Dani Alves está pasando por uno de sus peores momentos en la prisión de Brians 2. El futbolista ingresó en el centro penitenciario el pasado 20 de enero tras ser acusado de agredir sexualmente a una joven en una discoteca de Barcelona la noche del 30 de diciembre. Según ha revelado el programa 'Fiesta', el jugador está sufriendo las consecuencias del encierro en sus propias carnes.
A través del relato de un preso que comparte estancia con Dani Alves, se han dado a conocer más datos acerca de su estado físico y de cómo le tratan los demás reclusos en Brians 2. Esta persona aseguró que "en el comedor le gritan maricón y violador", lo que demuestra el ambiente hostil que hay hacía el exfutbolista del Barcelona o Sevilla.
"Él no sale. Él solamente sale al polideportivo cuando juega contra otro módulo. Si no, se queda ahí en el módulo o se pone ahí en la sala de día, que está la tele, a ver la tele. Está más delgado, está más demacrado. Se le ve triste a ratos", indicó el preso al citado programa sobre cómo desarrolla Dani Alves su jornada diaria. Unas palabras que demuestran que estaría sumido en espiral negativa que habría afectado a su estado de salud.
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Además, también reconoció que el famoso futbolista recibe ciertos privilegios de vez en cuando, aunque no en el aspecto alimentario. "Él come exactamente la misma mierda que nos dan a nosotros. Tal cual", confirma esa persona. Además, confirma que Dani Alves sigue defendiéndose de lo sucedido la noche del 30 de diciembre.
"Todo ha sido consentido, que todo bien. Una noche de fiesta", revela sobre las palabras que ha reproducido el jugador dentro del centro penitenciario. Una idea que ha defendido durante su última intervención frente a la jueza, reconociendo que mantuvo relaciones sexuales con la chica y recalcando que ambos estaban de acuerdo en llevarlas a cabo.
Su declaración ante la jueza
Dani Alves decidió acudir a declarar ante la jueza el pasado 17 de abril. El propio jugador fue el que pidió una audiencia con la magistrada para dar una nueva versión de lo sucedido en los baños de la discoteca Sutton. Esto hizo que cambiase de relato por quinta vez.
Como principal defensa, Dani Alves argumentó que había sido ella la que había insistido en mantener relaciones sexuales y que él le propuso acudir a los baños del local nocturno. Unas palabras que fueron transmitidas a la jueza del caso.
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"Noté su buena disposición por la manera como bailaba, como se acercaba a mí, como intercambiábamos posiciones", explicó sobre las supuestas intenciones de la joven mientras estaban en la discoteca. "Le dije de trasladar todo eso al baño. Me dijo que sí, que no había problema. Le dije que yo iba primero y que la esperaría dentro", explicó más detalladamente.
"Yo fui simplemente un cómplice de las ganas que ella tenía o de las que tenía yo", sentenció el jugador de 40 frente a la jueza para exculparse de lo sucedido aquella madrugada en Barcelona.