El Real Madrid, ay, el Real Madrid. Pasan los años, llegan las primaveras y ahí están, luchando por la Champions. En cinco años, cuatro finales y, de momento, tres títulos. La Decimotercera en juego en Kiev, la alegría en el Bernabéu y la sensación de invulnerabilidad en Europa. Qué se le va a hacer, pensarán los culés. De nuevo, en su sofá, sentados y contemplando la posibilidad de que la ‘Orejona’ viaje a la capital. En los últimos años, los culés han simpatizado con todos: Bayern, Juventus… Daba igual quién apareciera por el camino –y nadie se cree aquello de que hay que ir con el equipo español–. El final del cuento siempre era (es) el mismo. Y eso escuece en Barcelona por muchas razones.
UN DOBLETE QUE PASA A SEGUNDO PLANO
Los barcelonistas todavía tienen una posibilidad de cantar victoria: que el Madrid pierda la final de la Champions. De lo contrario, su Doblete pasará a un segundo plano. Las cosas como son. Para qué negarlo. El equipo de Valverde ha hecho una gran temporada, sí, eso es incuestionable. Ha ganado la Liga (la séptima en diez años), de momento, sin caer en un solo encuentro. Y se alzó en la Copa del Rey aplastando al Sevilla (5-0) con un gran Iniesta y un Messi excelso. Cualquiera daría lo que fuese por levantar dos títulos cada curso. Seguramente, incluso los blancos. Pero, claro, todos esos méritos se verán reducidos a la mínima si el equipo de Zidane gana la Decimotercera. Al fin y al cabo, las temporadas se valoran en comparación con lo que haga el eterno rival.
LA AYUDA ARBITRAL
El Real Madrid ha llegado a la final tras dos polémicas arbitrales sonadas. La primera, el penalti claro de Benatia sobre Lucas Vázquez. Eso, aunque lo discuta la prensa azulgrana, estuvo señalado correctamente. En cambio, Çakir sí falla en la vuelta de las semifinales contra el Bayern. Antes de que se terminase la primera mitad, el balón golpea en el brazo de Marcelo, que se encontraba dentro del área. El colegiado, sin embargo, no vio nada. Y eso le duele al Bayern, al barcelonismo y al antimadridismo del que hablaba Zidane en rueda de prensa.
MUY LEJOS DE LA DECIMOTERCERA
El Barcelona, con cinco Champions, está muy lejos del Real Madrid, que puede ganar la Decimotercera en Kiev. El conjunto de Chamartín, además, puede ser el primero en ganarla en tres años consecutivos. Y, claro, tendrán que pasar muchas temporadas –y, sobre todo, tendría que bajar mucho el nivel de los blancos– para que los culés optaran a igualar en número de títulos continentales a los blancos. Es más, Zidane superaría en Champions a Pep Guardiola, tótem del barcelonismo en los banquillos. El golpe sería muy duro.
ASENSIO, LUCAS…
El Barcelona, en los últimos años, ha perdido sus señas de identidad. La Masía ha pasado de ser la joya de la corona a dejar huérfano al primer equipo. El último en salir de la cantera azulgrana ha sido Sergi Roberto. Nadie más ha triunfado. Thiago, en Múnich; Rafinha, vendido; Deulofeu, otra vez fuera… y suma y sigue. Ahora, se ficha a base de talonario. Mientras, el Madrid, aunque ha seguido acudiendo al mercado, lo ha hecho con más tino. Le quitó a Asensio al Barcelona, cuenta con Lucas, Ramos o el propio Carvajal. Ha coleccionado jugadores (algunos de la casa y otros no) que se han identificado con el club. Y eso, a día de hoy, no ocurre en la Ciudad Condal.
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