La Selección pasa página tras el 'caso Brahim' que ha atormentado en las fechas previas a la convocatoria que este viernes ofreció Luis de la Fuente. En la lista, efectivamente, no estaba el nombre del futbolista del Real Madrid. Eligió a Marruecos, y en consecuencia renunció a España, como prueba un documento que la FIFA redirigió a la RFEF el pasado 9 de marzo.
Sin Brahim, cuya pérdida deportiva pareció no sentirse dolorosa por el seleccionador, España mira hacia delante. En Las Rozas se asumen estos casos cada vez con mayor normalidad. Va siendo un tema común el de los jugadores que pueden elegir entre, al menos, dos selecciones sea por haber nacido en un país diferente, el lugar de nacimiento de alguno de sus padres o las raíces de estos.
En los últimos años ha habido jugadores -que ahora son estrellas- como Achraf Hakimi o Theo Hernández que optaron por otras selecciones, igual que se han dado los casos de futuras promesas, como Alejandro Garnacho o Nico Paz, que siguen el mismo camino. Pero en la RFEF, y Luis de la Fuente, prefieren centrarse en los casos contrarios: aquellos que eligen a España a pesar de poder lucir los colores de otros países e, incluso, haber sido tentados por estos.
De la Fuente, en su rueda de prensa del viernes, puso en valor el "trabajo impresionante de la dirección deportiva y las categorías inferiores en la captación de jugadores". Hizo mención de un dato que dio Francis Hernández, coordinador de cantera en la RFEF, en una entrevista reciente: de 115 jugadores que pueden elegir entre España y otra selección, nacidos entre 1996 y 2010, más de 100 han dicho sí a representar al combinado español. "Cerca del 85% de jugadores con doble nacionalidad eligen venir con nosotros", apuntó antes Santi Denia, técnico de la sub21.
El seleccionador también mencionó todos los casos de estos que se reflejan en este parón de marzo tanto en la selección absoluta como en la Sub21: Aymeric Laporte, Robin Le Normand, Lamine Yamal, Dean Huijsen, Mateo Joseph y Cristhian Mosquera. "Pongamos esto en valor y no sólo nos fijemos en esos casos [como el de Brahim], que además, en todo su derecho de libertad de elección, eligen ir con otro país", reclamó el técnico de Haro.
Dos centrales 'franceses'
Todos estos casos nombrados por De la Fuente tienen su historia detrás. Laporte y Le Normand comparten país de nacimiento: Francia. Uno de Agen (de la región de Nueva Aquitania) y otro de Pabu (de Bretaña), se nacionalizaron españoles en 2021 y 2023 respectivamente.
En el caso de Laporte, llegó a jugar en las inferiores de Francia hasta la sub21. Sin embargo, Didier Deschamps nunca contó con él y lo aprovechó Luis Enrique para 'reclutarle' de cara a la Eurocopa que se jugó en verano de 2021. Desde entonces, es un fijo. Le Normand, que con 19 años llegó a la Real Sociedad, ha hecho su debut internacional con la Absoluta de España.
La victoria con Lamine
El caso de Lamine Yamal es de los que más orgullosos están en la RFEF. La perla del FC Barcelona, que a sus 16 años ya es de los líderes del equipo azulgrana, podía jugar con Marruecos por ser el país de su padre -su madre es ecuatoguineana- y llegó a ser tentado. Él nació en España, en Esplugues de Llobregat, y la selección magrebí le seguía desde que entrara siendo un niño en las inferiores del Barça.
La 'victoria' sobre el país norteafricano llegó después de una reunión clave. El antes mencionado Francis Hernández y Tito Blanco, adjunto al coordinador del fútbol base nacional, se vieron con Lamine y su entorno en agosto de 2023. Tras presentarle el proyecto, el jugador eligió España. Tras jugar el Europeo sub17, y sin pasar por la sub21, se convirtió en el debutante y goleador más joven de la historia de la Selección con 16 años y 57 días.
Los tres nuevos 'fichajes'
Ahora la sub21 'ficha' a tres jugadores más que nunca antes habían jugado con el segundo equipo de la Selección. Santi Denia ha llamado a Dean Huijsen, Mateo Joseph y Cristhian Mosquera; un 'neerlandés, un 'inglés' y un 'colombiano'.
La convocatoria del primero de ellos, central de 18 años que juegan en la Roma -cedido por la Juventus-, era la más clara. Nacido en Ámsterdam y de padre futbolista, con cinco años llegó a Málaga y empezó a jugar en el equipo de la ciudad. Antes de irse a Italia le quiso el Real Madrid, entre otros. Jugó en las inferiores de Países Bajos, pero a finales de febrero obtuvo la nacionalidad española por carta de naturaleza.
Más sorpresa genera el caso de Mateo Joseph. Nació en Santander (2003). Su madre es española, pero su padre es inglés -con orígenes en Antigua y Barbuda-. Comenzó en las inferiores del Racing, después saltó a la cantera del Espanyol y en 2021 fichó por Leeds -llegando a debutar en la Premier League-. Había renunciado a la nacionalidad española para jugar con la sub20 inglesa, pero recientemente se tramitó la nacionalización de urgencia y ya no podrá representar a otro país que no sea España.
Por último, Mosquera se ha mantenido firme para elegir a España. El central del Valencia, de la generación del 2004, era tentado por Colombia (país de sus padres) para ir con su selección absoluta a pesar de haber jugado en las inferiores de la RFEF. Sin embargo, mantuvo su compromiso con el combinado español y ahora debutará con la sub21, siendo vigilado de cerca por el equipo de Luis de la Fuente.
Estos casos son sólo unas pocas muestras de los números de los que presumen en la RFEF. Otros ejemplos serían Samu Omorodion (hijo de nigerianos), Assane Diao (nacido en Senegal), Stefan Bajcetic (con nacionalidad serbia) o Yarek Gasiorowski (de padre polaco). Todos ellos eligen España y forman parte de esa red de un centenar de jugadores que tienen 'controlados' en Las Rozas.