Decir que Georgia se reduce a las áreas no es ninguna exageración. En la propia poseen un portero colosal como es Giorgi Mamardashvili y en la contraria cuentan con Kvaratskhelia, un pelotero de primer nivel. Pero decir que Georgia sobrevive por obra y gracia del meta del Valencia, tampoco es descabellado. Así hemos vivido el empate entre Georgia y República Checa.
Ante República Checa sofocó un acoso ofensivo del combinado checo que se volcó sobre su área y le obligaron a realizar hasta 12 intervenciones, todas ellas de mérito. El VAR también se alió con Georgia al anular por mano un tanto de Hlozek que hubiera cambiado el guion del partido.
Mamardashvili vale un potosí para los de Willy Sagnol que siguen con vida en la Eurocopa subidos a su lomo. Con Kvaratskhelia aislado e inerte de cara a la meta de Stanek, Mamardashvilli se erigió como estrella del partido para mantener a los suyos con vida en la Eurocopa.
Georgia y República Checa lograron un empate de mínimos, que no le sirve a nadie del todo, pero en esa igualada encontraron un hilo de vida para clasificarse a los octavos de final. Ambos combinados están obligados a ganar en la última jornada, algo que no han sido capaces en sus dos primeras jornadas.
El empuje del partido correspondió a los chechos, no tanto el control, que no tuvo dueño. Sometieron a Georgia a un asedio por fases dentro del partido. Al inicio y al final del segundo tiempo. Antes, Hlzoek había inaugurado el marcador tras llevarse un el rebote después de una antológica parada de Mamardashvili, el hombre del partido. Pero el VAR hizo acto de presencia e invalidó la jugada por mano.
El empuje checo derribó el muro de Mamardashvili
Se salvaba Georgia que no comenzó a hilvanar un buen número de pases hasta superada la media hora de juego. Fue entonces cuando optimizó una de sus escasas incursiones ofensivas para provocar un penalti transformado por Mikautadze. Todo el partido transcurrió sin mayores noticias de Kvaratskhelia, al que se le vio inerte en ataque y se marchó sustituido algo tocado.
Los checos siguieron empujando y lograron derrumbar el muro de Mamardahsvili tras un saque de esquina rematado por Lingr al palo y Schick, de manera poco ortodoxa, empujó a la red. A Georgia le dolió ese gol y se aculó sobre su área para perder lo conseguido hasta ese momento. Schick, goleador y estandarte del empuje checo, se marchó lesionado y los de Hasek basaron su ofensiva en centros laterales al área.
Buscó el triunfo la República Checa, pero casi lo encuentra Georgia en la última jugada del partido. Con el cuador checo volcado, encontró un contragolpe finalizado alto por Chakvetadze. Al final reparto insuficiente de puntos. Ambas selecciones están obligadas a lograr en la última jornada una victoria que les ha sido esquiva en las dos primeras.