Durante años, los clubes españoles y la Selección se han ido encargando de generar una imagen del fútbol nacional en todo el mundo que le ha llevado a los altares. Las Champions del Real Madrid, el estilo de juego maravilloso del Fútbol Club Barcelona, las Eurocopas y el Mundial de España... Grandes triunfos que, sin embargo, de repente quedan empañados por las malas artes de unos pocos.
Y es que el trabajo de tanto tiempo se ha visto emborronado a nivel planetario por las últimas noticias tan oscuras que han azotado al fútbol español en los últimos meses. Ha sido un año negro, de los peores de la historia, para el balompié nacional a nivel extradeportivo.
El deporte rey en España se ha visto consumido por una vorágine de acontecimientos que han enturbiado la buena imagen que había hasta el momento y que han dejado en un segundo plano momentos históricos como la consecución del primer Mundial femenino.
Desde que en febrero de 2023 estallara el 'caso Negreira' por los pagos multimillonarios por parte del Fútbol Club Barcelona al que fuera vicepresidente de los árbitros durante casi dos décadas, además bajo el mandato de varios presidentes, todo ha ido cuesta abajo y sin frenos.
El beso de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso tras la final del Mundial en Australia y los recientes registros que se han efectuado en torno a la RFEF que investigan contratos irregulares han puesto en el disparadero al fútbol español. Ahora ya no se habla de que el Real Madrid, el Barcelona o el Atlético puedan ganar la Champions, lo que se proyecta al mundo es la imagen de un deporte podrido y con serios indicios de corrupción.
El 'caso Negreira'
El inicio de esta era bochornosa que vive el fútbol español llegó con el estallido del 'caso Negreira'. El hecho de que el Fútbol Club Barcelona, uno de los equipos más poderosos y prestigiosos del planeta, tuviera a sueldo al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros durante casi dos décadas hizo tambalearse todos los cimientos del deporte rey en nuestro país.
José María Enríquez Negreira llegó a recibir entre los años 2001 y 2018 cerca de siete millones de euros por parte del club culé. Lo hizo además bajo el mandato de diferentes presidentes en la planta noble del Camp Nou, muestra de que aquello estaba sistematizado.
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La honorabilidad y limpieza de la competición durante todos aquellos años pasó a estar por lo tanto en tela de juicio, y a medida que se fueron conociendo nuevos detalles el caso se fue enrevesando cada vez más. Unos pocos clubes alzaron la voz e incluso alguno como el Sevilla se negó a ir al palco del Camp Nou en sus enfrentamientos ante el Barça.
Joan Laporta nunca admitió responsabilidades sobre este caso, pese a ser uno de los presidentes implicados en su primera época al frente del club catalán, y siempre buscó la idea de la confrontación y de la búsqueda de enemigos. Sin embargo, fue él quien cuadriplicó el pago a Enríquez Negreira, que pasó de cobrar 145.000 euros a 573.000 euros.
La Fiscalía denunció al FC Barcelona y a Enríquez Negreira, además de a los expresidentes Bartomeu y Sandro Rosell y a los directivos Albert Soler y Òscar Grau. Muchos implicados acusados de corrupción en los negocios, falsedad documental y administración desleal. La RFEF, el CTA, el CSD y el Real Madrid se personaron en la causa de este caso en el que Negreira afirmó que se le pagaba para asegurar la neutralidad de las decisiones arbitrales.
La RFEF, en llamas
Por si la duda sobre la honorabilidad de la competición no fuera suficiente, lo que está sucediendo en los últimos meses en torno a la Real Federación Española de Fútbol no ayuda precisamente a calmar las aguas. Más bien todo lo contrario.
En el momento más importante de la historia del fútbol femenino en España saltó el 'caso Rubiales'. El presidente le dio un beso en la boca a Jennifer Hermoso en plena celebración y a partir de ahí se desataron una serie de acontecimientos inimaginables en el marco de un momento deportivo tan crucial.
El asunto se judicializó, escandalizó al mundo entero y terminó con Luis Rubiales fuera de la Federación después de haber sido inhabilitado tanto por la FIFA como por el Tribunal Administrativo del Deporte. Ambos organismos impusieron una sanción de tres años.
No se terminaron ahí las cabezas que rodaron en la RFEF. Las jugadoras se sublevaron y pidieron cambios que desembocaron en varias modificaciones en el organigrama del ente federativo. De hecho, Jorge Vilda fue destituido como seleccionador para dar paso a la nueva era que dirige Montse Tomé.
La figura de Luis Rubiales no ha dejado de ser noticia en los últimos tiempos. Y es que el pasado miércoles la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil realizó diferentes registros e intervenciones entre otros lugares en la sede de la Real Federación Española de Fútbol de Las Rozas.
Estos registros se realizaron en el marco de una investigación sobre hechos delictivos que podrían constituir corrupción en los negocios, administración desleal y blanqueo de capitales. Además, las diligencias pertenecen a una investigación sobre el contrato que firmó la RFEF con la empresa de Gerard Piqué para llevarse la Supercopa a Arabia Saudí.
Luis Rubiales tenía que haber sido uno de los detenidos, pero eludió la detención por encontrarse en la República Dominicana. También se libró su amigo Nene, con el que mantiene negocios en común. Los arrestados fueron Tomás González Cueto, asesor jurídico externo de la RFEF, Pedro González Segura, director jurídico de la RFEF, Ángel González Segura, hermano del anterior, y José Javier Jiménez, director de Recursos Humanos de la Federación.
Además, tal y como ha publicado EL ESPAÑOL en las últimas horas, la Guardia Civil investiga las obras realizadas en La Cartuja durante la época de Rubiales en la RFEF. Y no sólo eso, sino que el expresidente es investigado por la adjudicación de un contrato de un millón de euros al hermano del jefe jurídico de la Federación.
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Una RFEF que, por cierto, sigue estando gobernada por una junta gestora que encabeza Pedro Rocha y que tras este último escándalo ha dilatado un poco más el proceso electoral para encontrar nuevo presidente.
Demasiados capítulos oscuros en los últimos tiempos envuelven al fútbol español, y todo ello poco después de que la FIFA le concediera a España la oportunidad de organizar el Mundial 2030.