Ernesto Valverde es una de las personas más queridas en Bilbao. De jugador a entrenador, el 'Txingurrin' ya tenía el cariño de la afición del Athletic Club, pero después de la consecución de la última Copa del Rey seguramente este afecto ya sea para siempre.
El técnico está ante su tercera etapa al frente del banquillo del conjunto rojiblanco, y desde que regresó hace ya dos temporadas el crecimiento del equipo está siendo exponencial. Este título copero no es sino la confirmación del sensacional trabajo que está haciendo al frente del equipo, pero es que todavía hay más.
El Athletic Club ya tiene asegurado su puesto europeo de cara a la temporada que viene gracias a la Copa, pero quiere todavía un poco más. Los leones no se conforman con la Europa League y gracias a su buena actuación en La Liga este curso tienen al alcance la posibilidad de clasificarse para la Champions League.
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Es el fruto de la varita mágica de Ernesto Valverde. Todavía se recuerda cómo fue su experiencia previa antes del regreso al banquillo de San Mamés, la manera en la que salió del Fútbol Club Barcelona por la puerta de atrás. En la ciudad condal nunca se valoró suficientemente su trabajo pese a los títulos que consiguió, y terminó marchándose con más pena que gloria.
Ahora ha vuelto a encontrar su hábitat natural en Bilbao. Allí la aprecian y se mimetiza a la perfección con un equipo hecho a su imagen y semejanza. Los resultados son claros, y por el momento ha sido el director de orquesta que ha podido romper el maleficio de 40 años que arrastraba el Athletic sin poder ganar la Copa del Rey.
Su salida del Barça
Ernesto Valverde llegó al Barcelona en la temporada 2017/2018. Lo hizo con la complicada misión de tomar el testigo de Luis Enrique, que dejó tras de sí una gran lista de títulos cuando el Barça todavía vivía una época dorada.
Sobre su fichaje siempre hubo dudas por el posible estilo de juego que podría implantar en el equipo, y lo que empezó con incertidumbre terminó convirtiéndose en una relación insalvable. No se puede decir ni mucho menos que el paso de Valverde por el Camp Nou fuera un fracaso a nivel de títulos, pero siempre dio la sensación de que se movía en la cuerda floja.
En su primera temporada consiguió un doblete. El 'Txingurrin' lideró al Barça hacia el título de Liga, un campeonato que ganó con 14 puntos de ventaja sobre el Atlético de Madrid y 17 con respecto al Real Madrid, un escenario que dista mucho del que vive en la actualidad del conjunto culé. Ese mismo año los culés también se hicieron con la Copa del Rey tras derrotar al Sevilla en la final.
Bajo el mandato de Valverde siguió la tiranía del Barcelona en Liga, ya que al año siguiente, en la 2018/2019 de nuevo los catalanes se hicieron con el título al endosarle 11 puntos al Atlético de Madrid y la friolera de 19 al Real Madrid. Aquel año también entró en las vitrinas del Camp Nou la Supercopa de España.
Los números parecen más que solventes como para confiar en un entrenador, pero en el seno del Barça parecía que había un vacío. El equipo ganaba bien y las diferencias en La Liga eran escandalosas con respecto a los rivales, pero el debate sobre el juego se apoderó de la situación y se comió a Valverde. Al entrenador se le acusó de no conectar con ese juego vistoso que se le presume al Barcelona y eso terminó cavando su tumba. Fue destituido en enero de 2020.
La conexión con el Athletic
Ernesto Valverde se tomó un año y medio de respiro antes de volver a coger las riendas de un equipo. El club de su vida, el Athletic Club, llamó a su puerta para liderar un nuevo proyecto y una etapa en la que quería volver a pelearse con los grandes para hacer cosas importantes.
El 'Txingurrin' conoce todo lo que rodea al Athletic a la perfección y sabe cómo moverse en San Mamés como si estuviera en el salón de su casa. Por eso, desde que volvió al club el rendimiento del equipo ha ido en aumento hasta dar con la consecución de esta Copa del Rey.
Con Valverde el Athletic sabe a lo que juega y es un equipo que infude respeto y temor en los rivales. Ha encontrado la forma de sacarle partido a sus mejores jugadores como a los hermanos Williams, Sancet o Guruzeta, y en Bilbao nadie pone en duda su estilo de juego o su manera de llevar al conjunto rojiblanco hacia la victoria.
Él ha sido el encargado de romper esa especie de maldición que pesaba sobre los leones desde hacía 40 años que les impedía ganar la Copa del Rey. Tuvo que ser en los penaltis, es cierto, pero también de eso se surten las mejores historias del fútbol.
Pero la aventura de Ernesto Valverde al mando del Athletic Club no finaliza en la consecución de esta Copa. Todavía la temporada puede mejorar sustancialmente porque los vascos se encuentran inmersos de lleno en la pelea por la cuarta posición en La Liga, esa que da acceso directo a la próxima edición de la Champions League.
El 'Txingurrin' puede hacer que los leones vuevlan a jugar la máxima cometición europea diez años después. En la 2014/2015 el Athletic pisó por última vez la Champions, y ahora peleará por ese sueño bajo el mandato de Valverde en este tramo final de la temporada.