El Mundial femenino de fútbol se ha convertido en una de las grandes atracciones del verano. Australia y Nueva Zelanda están siendo testigos de un torneo muy disputado y marcado por las sorpresas que ya está en los cuartos de final. Esto ha hecho que se haya convertido un éxito rotundo cuando ha llegado a su ecuador, aunque todavía queda la mejor parte.
La Copa del Mundo se trasladaba por primera vez a su suelo oceánico y esto ha llenado de misticismo al Mundial, convirtiéndolo en un auténtico viacrucis para varias de las selecciones más potentes. Algunas de las favoritas se han quedado por el camino, haciendo que otras empiecen a emerger.
Una de ellas es, sin duda, España. El equipo de Jorge de Vilda ha sabido aprovechar la suerte que hay que tener en este tipo de torneos. Abocada a la segunda plaza de su grupo tras caer ante Japón, las nubes se cernían sobre las expectativas. Más allá de eso, la eliminación de algunos de sus futuribles rivales más temidos han generado ilusión, especialmente tras la imagen mostrada ante Suiza.
El buen juego, el acierto goleador o los notables cambios en el esquema han propiciado que la selección española haya despertado un gran interés. Además, cuenta con algunas de las grandes estrellas del torneo, como es el caso de Aitana Bonmatí o Alexia Putellas, o con una de las relevaciones, donde Alba Redondo está acaparando gran cantidad de focos.
Un paso adelante que le ha hecho colocarse en la pomada junto a las propias niponas, Suecia o Inglaterra, actual campeona de Europa. Las ausencias de grandes campeonas, Estados Unidos y Alemania, ha provocado que solo Japón haya saboreado las mieles del éxito en el pasado. Ahora, hasta siete selecciones aspiran a coronarse como campeonas el próximo 20 de agosto.
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Adiós a varias favoritas
La fase de grupos y los octavos de final del Mundial se han convertido en una auténtica escabechina. Muchas selecciones han tenido que sufrir hasta el final para sellar su pase a los cuartos de final, pero otras cuanta se han quedado por el camino. Una situación que ha hecho que se dé una situación bastante peculiar en este torneo.
Por ejemplo, la fase inicial dejó auténticos bombazos. Alemania, doble campeona mundial y segunda selección con más títulos, se quedaba fuera de la Copa del Mundo tras la victoria de Marruecos frente a Colombia en la última jornada de su grupo. Un sorprendente y prematuro adiós.
También dijo adiós antes de tiempo Brasil. La canarinha, liderada por Marta en el que iba a ser el torneo de su despedida, se marchó antes de tiempo del territorio oceánico. La ocho veces campeona de la Copa América y finalista del Mundial en 2007 era apeada del torneo tras no pasar del empate frente a la sorprendente Jamaica en la fase de grupos.
Italia, que también estaba llamada a dar la sorpresa, cayó prematuramente en la fase de grupos. De hecho, las transalpinas llegaron a adelantarse en el duelo decisivo frente a Sudáfrica, pero estas supieron darle la vuelta. Aunque reaccionaron y consiguieron empatar, las europeas se quedaron fuera con un gol en el descuento de su rival.
Sin embargo, la gran sorpresa de este Mundial femenino llegó en los octavos de final. La todopoderosa Estados Unidos, liderada por Alex Morgan y Megan Rapinoe, fue eliminada en una tanda agónica de penaltis frente a Suecia. Un resultado que dejó fuera a la campeona de las dos últimas citas. Ya dieron síntomas de debilidad en la fase de grupos, pero frente a las nórdicas se consumó el bombazo.
Japón, la única campeona
A lo largo de la historia se han disputado varias ediciones del Mundial femenino, habiéndose jugado un total de nueve con esta. No obstante, aún menos selecciones han tenido la oportunidad de proclamarse campeonas ante el dominio casi absoluto que ha tenido Estados Unidos.
Las norteamericanas se ha consolidado como uno de los equipos más potentes del mundo, alzándose con hasta cuatro entorchados y llevándose los dos últimos de manera consecutiva. Un dominio que ha evitado que muchas otras selecciones hayan podido llevarse la victoria en anteriores ediciones.
Sin embargo, Japón es la única representante de todas aquellas campeonas del Mundial. Las niponas, ganadoras en 2011, sigue en liza mientras que otras como Alemania o la propia Estados Unidos ya han dicho adiós. Por ello, el combinado asiático se presenta como uno de los principales rivales a batir.
Noruega, que era la otra que también se había alzado con el título, cayó goleada frente a Japón y dijo adiós a volver a reinar en el fútbol femenino. Por lo que las asiáticas tendrán que cargar con el peso de todas las miradas y se deberán de andar con cuidado de tropezar como las otras.
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España, una gran favorita
El Mundial de España ha causado sensación. El equipo dirigido por Jorge Vilda ha pasado por algún momento de crisis, como el sucedido tras la derrota frente a Japón, pero ha sabido reponerse de la mejor manera. A base de juego y goles consiguió dejar fuera a Suiza en los octavos de final.
Un imagen mostrada al mundo que ha hecho que la historia de la Selección tenga por delante muchas hojas que rellenar. Tras meterse por primera vez en los cuartos de final, este grupo ha demostrado tener mucho hambre y ser capaz de sobreponerse a los momentos difíciles.
La ambición de un equipo liderado por Aitana Bonmatí, una de las favoritas al Balón de Oro, ha hecho que se empiece a plantear el sueño de ganar el Mundial. Una misión muy difícil, pero no imposible. Ante la cantidad de sorpresas, España se ha encontrado con una oportunidad inmejorable.
Para ello, primero tendrán que dejar por el camino a Países Bajos en cuartos. Si llegan pasar a semifinales, allí les esperará una de las grandes pruebas del torneo con el ganador del Japón - Suecia. En una teórica final se enfrentaría a Inglaterra, Francia, Colombia o Australia. Ya solo quedan ocho equipos y apenas siete partidos, por lo España se ha ganado el derecho propio a soñar.