El Girona puso fin a su andadura en la Copa del Rey después de caer frente al Mallorca en un duelo en el que los de Javier Aguirre fueron netamente superiores en la primera mitad. Los de Míchel estuvieron cerca de lograr la épica, pero no lo lograron (3-2).
Al cuadro gerundense le faltó la chispa de otros días y vio como su ilusión por hacer algo grande en Copa se desvanecía en un abrir y cerrar de ojos. Ahora, todos sus esfuerzos deberán centrarse en intentar lograr la hazaña de ganar La Liga.
La eliminatoria revivió en el minuto 68 debido a un penalti a favor del Girona que dejó al Mallorca con diez jugadores tras la expulsión de Raíllo. Stuani anotó y los últimos veinte minutos fueron un asedio visitante. El 3-2, obra de Savinho llegó en el descuento, pero no hubo tiempo para más.
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La ilusión del Mallorca pasó por encima del desconcierto del Girona en una primera parte en la que todo el juego llegó del lado balear. Con intensidad, buen fútbol y arropados por su afición, los de Javier Aguirre cerraron la eliminatoria en una primera media hora excelsa.
Fueron tres goles directos al mentón que noquearon al líder de La Liga que no fue ni la sombra de lo que viene mostrando este curso en el campeonato doméstico. Desde el primer minuto se vio qué equipo quería acceder a la semifinal. Y ese era el Mallorca.
Los primeros diez minutos fueron un aviso de lo que estaba por llegar. Abdon Prats disparó muy centrado desde la frontal y Larin perdonó un mano a mano frente a Juan Carlos. Sin embargo, en cuanto entró el primer balón a la red, llegó una cascada de goles.
Fue una tormenta perfecta que duró diez minutos. Eso es lo que necesito el Mallorca para anotar tres goles. El primer llegó en el 20, obra de Larin al rematar un envío desde la banda derecha en el punto de penalti. Ocho minutos después Abdon Prats aumentó la renta con un latigazo desde la frontal, y el propio Prats puso la puntilla con un gol de penalti a la media hora de juego.
El Girona se dejó llevar desde el principio. Savinho tuvo en sus botas la posibilidad de empatar el partido, pero poco más. Los de Míchel, que presentó un mixto, no fueron rivales en la primera mitad para un Mallorca que fue a por el partido y se acabó llevando el gato al agua.
Cerca de la épica
Al cuadro visitante no le quedaba más remedio que reaccionar tras el descanso. Míchel dio entrada a Couto y Dovbyk en el descanso y comenzó un asedio sobre el área del Mallorca que duró toda la segunda parte.
Todo se acrecentó con la expulsión de Raíllo en el minuto 68. El central bermellón cometió un penalti y vio la amarilla. Protestó y fue expulsado. Stuani no perdonó y puso el 3-1. Quedaban 22 minutos y el Girona soñaba con la gesta.
Savinho puso el 3-2 en el descuento y los últimos minutos fueron de auténtico infarto. Sin embargo, no dio tiempo para más y el Mallorca selló su pase a las semifinales de la Copa del Rey.