Directivos y empleados de la Federación Española de Fútbol (RFEF) se querellarán "por coacciones y calumnias" contra las jugadoras de la Selección femenina que exigen sus dimisiones como condición para seguir formando parte del combinado nacional.
Así lo confirman a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras del caso, que precisan que estos empleados les atribuyen dos delitos: el de coacciones, por la "presión" con la que han exigido a la RFEF sus ceses. Y el de calumnias, debido a los hechos que les atribuyen y con los que justifican ante este organismo su petición. Los querellantes forman parte de la lista negra que las deportistas trasladaron al presidente interino de la Federación, Pedro Rocha, quien ha prometido que estudiará "caso a caso" cada situación.
Rocha, precisamente, les ha dado de plazo hasta la medianoche de este mismo domingo para que reculen y no abandonen la Selección o, por el contrario, confirmen que renuncian a vestir la camiseta nacional.
Este viernes, la Selección española de fútbol femenino se enfrenta al combinado sueco. El presidente de la RFEF, que ostenta el cargo de forma interina tras sustituir a Luis Rubiales, ha prometido a las jugadoras que estudiará, durante el próximo mes, cada una de sus exigencias. Es decir, analizará, nombre a nombre, si los directivos y empleados que aparecen en la lista negra deben seguir o no en sus puestos.
Algunos de los directivos señalados por las deportistas ya han advertido, por carta, a Rocha de que tomarán "acciones legales" contra ellas. Y han negado haber coaccionado a Jenni Hermoso —la jugadora a la que besó Rubiales tras la final del pasado Mundial— ni a ninguna otra deportista tras estos hechos.
"Un lugar seguro"
Este viernes, gran parte de las jugadoras de la Selección femenina de fútbol hicieron público un comunicado publicado en el que plasmaron sus exigencias para cambiar la estructura de la Federación y volver a convertirla en un "lugar seguro".
En concreto, las 39 jugadoras que suscribieron el documento pidieron cinco cosas: la reestructuración del organigrama de fútbol femenino, la del gabinete de la presidencia y secretaría general, la dimisión del presidente de la RFEF, la reestructuración del área de comunicación y marketing y la reestructuración de la dirección de integridad.
"A día de hoy, tal y como hemos transmitido a la Real Federación Española de Fútbol, los cambios que se han producido no son suficientes para que las jugadoras se sientan en un lugar seguro, donde se respete a las mujeres, se apueste por el fútbol femenino y donde podamos dar nuestro máximo rendimiento", rezaban las futbolistas en el comunicado.