Bellingham durante el partido entre Inglaterra y Eslovenia.

Bellingham durante el partido entre Inglaterra y Eslovenia. REUTERS.

Eurocopa

Una Inglaterra de mínimos amarra los octavos de final ante una combativa Eslovenia que hace historia

Los de Southgate, tras otro rácano encuentro, acaban líderes de grupo y se encuentran un cuadro relativamente despejado hasta la final. El cuadro esloveno se clasifica a octavos por primera vez en su historia. 

25 junio, 2024 23:06

La racanería y la historia se dieron cita en Colonia. El primer intangible lo encarna Inglaterra, o mejor dicho, Gareth Souhtgate. Los suyos precintan la fase de grupos con una única victoria, dos goles a favor y uno en contra. Pobres registros para un combinado llamado a pelear por el trofeo el próximo 14 de julio en Berlín.

El segundo condicionante lo humaniza una combativa Eslovenia que por primera vez en su historia se cuela entre las 16 mejores selecciones del Viejo Continente. Lo hace invicta, sin haberse arrodillado ante nadie. Ni Dinamarca, ni Serbia ni la mencionada Inglaterra han podido con la solidez defensiva y la organización compactas de sus líneas. 

El cuadro esloveno es un equipo que se reduce a las dos áreas. En la propia cuenta con un portero mastodóntico como es Jan Oblak, siempre escudado de su defensa y en ocasiones del centro del campo y en la contraria, donde aparece Sesko a la carrera porque los de Kek rehúyen de adornos y virguería y se expresa al contragolpe. Así minimizó sus carencias y maximizó sus virtudes para precintar su clasificación dentro del grupo rácano de la Eurocopa. 

Seis partidos después, cinco de ellos resueltos con empate, hubo que aplicar todo tipo de criterios para conocer al dueño de la segunda plaza que finalmente fue de Dinamarca. A Eslovenia no le importa, celebraron la parada de Oblak a Palmer como si de un pase a octavos se tratara. Sí, de Palmer. Souhtgate estuvo ostentoso y al fin hizo debutar a uno de los mejores futbolistas de su vestuario. 

Todos acabaron contentos con el final, tanto eslovenos como ingleses, pero los segundos dan continuidad a las dudas generadas tras sus dos primeros duelos. Pese a la rácana propuesta, acceden a octavos como primera de grupo y por el lado cuyo camino hasta la final es relativamente más cómodo. Es imposible conseguir más con menos.

Bellingham durante el partido de Inglaterra contra Eslovenia.

Bellingham durante el partido de Inglaterra contra Eslovenia. REUTERS.

La única ocasión en la que Inglaterra combinó de primeras acabó con gol de Saka, posteriormente anulado por fuera de juego de Foden en la pared con Gallagher. Fue el único resquicio de un primer tiempo de espanto. Con nula movilidad de los jugadores y por consecuenta nula fluidez en la posesión. La pizarra eslovena y el mal hacer inglés se daban la mano porque el empate beneficiaba a ambos. 

Ni siquiera Turpin, que no añadió minuto alguno en el primer tiempo, quiso ser cómplice de lo que se llevaba a cabo en el verde. Southgate dio entrada a Mainoo, en busca de algo diferente, y posteriormente a Palmer, mientras Eslovenia realizaba sustituciones con el objetivo de perder tiempo y se refugiaba en su área sabedores de que de el mejor premio es aquel que se comparte. 

Inglaterra tampoco se soltó la coleta en busca del gol, se limitó a dejar correr el reloj mientras amabaga con acercarse al área rival. Esfuerzo mínimo, pero recompensa máxima. A octavos y por el lado más asequible. Mejor, imposible.