"Habría firmado morir en Los Cármenes". Esas fueron las palabras de Nuria a Radio Marca Granada minutos después de conocer la muerte de su marido, Antonio Trujillo, durante la celebración del encuentro entre el Granada y el Athletic Club.
Antonio Trujillo, de 64 años, sufrió una parada cardiorrespiratoria en el minuto 18 del encuentro que medía al club de su vida, el Granada, frente al Athletic. Los médicos intentaron hacer todo lo posible por salvar su vida, pero no tuvieron éxito. Falleció en el interior del Nuevo Los Cármenes.
Solía acudir al feudo del cuadro nazarí desde Salobreña. Lo hacía junto a su hijo Antonio. Sin embargo, esta vez acudió solo a ver a su equipo. "Solía ir con nuestro hijo mayor, Antonio, pero él no pudo venir esta vez al trabajar fuera y, aunque otras veces le acompañaba nuestra hija pequeña, Nuria, esta vez fue solo", afirma Nuria.
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Fue ella quien le vio por última vez. Le acompañó hasta el campo y quedó en recogerla a la salida del partido. "Le dejé a la puerta del campo y me fui al Nevada para hacer tiempo y recogerlo después, pero mi hijo, que iba camino de Córdoba, le llamó para preguntarle cómo iba el partido y al no cogerle el teléfono ya me llamó para decírmelo y, al hacerlo yo, me lo cogió Fernando", haciendo alusión a Fernando Centeno, empleado del club.
Nuria volvió a rencontrarse con su marido, pero ya había fallecido. "Cogí corriendo el coche hacia el campo pero di cuarenta veces hasta que la Policía, que fue muy amable, me dijo por dónde entrar. Ya dentro me buscó Fernando y fui con mi marido al hospital en la ambulancia, pero ya había muerto", declaró a Radio Marca.
Su lucha personal
Natural de Salobreña, Antonio llevaba quince años como abonado del conjunto nazarí. "Nunca se perdía ningún partido de su Granada", aseguró Nuria. En las buenas, viendo a su equipo en competiciones europeas y también en las malas cuando el Granada visitaba los campos de Segunda División. Nunca fallaba.
Antonio Trujillo llevaba luchando junto a su equipo más de una década. Sin cesar. Lo hacía desde la grada, la misma en la que acabó perdiendo la vida. Pero desde hace unos meses, desde mayo, estaba viviendo una lucha personal. Tenía cáncer, pero eso no le impedía seguir acudiendo a Los Cármenes. "Decía como el himno del Granada, luchar hasta el final", recuerda su esposa Nuria.
Sin saberlo, este domingo 10 de diciembre acudió a ver el último partido de su Granada. Fue frente al Athletic, en un encuentro trascendental para los suyos, pues están inmersos en una situación muy delicada. En puestos de descenso y con la sensación de no remontar el vuelo.
No pudo celebrar un gol de su equipo. De hecho, vio como los suyos se ponían por detrás en el marcador tras un gol de Iñaki Williams. Sobre el cuarto de hora de partido Antonio sufrió un infarto. Los aficionados a su alrededor hicieron lo posible para que el colegiado se percatara de lo ocurrido y parase el partido para que pudieran acudir las asistencias médicas.
Fue Unai Simón, portero del Athletic Club, quien se dio cuenta de la gravedad de lo que estaba sucediendo en la grada y se acercó rápidamente al linier de Ortiz Arias para que detuvieran el choque. Lo hicieron y comenzó entonces una carrera contrarreloj para salvar la vida del aficionado granadino.
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Una hora después de la suspensión del partido se conoció la terrible noticia. Antonio Trujillo había fallecido a causa de un infarto. El encuentro se reanudará este lunes 10 de diciembre a partir de las 21:00 horas y Antonio seguirá siendo un seguidor fiel, pero esta vez animará desde el cielo.