La adjudicación del Mundial 2030 a España, Marruecos y Portugal ha estado marcada por una polémica generada en los últimos días. Esto se debe a la disposición de los nombres de los países que se dejó ver el pasado sábado durante la firma de la carta de intenciones de los tres países para acoger la Copa del Mundo.
Marruecos, Portugal y España era la denominación de la candidatura que se pudo apreciar durante la celebración del acto, algo que sorprendió a propios y extraños. Un cambio en el orden de los nombres, dado que muchos habían dado por hecho que España iba a ir por delante de sus otros compañeros en esta aventura, que provocó que hubiese numerosas críticas.
Según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL en la FIFA, éstas han confirmado que han sido ellos lo que han dado el 'nombre' del Mundial de "Marruecos, Portugal y España". No han sido los países los que han elegido la estructura, sino que ha sido el organismo el que ha indicado que se denomine de esa manera, por lo que hay poco que objetar.
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Esto responde a una decisión salomónica del organismo presidido por Gianni Infantino según ha podido conocer EL ESPAÑOL. Desde la FIFA, siempre que son varios los organizadores, se apuesta por ordenar los nombres en orden alfabético desde su versión inglesa para evitar que haya problemas en este sentido, por lo que sería 'Morocco, Portugal and Spain'. Una colocación distinta al castellano, donde se cambia la posición de los mismos.
Por lo tanto, no hay ninguna polémica alrededor de ello y esto no supone que sea un indicativo de que Marruecos vaya a albergar la final. En las últimas semanas, mucho se ha especulado con la posibilidad de que el país africano acoja el partido por el título del Mundial 2030 tras hacerse público su 'megaestadio' para luchar por conseguirlo.
Otros ejemplos
Esta decisión de la FIFA no es la primera vez que sucede. El claro ejemplo está en las otras ediciones del Mundial que se han disputado con sede compartida. El primero de ellos ocurrió en 2002, cuando se jugó en Korea y Japón y se optó por colocarlos por orden alfabético según se escriben en inglés.
Y volverá a suceder nuevamente, pues el de 2026 también tiene ese punto particular. Al disputarse en tres países, Canadá, Estados Unidos y México, la FIFA ha vuelto a optar por la misma fórmula y colocarlos alfabéticamente. Es decir, será el Mundial de Canadá, México y Estados Unidos.
Por lo tanto, no es novedad que haya ocurrido lo mismo con la cita que se disputará en 2030 en territorio español, portugués y marroquí. En torno a ello se ha generado una polémica innecesaria que justo ha coincidido con las pretensiones del país africano por acoger la final del Mundial.
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El acto en Rabat
El comentado orden durante la firma de la firma de la carta de intención de la candidatura, uno de los requisitos del proceso de postulación como sedes del Mundial 2030 que se presentará formalmente ante la FIFA en julio, fue uno de los desencadenantes de las críticas.
Durante el acto celebrado en Rabat, se produjeron los discursos de Pedro Rocha, presidente de la Real Federación Española, Fernando Gomes, máximo mandatario de la portuguesa y Fouzi Lekjaa, el líder de la marroquí, para formalizar la candidatura al Mundial 2030.
En ellos ya se pudo apreciar que el orden de los países en el Mundial de 2030. A través de las palabras de Pedro Rocha, máximo mandatario de la RFEF, quedó plasmado que ya conocían la idea de la FIFA de 'cambiar' el nombre a la Copa del Mundo que se jugará en España, Portugal y Marruecos.
"Va a ser un Mundial con un importantísimo legado social, que quedará para siempre en Marruecos, Portugal y España y también en el mundo entero", señalaba durante su discurso el máximo responsable de la Real Federación Española de Fútbol. "Tenemos un proyecto común que llenará de ilusión a tres países. Hagamos este sueño posible", añadió.
Por tanto, el discurso de Pedro Rocha ya señaló el camino a seguir y dejó entrever que hay un respaldo total por parte de España y Portugal para aceptar ese 'nuevo nombre' que se le ha dado al Mundial de 2030. Una senda que tienen ya construida y que no supone impedimento alguno para su normal desarrollo, ya que ninguno tiene inconveniente en ello.