Había todas las dudas del mundo sobre qué pasaría con los dos partidos que la selección femenina iba a disputar en la Nations League. El lío extradeportivo podía indudablemente afectar al rendimiento de las futbolistas, pero la profesionalidad de todas ellas volvió a quedar fuera de toda duda después de golear a Suiza en el Nuevo Arcángel. [Así contamos la victoria de España ante Suiza]
Si España se exprimió al máximo para doblegar a Suecia hace unos días, ante Suiza todo fue muy diferente. Coser y cantar se podría decir, porque las suizas no es que no pusieran apenas resistencia, sino que se mostraron a favor de la causa e hicieron un regalo tras otro que se fueron transformando en goles de la Selección en cascada.
El nivel de las suizas dejó mucho que desear, con fallos de bulto que hacen imposible que un equipo así pueda competir. La guardameta Herzog, de hecho, fue una de las grandes señaladas de esta derrota del combinado helvético, que se queda con su casillero de puntos vacío y demuestra ser la selección más floja del grupo.
España sudó lo justo para conseguir una victoria que le deja como líder del grupo de la Nations League en solitario. Una posición muy ventajosa para las de Montse Tomé, que quieren también conseguir el billete para estar presentes en los próximos Juegos Olímpicos de París.
Fácil desde el arranque
A decir verdad, el partido no tuvo demasiada historia. Todo comenzó con una mezcla de un ambiente festivo y de reivindicación porque por una parte la Selección ofreció la Copa del Mundo al público de Córdoba, mientras que por otro las jugadoras volvieron a protestar antes del arranque del choque. El mismo procedimiento que el día de Suecia, primero muñequera de "Se acabó" en alto, y después foto conjunta con el rival con la pancarta.
Muy pronto quedó claro que el partido iba a ser un camino de rosas para España y que a Suiza se le había olvidado lo que era competir. Primero Putellas lanzó un aviso, pero antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora de juego todo empezó a ponerse cuesta abajo. La portera Herzog, en un gesto incomprensible, le entregó el balón a Aitana Bonmatí en el área y la del Barça aprovechó el regalo para darle el gol a Lucía García, que empujó a puerta vacía.
Todavía en estos primeros compases de encuentro Suiza se atrevió a merodear el área de España y a realizar algunos remates, aunque todos ellos sin acierto. Maritz, Marti o Vallotto no supieron encontrar el camino, en ocasiones porque Cata Coll se mostraba muy segura cuando tenía que intervenir, así que la portería española tenía el cerrojo echado.
España, muy superior, se fue sumiendo en una especie de letargo con el paso de los minutos pese a haber arrasado en los primeros instantes, y un disparo de Irene Paredes sirvió para despertar a las de Montse Tomé. Parecía que todo llegaría con una mínima renta de ventaja para la Selección al descanso, pero entonces apareció Aitana Bonmatí para matar el choque.
Lo hizo después de una gran internada de Olga Carmona por la banda izquierda. La lateral puso un centro medido al punto de penalti y allí apareció Bonmatí para, con una gran volea, fusilar a la portera de Suiza, que volvió a dejar mucho que desear en su actuación.
El paseo
Si Suiza tenía alguna pequeña esperanza de conseguir una remontada milagrosa, sus sueños se fueron al traste nada más regresar de los vestuarios. Para no faltar a la tradición, fue después de otro fallo inexplicable de las helvéticas. La defensa dejó un balón muerto en el área y allí de nuevo emergió la figura de Bonmatí para fusilar la portería visitante.
El paseo que se estaba dando ya España a estas alturas del encuentro era evidente, pero lo iba a ser todavía mayor con la llegada del cuarto tanto. Inma Gabarro, que había entrado en la segunda parte, cazó un rechace de la portera suiza tras un tiro de Athenea del Castillo para marcar a placer. Otro fallo de Suiza, otro gol de España. Y así prácticamente todo el partido.
Con el encuentro visto para sentencia Montse Tomé pudo seguir repartiendo minutos y hubo tiempo para que España pudiera caminar sobre el césped con toda la facilidad del mundo. Si hubo algún pequeño acto de rebelión de Suiza, apareció Cata Coll para solventarlo y mantener al rival a raya.
La guinda llegó con el quinto gol. Maite Oroz firmó una obra de arte, el gol más espectacular de todo el partido, con una volea preciosa que se coló por la mismísima escuadra. Un gol para ver repetido una y otra vez.
De esta forma, España sumó su segunda victoria en la Nations League y su casillero refleja ya 6 puntos sobre 6 posibles. Las de Montse Tomé, otra que sale muy reforzada de todo esto, son líderes en solitario y dan así un gran paso hacia los Juegos Olímpicos de París 2024.