La pizarra de Albania, una selección multicultural: 19 jugadores nacionalizados y reclutados por la IA
El cuadro albanés, integrado en un 73% por jugadores nacidos fuera de sus fronteras, encara el partido contra España como una final.
24 junio, 2024 09:00El vestuario de la selección albanesa refleja la diáspora que ha experimentado el país exsoviético a lo largo de las últimas décadas del pasado siglo y primera del actual. La guerra de los Balcanes dibujó un escenario geográfico con miles inmigrantes yugoslavos repartidos por el Viejo Continente. Albania en general y la selección de Sylvinho en particular, son el fiel reflejo de aquel retrato.
De los 26 jugadores convocados, únicamente siete han nacido en Albania. Gjasula, Laçi, Muçi, Asllani, Hysaj, Kastrati y Rey Manaj. El resto son futbolistas nacionalizados. Tres naturales de Kosovo, que no es reconocido como país independiente por varias naciones como Serbia. Cinco suizos, tres macedonios, tres griegos, dos alemanes, un italiano, un inglés y un español.
El éxodo de albanos está también está relacionado con el fin de la dictadura comunista de Enver Hoxha en 1985, lo que convirtió a las naciones colindantes en los principales países de acogida. Según publica la ONU, Albania posee 1,2 millones de emigrante, lo que representa un 44% de su población total, casi la mitad del país.
Nombre | País de nacimiento |
Etrit Berisha | Kosovo |
Ardian Smajli | Kosovo |
Mirlind Daku | Kosovo |
Jasir Asani | Macedonia del Norte |
Taulant Seferi | Macedonia del Norte |
Naser Aliji | Macedonia del Norte |
Strakosha | Grecia |
Enea Mihaj | Grecia |
Mario Mitaj | Grecia |
Berat Djimsiti | Suiza |
Arlind Ajeti | Suiza |
Amir Abrashi | Suiza |
Nedim Bajrami | Suiza |
Medon Berisha | Suiza |
Marash Kumbulla | Italia |
Iván Balliu | España |
Ylber Ramadani | Alemania |
Arbër Hoxha | Alemania |
Armando Broja | Inglaterra |
"La idea no es repatriar, es formar. Crecer, ir al Europeo, intentar ir a un Mundial. Que esos jugadores que pueden elegir se decanten por Albania, no que nosotros vayamos a repatriarlos. Sé todo lo que te aporta conocer otras culturas, otras maneras de ver el fútbol y la vida. Te conviertes en un jugador más completo", analiza Sylvinho, exjugador del FC Barcelona y actual seleccionador de Albania.
El brazalete de capitán lo porta Berat Djimsiti, futbolista de la Atalanta nacido en Zúrich (Suiza) en 1993. En territorio helvético creció y se formó futbolísticamente llegando a disputar partidos con la Sub-18 y Sub-21 del combinado nacional y alistado en las filas del Zúrich. Hasta que en 2015, de la mano de Giovanni de Biasi, se decantó del lado de sus ancestros y pasó a disputar partidos con la selección de Albania.
La historia de Balliu, jugador del Rayo Vallecano, es tan curiosa como habitual en el vestuario albanés. Nacido en la localidad gerundense de Caldes de Malavella y formado en las categorías inferiores del FC Barcelona, recibió la llamada de Albania en 2017, cuando militaba en el Metz francés. "Me llamaron y me preguntaron por mi apellido, porque es muy típico. Luego comenzaron a rastrear y resulta que mi familia paterna tenía raíces albanesas, algo que yo desconocía porque perdieron el contacto", explicó Balliu.
Resulta que más de 4.000 personas en Albania comparten el apellido Balliu. Tras no pocas indagaciones, se descubrió que su padre y abuelo tenían antecedentes del país albano y pudo ser nacionalizado gracias a que en Albania se permite entregar la nacionalidad a aquellos ciudadanos que presenten algún tipo de parentesco.
A Albania le cuesta reclutar jugadores para su selección por ello recurre a nuevas tecnologías para alistar jugadores a sus filas. Es ahí donde entra el papel de la inteligencia artificial y Alarico Rossi, un analista que confecciona la lista de jugadores albaneses repartidos por el mundo y agruparlos por edad, posición, pierna dominante... Y en base a ello, Sylvinho confecciona la convocatoria.
Un método de trabajo peculiar que ha desembocado en que el 73% de los jugadores de Albania no hayan nacido dentro de sus fronteras y el billete a Alemania donde todavía tienen posibilidades de extender su estancia. Para ello deben lograr algo que nunca han conseguido: ganar a España. Sylvinho se aferra al ímpetu y entusiasmo de su equipo que sabe entrar a los partidos.
Para prueba de ello sus dos goles ante Italia y Croacia antes de que se cumpliera el minuto diez. Además de entrar bien, Albania también sabe interpretar los tiempos y ritmos del juego para no perder la cara al partido pese a que pueda tener menor calidad individual. Intangibles que, unido a su estilo físico de juego les convierte en un hueso duro de roer. Un rival de los que obliga a poner el mono de trabajo y bajar al barro para superar.
No se redude a las áreas, pese a contar en ellas con sus bastiones. Especialmente en la rival. Broja, jugador del Chelsea, es su futbolista más mediático, aunque el peligro lo humanizan Bajrami y Asani por las bandas. El primero por su llegada al área rival, y el segundo porque recibe constantes prolongaciones ofensivas de su lateral, Hysaj.
Ambos extremos escoltan o bien a Broja, un delantero que obliga a la zaga rival a un marcaje individual y ataca el espacio, o Rey Manaj, un ariete más asociativo que se involucra en la construcción de la jugada, pero sin sacar de su cabeza el gol. Hasta 22 ha anotado esta temporada con el Sivasspor turco, la más prolífica de su carrera deportiva que tuvo una parada en de dos cursos en el filial del Barcelona.
"En este partido nos jugamos muchísimo prestigio y reconocimiento, nuestro único pensamiento es ganar", analiza Luis de la Fuente de una selección de la que habla "muy bien y desde el corazón". Un trámite para España, una final para la Albania más multicultural.