En el fútbol hay códigos casi inquebrantables. La tensión previa a una tanda de penaltis podría ser uno de ellos. Pero el Mallorca de Javier Aguirre se lo saltó este martes en Anoeta y no le pudo salir mejor. La imagen de todos los jugadores y el cuerpo técnico bermellón riendo, gritando y saltando antes del momento crucial de las semifinales contra la Real Sociedad ya es historia de esta Copa del Rey.
Este Mallorca es especial. En poco más de un mes jugará su primera final de la Copa en 21 años. Este equipo jugaba en 2018 en Segunda B y en 2021, en Segunda. Ahora está en la pelea por el título y clasificado a la próxima Supercopa de España en Arabia Saudí. El milagro es realidad gracias a la obra de Aguirre y las paradas de Dominik Greif.
"Podíamos haber perdido tranquilamente, pero se han dado dos claves: el penalti parado por Greif y el hecho de ponernos por delante", decía Aguirre en la rueda de prensa posterior al partido. Tranquilo, como cuando dijo que celebraría con "un whiskito y a dormir" tras eliminar al Girona en cuartos de final, el técnico mexicano saboreaba lo conseguido por sus jugadores en San Sebastián.
El planteamiento fue perfecto para un Mallorca que se sabía que no era favorito. Greif paró un penalti a Brais Méndez, Giovanni le adelantó en el minuto 50 y, cuando la Real empató por obra de Oyarzabal, el equipo resistió hasta el final: "Hemos sufrido como perros en Anoeta, pero pasar a la final aquí es la leche", señaló Aguirre.
La clave estuvo en la falta de presión: "Nos hizo crecer en la competición. Si te ganan es lo normal". "No estamos acostumbrados a jugar finales. En el vestuario hay más jugadores con descensos que títulos. Esto te lleva a creer en tus opciones", subrayó Aguirre.
"En el vestuario hay más jugadores con descensos que títulos2
El técnico de 65 años reconocía a su manera que no habían preparado los penaltis: "No ensayamos los penaltis. No sé si me creerán o no. Lo teníamos anotado en el programa del día, pero por una razón u otra, llovió, hacía viento, ya se fue el otro, el otro no sé qué... No estaba contemplado".
Fue una cuestión de motivación: "Cuando ves que quieren tirar todos sabes que todo va bien. Estaban todos muy tranquilos. Puedes perder, pero estábamos sin la presión de estar en la final", dijo sobre la actitud de sus jugadores y esa imagen insólita antes de la tanda.
El Mallorca ya espera rival. Athletic o Atlético de Madrid, según lo que ocurra el jueves en San Mamés. Para Aguirre será la segunda final de Copa, tras perder hace 19 años contra el Betis: "Tengo sentimientos parecidos a los de 2005 con Osasuna. Ahora está claro que no seremos favoritos ni contra el Atlético de Madrid ni contra el Athletic, pero competiremos en La Cartuja". Los 'diablos' de Son Moix quieren guerra.