Al final de todo deporte, tiene que haber una fiesta, una alegría, incluso aunque se pierda. La Cultural Leonesa, con todo en contra, así lo interpretó. ¿Estará otra vez en el Santiago Bernabéu? Como la respuesta es seguramente no, por lo menos en el futuro más cercano, llegó a Madrid a pasárselo bien. La eliminatoria ya la tenía perdida (el 1-7 de la ida hizo casi un amistoso este partido de vuelta) y lo que quedaba era disfrutar de la experiencia, como premio a un equipo renacido. [Narración y estadísticas: Real Madrid 6-1 Cultural Leonesa]
Pero estaban tan en la nube los leoneses que se les olvidó que el árbitro pitó y que inició el partido, que era al fin y al cabo lo que había en Madrid. El despiste les hizo ir perdiendo a los 24 segundos, tiempo en el que Asensio tardó en conectar con Mariano, la figura del partido. Los leoneses pecaron de novatos y se vieron rápidamente por detrás. El objetivo en ese momento fue evitar una escandalosa goleada que empañara el fondo del encuentro jugado en el Bernabéu: es un éxito para esta Cultural haberse visto aquí, después de una reconversión gracias al dinero qatarí que evitó la quiebra de este histórico del fútbol español que busca ahora subir a Segunda. A pesar de la goleada final, la Cultural no manchó su imagen.
A tres días de el Clásico, Zidane había sacado un once muy inteligente, con la mezcla de canteranos (Odegaard y Tejero), jugadores con pocos minutos (James, Mariano y Asensio) y con otros que los necesitan para ir entrando en ritmo (Pepe, Carvajal o Casemiro). Ya en la segunda parte sacó a su hijo Enzo, uno de los morbos que tenía este partido. El pequeño Zidane, de 21 años y que debutaba oficialmente con el Real Madrid, marcó el 4-1 y causó buena sensación. Si sale la mitad de bueno que fue su padre, el Madrid tiene jugador para años.
Antes del derroche de felicidad en la familia Zidane, el Madrid había encarrilado con suma facilidad el trámite con un gol de James primero (23') y Mariano después (42'). El delantero hispano-dominicano, internacional con la República Dominicana, dejó dos buenos remates y alguna que otra jugada que sirvieron para pedir más minutos. También marcó en el tramo final del partido, redondeando su hat-trick. Sería un sorpresón que Zidane optara por él en el Clásico o en algún que otro partido de Liga, pero quizá la Copa pueda ser el torneo que Mariano, Díaz de apellido, no se vayan a equivocar, utilice para mostrar que es un delantero perfectamente válido para cualquier equipo de Primera División. Siempre que tiene minutos sale enchufado y casi siempre 'moja'.
Mariano levantó los aplausos de un Bernabéu a medio llenar. No fueron los únicos, ya que Yeray González, en representación de la Cultural, se llevó una buena ovación cuando un minuto antes del descanso marcó el único gol de los leoneses, el que en ese momento era el 3-1. Había muchos aficionados visitantes repartidos por las butacas del estadio blanco, pero también los locales quisieron aplaudir el esfuerzo del equipo de Rubén de la Barrera. Fue un gesto de caballerosidad de la hinchada blanca, una afición que llevaba sin ver un partido de Copa en el Bernabéu casi dos años. La última vez fue en enero de 2015, octavos de final, con Fernando Torres marcando dos goles y Ancelotti asegurando que la eliminación, ante el Atlético, era buena.
Después llegó el esperpento de Cádiz, que recordó a aquellas eliminaciones ante Real Unión de Irún y Alcorcón en 2008 y 2009. Y fueron en el Bernabéu donde ambos equipos celebraron el pase. Pero, para salud de los madridistas, eso ya es pasado y aquellos infaustos años ya no se repiten. El Madrid goleó 6-1 a la Cultural (13-2 global) y estará en octavos. Allí ya le puede tocar cualquiera, sorteo puro. Ahí se verá si el Madrid quiere la Copa.