Un protocolo antirracismo "obsoleto" y denuncias archivadas en España: las diferencias con otras ligas
Premier League, Serie A o Bundesliga han endurecido la persecución y las sanciones por actos racistas y marcan el camino al fútbol español tras el 'caso Vinicius'.
24 mayo, 2023 02:15"A la siguiente nos metemos. Es así, Éder, que es así el protocolo. Es una vergüenza, es una vergüenza, hazme caso que sí". Ricardo de Burgos Bengoetxea, árbitro del Valencia-Real Madrid, explicaba así a Militao, central del equipo blanco, por qué no podía mandar a los jugadores al vestuario tras el incidente racista en Mestalla con Vinicius.
De Burgos, del colegio vizcaíno, aplicó en el momento el protocolo contra el racismo vigente en el fútbol español. Cumplió con cada uno de los pasos: paralizó momentáneamente el partido, instó a que por megafonía y las pantallas del estadio se condenaran estas conductas y, tras ello, reanudó el choque.
En los días posteriores al partido se está repitiendo una máxima. "El protocolo está obsoleto", dijo con contundencia Carlo Ancelotti este martes. El italiano, enfadado, reclamaba en el momento a De Burgos que parara el partido por completo. La explicación del colegiado no le convenció: "Si el árbitro lo tiene que aplicar [el protocolo], se tendría que haber aplicado cuando el autobús llegó al estadio, que es cuando comienzan los insultos. El protocolo tiene que empezar ahí, si lo aplican en el 70 se han equivocado", sostenía dos días después de los hechos.
El foco se pone en el protocolo, firmado en 2005 y obsoleto para muchos, y en un sistema de justicia que ha acabado en demasiados casos archivados. Luis Rubiales, presidente de la RFEF, reconocía este lunes que todos los agentes implicados podían hacer más.
De ahí que ahora toque reflexionar al respecto. LaLiga solicita mayores competencias sancionadoras -actualmente sobre todo denuncia, aunque también tiene presencia en Antiviolencia- y también colaborará con la RFEF en la campaña 'Juntos contra el Racismo'. Es un inicio para trabajar conjuntamente en cambiar algo que no se ha tocado apenas en 18 años y, visto lo visto, no funciona en la actualidad.
El protocolo en el fútbol español
El "Protocolo de actuaciones contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el fútbol" marca los pasos que se siguen actualmente para actuar contra el racismo dentro de un estadio. Los únicos cambios llegaron con el añadido de nombre "Protocolo de actuación para el restablecimiento de la normalidad en competiciones, pruebas o espectáculos deportivos a que se refiere el artículo 15.2 de la Ley 19/2007", el cual tipificó delitos de odio por primera vez en los estadios. La responsabilidad reside única y exclusivamente en el árbitro, con el apoyo ahora del VAR, para tomar las decisiones correspondientes y el proceso consta de tres pasos:
- La paralización o interrupción momentánea de los partidos donde se produzcan conductas racistas, xenófobas o intolerantes -tanto de obra como de palabra- será una facultad reservada a los árbitros.
- Cuando los árbitros hagan uso de la facultad prevista en el apartado anterior instarán al organizador para que transmita -a través de la megafonía y de los sistemas audiovisuales del estadio- mensajes que condenen ese tipo de conductas y que insten a los asistentes a observar un comportamiento respetuoso con todos los participantes.
-Cuando los árbitros consideren que las ofensas o conductas racistas, xenófobas o intolerantes revistan suma gravedad, y antes de adoptar la decisión de suspender el partido, agotarán las vías dirigidas a lograr que prosiga su celebración. En este sentido, consultarán sobre la conveniencia de adoptar semejante decisión a los capitanes de ambos equipos y a los mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad desplegadas, y ordenarán al organizador que difunda -a través de la megafonía y de los sistemas audiovisuales del estadio- la posibilidad de acordar la suspensión en caso de que prosiguieran los incidentes en cuestión.
Problemas a la hora de sancionar
Por otro lado, los agentes del fútbol quieren un proceso más depurado y que no dependa de la justicia ordinaria. "A veces la Federación se ha encontrado con que otros agentes del fútbol no nos han dejado [castigar]. La RFEF ha sancionado y estas sanciones no se han podido llevar a término. Con la anterior Ley, había en ocasiones conflictos competenciales que hacían que a la vez que había posibilidad de sanción por parte de la propia Federación, se pudiera sancionar desde un órgano administrativo. Generalmente quedaba invalidada la acción de la Federación", explicaba Rubiales este lunes.
"Ha habido estadios cerrados o parcialmente cerrados donde se ha demorado muchísimo la sanción o donde, directamente, se le ha quitado la competencia a la RFEF. Le pido a los clubes que no dilaten injustificadamente los procedimientos y que si hay una sanción que el propio club debe asumir; que no lo dilate con procedimientos demorados en el tiempo", añadía el presidente de la RFEF.
De tal modo, la mayoría de las denuncias por actos racistas contra Vinicius han sido archivadas. La del derbi madrileño de septiembre de 2022 lo fue por darse "en un contexto de máxima rivalidad", según la Fiscalía. En las últimas horas, eso sí, se ha detectado un cambio con hasta siete detenciones entre Madrid y Valencia por los ataques al futbolista brasileño.
Además, Competición ha ordenado el cierre parcial de Mestalla cinco partidos como ya decretó recientemente con el Sánchez Pizjuán -en este caso un partido- por unos insultos a Sergio Ramos en 2017. Esta e la primera vez que se castiga así en España por un caso de racismo. Eso sí, la única ocasión en la que se suspendió un partido en el fútbol español por ataques verbales desde la grada fue cuando la afición del Rayo Vallecano le llamó "nazi" al ucraniano Zozulya durante un partido contra el Albacete.
Medidas en otros países
Gianni Infantino, tras el 'caso Vinicius', instó a todas las federaciones, no solo a la española, que empleen el protocolo que la FIFA tiene para sus competiciones. La principal diferencia es que aquí el colegiado sí puede mandar a los jugadores a vestuarios nada más notificar el ataque racista. Además, se recomiendan medidas más severas como restar los tres puntos al equipo del lado agresor.
Luego cada liga cuenta con matices en su protocolo y cambios más drásticos en el proceso sancionador. En Inglaterra, por ejemplo, el árbitro es solo quien debe advertir a la seguridad del estadio sobre los insultos racistas y estos pueden expulsar inmediatamente a los responsables, además de elevar la denuncia. El racismo ha caído en picado en los estadios ingleses mediante severas sanciones a los clubes y a los aficionados culpables y ahora se libra también una batalla en redes sociales con grandes sanciones hacia aquellos que cometen abusos racistas por Internet. Contrasta con lo desvelado por EL ESPAÑOL, los mensajes racistas por la red que denunció el Real Madrid y la Fiscalía archivó tras considerar que "no merecían ningún reproche penal".
En Alemania tienen un protocolo muy parecido al español, pero las intervenciones son más frecuentes. De hecho, solo en la temporada 2021/2022, contando todas las categorías, se suspendieron temporalmente 911 partidos en el fútbol germano por ataques racistas. En Francia, a pesar de haber reforzado los sistemas de las cámaras de vigilancia para identificar a los responsables y endurecido las sanciones, el racismo es también un problema en los campos de fútbol.
Igual que en Italia, con un aumento de casos que provocó que en 2019 su federación cambiara las normas para suspender temporalmente los partidos ante actos racistas. Desde entonces ha habido más incidentes contra futbolistas como Lukaku, Koulibaly, Kessié o Umtiti, pero estos han sido replicados con medidas severas como el cierre parcial de estadios de equipos como Juventus, Inter de Milán o Lazio. Recientemente, 171 aficionados de la Juve atacaron a Lukaku y fueron identificados por la policía de Turín, expulsados de los estadios y multados por la Justicia.
Y esto no es algo que ocurre solo en el resto de grandes ligas. La MLS, el campeonato norteamericano, vivió hace poco un episodio racista cuando un jugador del New York Red Bull, Dante Vanzeir, llamó "mono" a un rival. El partido se paró durante 20 minutos y el jugador acabó reconociendo su insulto, siendo castigado con una multa económica y seis partidos de sanción.
El fútbol español tiene de donde coger ideas para reforzar su lucha contra el racismo. La situación con Vinicius, tras al menos diez casos así sufridos por el brasileño, ha llevado esto al límite. El mundo mira con vergüenza hacia La Liga y es el momento de actuar para frenar lo que Rubiales definió bien como un problema "de comportamiento, de educación, de racismo".