Expuestos como nadie a las críticas dentro del mundo del fútbol, los árbitros de la RFEF trabajan muy duro en silencio para seguir mejorando cada día. El colectivo arbitral tiene un complicado trabajo, pero se esfuerza por pulir cada día su desempeño a través de profundos análisis técnicos, una detallada preparación física y una gran autocrítica tanto individual como colectiva.
Este gremio, formado por 15.000 licencias entre las que se incluyen las del fútbol sala, ha conseguido profesionalizarse en los últimos tiempos. Todos los colegiados en Primera y Segunda División tienen desde hace tres temporadas dedicación exclusiva al arbitraje, mientras que esto también es así en la Primera División femenina desde el pasado mes de septiembre.
Un total de 191 árbitros de élite (65 en Primera División, 72 en Segunda División y 54 en Primera Femenina) son la cabeza visible del gran número de compañeros que en categorías inferiores imparten justicia en una cantidad ingente de partidos. La suma dice que unas 600 personas dirigen las competiciones nacionales cada fin de semana en el territorio nacional.
Además, desde la RFEF se trabajó duramente para la profesionalización de las árbitras de la Primera División Femenina. El ente presidido por Luis Rubiales quería unas condiciones económicas dignas, estabilidad y seguridad laboral para ellas, y al final se cerró un acuerdo pionero para el resto de federaciones europeas.
La preparación
Los árbitros de élite son profesionales que no sólo dirigen un partido durante el fin de semana, sino que a lo largo de toda la semana realizan un trabajo invisible que exige una gran dedicación. Todos estos progresos están monitorizados al día desde el Comité Técnico de Árbitro.
Están obligados a entrenar con GPS y el área física de la RFEF maneja todos los datos. Los colegiados deben completar seis entrenamientos semanales en los que combinan ejercicios de fuerza y de intensidad, unas tareas que van variando entre las distintas semanas de trabajo.
Con toda esta preparación, los trencillas tienen el firme objetivo de llegar lo mejor preparados posible al partido para el que han sido designados. Además, cuando la Federación estudia los datos de entrenamiento que alertan de un riesgo de lesión, los entrenamientos se corrigen para prevenir la salud.
Por otra parte, los árbitros realizan una revisión de los últimos partidos que hayan jugado los equipos a los que les toque dirigir durante la jornada. Así, analizan las polémicas, la manera de atacar, de defender, de realizar los contragolpes, la forma en la que los conjuntos tienen de ejecutar el balón parado... Para todo ello, la RFEF pone a disposición de sus colegiados la mejor tecnología.
La autocrítica
Después del partido el trabajo de los árbitros no termina. A posteriori, existe la obligación de redactar un informe revisando el encuentro en el que deben mostrar especial atención a las jugadas disciplinarias y de área, así como a algunas otras acciones que hayan podido generar polémica.
Los colegiados hacen autocrítica ya que pueden observar errores en algunas decisiones que tienen que reflejar en este informe. Así, tienen que explicar las razones que le llevaron en aquel momento a señalar algo que ahora ve que debería corregir. Esta redacción es sólo uno de los tres informes que se realizan en cada partido, ya que otro lo hace el observador arbitral y el último la comisión técnica del Comité de Árbitros.
Por último y para hacer un trabajo mucho más completo, los informes y sus conclusiones se comparten con el resto del colectivo arbitral en una reunión telemática que se produce durante la mañana de cada viernes.
Un éxito internacional
Todo este plan establecido por el Comité Técnico de Árbitros de la RFEF ha facilitado que en el año 2022 España lidere el ranking europeo con más internacionalidades. El fútbol español contó con 51 colegiados internacionales por los 50 de Italia y de Francia, y tan sólo fue superado por Brasil debido a su potencia femenina.
No sólo la referencia fue cuantitativa, sino también cualitativa. La RFEF fue la Federación que contó con más presencia en las rondas finales de los torneos europeos la pasada temporada.
Los árbitros españoles también fueron una referencia en el pasado Mundial de Qatar 2022. En el torneo más importante del planeta hubo seis colegiados nacionales y la RFEF fue la Federación con más árbitros del mundo actuando en el VAR. Mateu Lahoz, Pau Cebrián y Roberto Díez Pérez del Palomar impartieron justicia sobre el terreno de juego, mientras que Alejandro Hernández Hernández, Ricardo de Burgos Bengoechea y Juan Martínez Munuera estuvieron en la sala VAR.
Por otra parte, el actual presidente del Comité Técnico de Árbitros, Luis Medina Cantalejo, fue incorporado por la UEFA a su panel de desarrollo de arbitraje. Este es el grupo más importante que controla el presente y el futuro del arbitraje europeo, por lo que España tiene representación en él.