El órdago que acabó con Rubiales: se enrocó "por sus hijas" y ya no puede jugar ni una pachanga en Motril
El presidente de la RFEF cenó con su familia el jueves por la noche y ahí decidió, sin decírselo a nadie, que iría "hasta el final" a pesar del clamor social que pedía su dimisión.
27 agosto, 2023 02:21El órdago de Luis Rubiales al Gobierno aferrándose al cargo ha terminado con el presidente de la Real Federación Española de Fútbol suspendido por la FIFA. Una decisión que se ha convertido en un búmeran para él y que ha provocado que hasta sus más fieles, como los seleccionadores Luis de la Fuente y Jorge Vilda, le hayan condenado públicamente.
Su sustituto en la presidencia, Pedro Rocha, también ha querido marcar distancia y su primera decisión fue mandar borrar un comunicado de la RFEF contra Jenni Hermoso. El texto se escribió antes de la suspensión de Rubiales, pero que se publicó después.
A Rubiales no le queda nadie. Se enrocó por "defender su dignidad" y por "sus hijas" y ha terminado solo. Ya no puede ni disputar un partido con amigos en Motril, su tierra, ya que el Ayuntamiento le negó un espacio público. Su cambio de decisión cuando todo el mundo creía que dimitiría y su discurso en la Asamblea aumentó, aún más, el rechazo social.
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A las 20.00 horas del jueves llegan los primeros rumores. "Rubiales dimitirá en la Asamblea extraordinaria", afirmaban varias fuentes federativas. El presidente de la RFEF pasó toda la tarde reunido con su equipo de confianza en su despacho de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. En ese cónclave, tras escuchar a todas las partes y varias llamadas de teléfono, se inclina finalmente por dejar el cargo antes de que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) le suspenda cautelarmente.
La sucesión se acelera. Rubiales cesa a todos los vicepresidentes y mantiene sólo en ese cargo a Pedro Rocha, máximo dirigente de la Federación Extremeña, para facilitar el proceso. Él será su sustituto y quien ocupará la presidencia de la RFEF hasta las elecciones de 2024.
Poco tiempo después de que esto suceda, este movimiento se filtra y aparece publicado en diversos medios de comunicación. Rubiales sabe que, decida lo que decida, no puede contárselo a nadie. Por ello, cuando cambia de opinión, mantiene completamente en secreto que no dimitirá en la Asamblea.
La reunión en la sede de la RFEF termina con la firme sensación de que Luis Rubiales dejará el cargo el viernes. Sin embargo, ocurrirán varios hechos en las siguientes horas que le harán decantarse por continuar para "luchar hasta el final".
El presidente de la RFEF nunca ha tenido la palabra dimitir en su diccionario. Por eso, para quien lo conoce muy bien, esa misma noche siempre deja una puerta abierta a que no abandone el cargo, tal y como todo el mundo esperaba, por su beso a Jenni Hermoso y su conducta en la final del Mundial femenino.
La cena con su familia
Tras salir de Las Rozas, Rubiales cena con su padre y sus hijas. Es ahí cuando todo cambia. El exfutbolista y ahora dirigente de la RFEF mira a Lucía, Ana y Elena. Es por ellas, según ha podido conocer EL ESPAÑOL, por las que decide mantenerse en el cargo y pelear en los tribunales "para defender su dignidad". Sabe que el TAD le va a suspender —aunque la FIFA se adelantó y le suspendió este mismo sábado de sus funciones nacionales e internacionales—, sabe que su tiempo en la RFEF ha terminado, pero cree "necesario que se sepa la verdad".
Casi todo el mundo le aconseja dimitir, pero Rubiales está dispuesto a resistir. Es entonces, tras recibir las llamadas de sus más allegados, cuando les empieza a comunicar que el viernes se sentirán "orgullosos" de él.
A medianoche, ya ni confirma ni desmiente que vaya a dimitir. Tras esa cena familiar, prepara un discurso que nadie más conocería hasta que subió al atril en el salón de actos de la Real Federación Española de Fútbol. Decide que sus palabras serán las mismas dimita o no, pero aplaza la decisión hasta reunirse con los barones territoriales de la RFEF. Allí decantará la balanza hacia un lado o hacia el otro.
El informe de la RFEF
El viernes por la mañana Rubiales no para de atender el teléfono. Una llamada tras otra, según confirma su círculo más próximo. El presidente de la RFEF ha dormido poco. Llega a Las Rozas a las 10.30 de la mañana, donde ha citado a todos los presidentes de las Federaciones Territoriales.
Todos esperan que Luis Rubiales dimita, pero los minutos pasan y no lo confirma. A las 11.20, su móvil y los de los barones comienzan a sonar. EL ESPAÑOL ha publicado en exclusiva el informe con las conclusiones de la investigación interna de la RFEF. La Federación le exculpa y el delegado antiacoso de FIFA afirma que coincidió con Jenni Hermoso en el que beso fue algo "anecdótico".
Este informe del departamento de Integridad concluye que las actuaciones de Luis Rubiales, desde la perspectiva jurídica, "no se encuentran tipificadas en Código Disciplinario de la RFEF". El presidente del fútbol español decide, ya de forma firme, resistir y pelear en la Justicia, tanto ordinaria como deportiva.
EL ESPAÑOL, tras esta primera exclusiva, publica a las 11.45 que Luis Rubiales no dimitirá. Sus gestos hacen indicar que ésa iba a ser su decisión final. Un cuarto de hora después, y justo antes de entrar al salón de actos, se lo confirma también a los dos miembros más cercanos de su equipo.
La Asamblea comienza pasado el mediodía. Rubiales toma la palabra. Toda España está pendiente de su discurso. Tras varios minutos en los que pide perdón por sus gestos en el palco de la final del Mundial —pero no por el beso a Hermoso, que define como "consentido"—, llega el momento adelantado por este periódico.
"No voy a dimitir". Hasta cinco veces seguidas dice esa frase. Es una muerte segura. El CSD, a través de su presidente, Víctor Francos, anunciará horas después que eleva al Tribunal Administrativo del Deporte una denuncia realizada por el Gobierno. Rubiales iba a ser suspendido cautelarmente el lunes por el TAD —aunque la FIFA se adelantó este sábado—, pero, según puede confirmar EL ESPAÑOL, el presidente de la RFEF explica así su decisión a sus más allegados: "Tengo que defender mi dignidad por mis hijas".
El viaje a Motril
Tras diversas conversaciones después de la Asamblea, Rubiales abandona la Ciudad de Las Rozas en su coche oficial junto a su chófer. A primera hora de la tarde ya está camino a Motril, donde pasará unos días junto a su familia.
El presidente de la RFEF llega su casa en la localidad granadina a las 19.45 horas. Para entonces, el CSD ya ha anunciado que eleva ante el TAD una denuncia del propio Gobierno contra Rubiales por "dos infracciones muy graves". Ya es oficial que será suspendido cautelarmente y que Pedro Rocha pasará a ser entonces el nuevo máximo mandatario del fútbol español hasta las elecciones (probablemente después de los JJOO de París 2024).
Durante el viaje también se entera del comunicado del sindicato FUTPRO, firmado por Jenni Hermoso, el resto de jugadoras campeonas del mundo y hasta un total de 80 futbolistas, que desmiente su versión sobre lo sucedido en el podio de la final.
"En ningún momento consentí el beso", afirma a título individual una Jenni Hermoso, que horas después firmaría un nuevo comunicado aún más duro contra Rubiales. La jugadora asegura que fue una "agresión", que se sintió "vulnerable" y denuncia "presiones" por parte de la RFEF hacia ella misma, su familia y su entorno más cercano.
[Jenni Hermoso habla de "agresión" y denuncia "presiones" de la RFEF: "Me sentí vulnerable"]
Los mensajes públicos contra Rubiales continúan siendo un goteo constante. Nadie le apoya. Hasta dos patrocinadores de la RFEF, como Iberia e Iberdrola, condenan los hechos y al máximo mandatario del fútbol español.
A pesar de todo, Rubiales resiste y asegura mantenerse "fuerte" para, según sus palabras a su círculo de confianza, "luchar por la verdad" y "para defender su dignidad por sus hijas". Las personas que le conocen muy bien coinciden en que "nunca se rendirá" y que "peleará hasta el final" sin importarle las consecuencias personales.
Las 24 horas entre la cena del jueves por la noche con su familia y la llegada a Motril el viernes así lo confirman. Ahora bien, las cosas se complican horas más tarde, en un sábado negro que confirma el desmoronamiento de la era Rubiales en la RFEF y cuyo mayor golpe es la suspensión provisional decidida por la FIFA.
Pero a lo largo de todo el día, el dirigente pierde, uno por uno, los principales apoyos que hasta ahora le quedaban en la Federación, como el del seleccionador nacional en categoría masculina, Luis de la Fuente, y otros relevantes perfiles técnicos.
El que era uno de los principales apoyos profesionales de Rubiales pasó, en escasas 24 horas, de aplaudir su discurso exculpatorio a dejarle caer, al igual que una decena de cargos de la RFEF. También le abandona Montse Tomé, una importante técnica de la Federación y a la que el motrileño ofreció este viernes el puesto de directora deportiva de fútbol femenino.
Y, por último, llega el comunicado de Jorge Vilda, el seleccionador femenino nacional, en que asegura lamenta "el comportamiento impropio" de Rubiales. Es la puntilla. Hasta su hombre más fiel, ese que le apludió y al que propuso renovar a cambio de 500.000 euros al año durante la Asamblea, condena la conducta del presidente de la RFEF.
El clamor político y social en su contra se incrementó este sábado después de que la RFEF publicase un polémico comunicado en el que arremetía contra Hermoso, a la que consideraba "abducida" por el sindicato que la representa, FUTPRO, y a la que acusó de mentir en su versión de lo sucedido.
El texto no tardó en desaparecer de la web de la Federación, ya que había sido redactado antes de la suspensión de Rubiales por parte de la FIFA, pero fue publicado después de esta decisión, cuando el motrileño ya había sido apartado de "cualquier actividad relacionada con el fútbol".
De hecho, la FIFA también le ha prohibido contactar, por sí mismo o a través de terceros, con Jenni Hermoso o su entorno cercano. Tampoco podrá hacerlo ningún empleado de la Federación.
El sábado que pone fin a su semana horribilis termina con Pedro Rocha al frente de la Federación, poco después de que el Ayuntamiento de Motril retirase al permiso, por temor a altercados, para que Rubiales y sus amigos celebrasen un partido de fútbol esa misma tarde en un polideportivo municipal.