargo, quizás se excedió en la fuerza porque la manera de detener a Pedri terminó con el jugador del Barcelona lesionado y despidiéndose de la Eurocopa.
El germano metió su pierna izquierda para detener el avance Pedri, y ahí chocaron las rodillas. El peor parado fue sin duda el del Barça, que se quedó tendido durante varios segundos sobre el terreno de juego y posteriormente pidió el cambio.
Los jugadores españoles pidieron con insistencia la cartulina amarilla para Kroos, pero el colegiado Anthony Taylor, seguramente pensando que el partido tan sólo acababa de empezar, decidió hacer la vista gorda. No fue la única acción dura que firmó el ex del Real Madrid en el choque, que además terminó viendo la cartulina amarilla en la segunda mitad.
Fue en una acción en la que Dani Olmo se marchó gracias a su desborde y el centrocampista germano no tuvo más remedio que agarrarle para impedir su avance. Incluso más adelante se llegó a pedir la segunda cartulina amarilla para Toni Kroos en otra acción, pero el árbitro tampoco cayó en estas peticiones.
Eso sí, su calidad no se vio mermada por esta otra faceta más defensiva. Firmó un 91,6% de acierto en el pase que, aunque fue menor al 95,4% que venía promediando en la Eurocopa, sigue siendo un guarismo muy a tener en cuenta.
Kroos terminó el partido con cinco faltas cometidas, las mismas con las que cerró la pasada edición de la Champions League. Es decir, el germano cometió las mismas infracciones en 120 minutos contra España que en 12 partidos de la competición de clubes más exigente del mundo, un reflejo de lo que exigió el conjunto de Luis de la Fuente en estos cuartos de final.