La seleccionadora nacional femenina, Montse Tomé, ha acudido a declarar a la Audiencia Nacional y ha asegurado ante el juez que no convocó a Jenni Hermoso en sus primeros partidos debido únicamente a motivos deportivos. Esta se supone que será la última de la instrucción frente al magistrado Francisco de Jorge, el encargado de instruir la causa.
Asimismo, la entrenadora ha explicado que fue Jorge Vilda, el exseleccionador femenino, el que le dijo que tenía que acudir a la asamblea celebrada el pasado 25 de agosto en la Real Federación Española de Fútbol. Además, ha manifestado que no deseaba acudir según su declaración.
Montse Tomé adoptó esa decisión no llevar a Jenni Hersomo por motivos estrictamente deportivos y también debido a la presión mediática que existía por el beso no consentido que el expresidente de la Federación Luis Rubiales dio a Jenni Hermoso tras la victoria en la final del Mundial en Sídney (Australia), el pasado 20 de agosto.
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Según informan distintas fuentes, la actual seleccionadora ha negado que Jorge Vilda, que ya no estaba en el cargo, influyese direcmente en su decisión de no contrar con Hermoso para los partidos de la Women's Nations League, disputados el pasado mes de septiembre.
Con la declaración de Montse Tomé, que el juez rechazó practicar en un primer momento y fue ordenada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, se pretendía indagar si la decisión de la seleccionadora de no convocar a Jenni Hermoso fue impuesta "por terceros" o estuvo relacionada con la negativa de la jugadora a firmar un comunicado conjunto con Rubiales.
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Rubiales, a punto de ser juzgdo
La semana pasada, el juez que instruye la causa propuso sentar en el banquillo a Luis Rubiales, a Jorge Vilda, actualmente al frente de la selección femenina de Marruecos; al director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, y al responsable de marketing de la RFEF, Rubén Rivera, por esas presiones a las que fue sometida Jenni Hermoso.
Tras varios meses de investigación, el magistrado, Francisco de Jorge, concluye que el beso que Rubiales le dio a Jenni Hermoso en la ceremonia de entrega de trofeos del Mundial "no fue consentido" y respondió a "una iniciativa unilateral y sorpresiva" del expresidente de la RFEF, a quien ha investigado por un delito de agresión sexual y otro de coacciones.