La Moncloa recibió este martes la visita de las campeonas del mundo. Desfilaron las 23 jugadoras, el cuerpo técnico de la Selección y la expedición de la Federación Española de Fútbol con su presidente Luis Rubiales a la cabeza. Todas las miradas apuntaban al máximo directivo federativo tras la polémica suscitada por su beso a la futbolista Jenni Hermoso tras la final del Mundial.
Rubiales, que no acudió la noche anterior a la fiesta de la Selección ante 20.000 aficionados, estuvo en segundo plano en la visita al Palacio de La Moncloa. Tan solo estrechó la mano con Sánchez, en un frío saludo en el que apenas hay un cruce de miradas entre ambos.
Tras ese tenso momento, Rubiales se colocó a un lado de la plantilla y del resto de miembros de la expedición para escuchar los discursos de Ivana Andrés, capitana de la Selección, y Pedro Sánchez. La imagen es opuesta a la de la llegada al aeropuerto de Madrid, en la que el presidente de la RFEF salió en primer lugar del avión junto a Ivana, el seleccionador Jorge Vilda y la copa de campeonas del mundo.
La escasa interacción entre Sánchez y Rubiales llega un día después de las feroces críticas dirigidas al presidente de la Federación, incluidas desde el propio Gobierno. Yolanda Díaz, la vicepresidenta y ministra de Trabajo en funciones, además de líder de Sumar, pidió su dimisión por haber "vejado y agredido a una mujer".
"Sus excusas no sirven, en absoluto, y pedimos el cumplimiento de la Ley del Deporte y que se activen los protocolos de la Federación de deporte. Insisto, esta persona debe dimitir", añadió Yolanda Díaz en su comparecencia del lunes.
Las críticas del Gobierno
El ministro de Cultura y Deportes en funciones, Miquel Iceta, fue de los primeros en mostrar su rechazo hacia el gesto de Rubiales. "A mi me parece inaceptable, vivimos un acontecimiento deportivo pero también un momento de igualdad de derechos y de respeto hacia las mujeres y debemos ser especialmente cuidadosos en nuestras actitudes hacia las mujeres", señaló.
Incidió en que "estamos mandando un mensaje a la sociedad de respeto e igualdad, no se debe mandar un mensaje de prevalencia de que el que manda fuerza un beso". "Eso no puede ser", zanjó el ministro.
También fueron contundentes las ministras en funciones de Igualdad, Irene Montero, y de Derechos Sociales y Agenda 2023, Ione Belarra. Ambas tacharon el gesto de "violencia sexual".
"No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo 'que pasa'. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí", escribió la ministra de Igualdad.
Belarra siguió la misma línea en otro mensaje colgado en la red social 'X' (antes Twitter) y sentenció que la "violencia sexual contra las mujeres tiene que terminar".
"Lo que todas pensamos, si hacen eso con toda España mirando, qué no harán en privado. La violencia sexual contra las mujeres tiene que terminar. Un abrazo a las CampeonAs!", escribió la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2023.