El fútbol queda en segundo plano por la política. El debut de Francia en la Eurocopa se ha visto ensombrecido por las elecciones generales que arrancan el próximo 30 de junio. El auge de la ultraderecha de Marine Le Pen ha llegado a la concentración gala, donde se posicionan en su contra, tal y como han verbalizado en las últimas horas jugadores como Marcus Thuram o Kylian Mbappé.
En un vestuario en el que el 84% de sus jugadores (21 de 25) han nacido en el extranjero o son inmigrantes de segunda o tercera generación, son muchos los que no están dispuestos echar la mirada a un lado tras la victoria de Jordan Bardella y la Agrupación Nacional (RN), el partido de Le Pen, en las elecciones europeas. Esto llevó a Emmanuel Macron a disolver la Asamblea y convocar elecciones legislativas.
En vísperas de la Euro, varios jugadores de la selección francesa han ido pasando por rueda de prensa y se les ha preguntado por la situación política del país. Ferland Mendy o Pavard prefirieron no hacer comentarios, antes de que el exazulgrana Ousmane Dembélé abriera la veda animando a votar: "Ha sonado la alarma. Tenemos que movilizarnos para ir a votar", dijo. Luego han seguido las palabras de Thuram y Mbappé que, por mayor contundencia en el mensaje o mayor repercusión de quien lo dice, han encendido una llama.
"La situación política es muy grave [...] Es la triste realidad de nuestra sociedad hoy. Creo que hay mensajes que se transmiten todos los días en la televisión para ayudar. Como dijo Ousmane, creo que tenemos que ir a votar todos, decirle a todos que vayan a votar. Y, sobre todo, como ciudadanos, debemos luchar a diario para que esto no vuelva a suceder. Para que no pase el RN", dijo Thuram sobre el resultado de las elecciones europeas y las ideas de Le Pen.
Un día más tarde, Mbappé suscribió las palabras de su compañero: "Quiero dirigirme al pueblo francés. Los extremos están a las puertas del poder, tenemos la oportunidad de elegir el futuro de nuestro país. Hago un llamamiento a todos los jóvenes a votar, para que se den cuenta de la importancia de la situación. Confío en todos los franceses, cada voto cuenta, espero que todavía estemos orgullosos de vestir esta camiseta el 7 de julio", señaló. La selección quiere sentirse orgullosa del país que representa y, para ello, espera que no gane las elecciones un partido que pone el foco en la inmigración.
Los orígenes de 'Les Bleus'
Sólo cuatro futbolistas de la selección gala nacieron en Francia -excluyendo los Departamentos Franceses de América (Guayana y las Antillas)- y no son descendientes de inmigrantes, al menos desde la generación de sus abuelos. Son Benjamin Pavard, Jonathan Clauss, Adrien Rabiot y Olivier Giroud. Por otra parte, Antoine Griezmann es nieto, por vía materna, de un portugués y Theo Hernández, de españoles.
La mayoría de los jugadores de Les Bleus son nacidos en Francia y de padres inmigrantes. 12 tienen sus raíces en África: William Saliba y Aurélien Tchouaméni, de Camerún; Ibrahima Konaté, N'Golo Kanté, Youssouf Fofana y Ousmane Dembélé, de Malí; Dayot Upamecano, de Guinea-Bissau; Randal Kolo Muani, de RD Congo; Jules Koundé, de Benín; Bradley Barcola, de Togo. Mbappé tiene padre de Camerún y madre de Argelia y otro madridista, Ferland Mendy, de Senegal y Guinea-Bissau.
Aunque es territorio francés, las Antillas francesas, situadas en el Caribe, son originarias de tres futbolistas más de la selección: Warren Zaïre-Emery, de la isla de Martinica -como Varane- y Thuram y Kingsley Coman, de Guadalupe. Otro caso peculiar es el del portero Alphonse Areola, cuyos padres nacieron en Filipinas (Asia).
Mike Maignan, el meta titular, nació en la Guayana Francesa, territorio francés situado en la costa noreste de Sudamérica. Por último, Brice Samba y Eduardo Camavinga emigraron con sus familias desde África -Congo y Angola, respectivamente-.
Zidane contra Jean-Marie Le Pen
La huella multirracial de esta Francia es parecida la que ya tenía la que se proclamó campeona del mundo en 1998. Cuatro años después, en 2002, hubo elecciones presidenciales y por primera vez el apellido Le Pen, representado por Jean-Marie (padre de Marine), se coló en los titulares. Su partido, Frente Nacional, también de ultraderecha, sacó el 16,86% de los votos en la primera vuelta de los comicios.
Zinedine Zidane, líder de aquella selección como lo es ahora Mbappé, alzó la voz contra la candidatura de Jean-Marie Le Pen: "La gente tiene que votar. Es muy importante. Y, sobre todo, hay que pensar en las consecuencias que puede tener votar a un partido que no corresponde para nada con los valores de Francia. Soy francés. Mi padre es argelino. Estoy orgulloso de ser francés y estoy orgulloso de que mi padre sea argelino".
Le Pen respondió a Zidane, que entonces llevaba ya un año en el Real Madrid: "No te dejes embarcar en asuntos como éste, ni te dejes manipular por gentes que se sirven de ti, de tu notoriedad". El mensaje es parecido al que desde la Agrupación Nacional le hacen llegar ahora a Mbappé. Sébastien Chenu, vicepresidente del partido, consideró este lunes que "cuando uno tiene el honor de vestir la camiseta del equipo de Francia" en la Eurocopa "hay que tener un poco de contención".
Hace 22 años, el candidato conservador Jacques Chirac, para el que pidió Zidane el voto de otras maneras adicionales, se acabó alzando con la victoria. La estrella del fútbol galo declaró después que, en caso de que Le Pen hubiera ganado las elecciones, habría renunciado a disputar el Mundial de Corea y Japón aquel verano.
De aquella Francia de Zidane, de origen argelino, y otras estrellas como Thierry Henry (Martinica), Lilian Thuram (Guadalupe) o Marcel Desailly (Ghana) bebe la actual selección. Mbappé recoge el testigo de uno de sus ídolos, el mismo que le llevó a Valdebebas cuando sólo era un niño y que en 2017 volvió a cargar contra un Le Pen. Esa vez fue ya frente a Marine, que disputó la segunda vuelta de las elecciones a Macron: "Mi mensaje es el mismo que 2002. Estoy muy lejos de las ideas del Frente Nacional y me gustaría evitar todo esto", dijo el para entonces entrenador del Real Madrid.
Ahora la política francesa, y el auge de la ultraderecha, se vuelve a colar en el vestuario de una selección multirracial. Lo hace en medio de una Eurocopa y abre una brecha, después de que la Federación gala (FFF) emitiera un comunicado recalcando su "neutralidad" y dando un toque de atención a Thuram y Mbappé para evitar "cualquier forma de presión". Le Pen está en boca de todos.