Esto es la Champions League y en esta competición suceden cosas extraordinarias. La lógica, los números y las estadísticas no valen para nada, y si no que se lo pregunten al Nápoles. El conjunto napolitano, en una de las mejores temporadas de su Historia, tuvo que doblar la rodilla en San Siro ante un Milan que supo dar el zarpazo en el momento adecuado y que además terminó con un futbolista más. [AC Milan 1-0 Nápoles: narración y goleadores]
Los dos equipos se conocían perfectamente, quizás demasiado. Se enfrentaron hace diez días con una victoria rossonera que se tomó con pinzas, casi como algo anecdótico porque la brecha entre ambos equipos en la Serie A es de 22 puntos, una diferencia sideral entre un Nápoles que tiene la Liga en el bolsillo y un Milan que tendrá que pelear por meterse entre los cuatro primeros.
Todas las quinielas ponían al Nápoles como favorito, además por mucho margen de diferencia, pero después de la ida los porcentajes han cambiado notablemente. El Milan salió triunfante del primer asalto y, gracias al gol de Bennacer, podrá ir al Diego Armando Maradona con una pequeña ventaja que le acerca a las semifinales de la gran competición continental.
La ventaja del Milan
San Siro se había preparado a conciencia para presenciar una cita que anhelaba. Hacía mucho que el AC Milan no se metía en unos cuartos de final de Champions League, así que este momento no podía pasar de puntillas en la historia reciente del club rossonero. El coliseo milanista se llenó hasta la bandera aunque fuera para presenciar un partido que tenía unserio olor a Serie A, porque el Nápoles es un rival que se suele cruzar de vez en cuando por el camino en la liga italiana.
Desde luego que el favoritismo en la eliminatoria caía todo de lado napolitano, y los instantes iniciales fueron un fiel reflejo de ello. Apenas unos segundos tardaron los de Spalletti en poner en serios apuros la portería local y lo hicieron por medio de su gran estrella, ese hombre al que ya quiere media Europa, Kvaratskhelia. El georgiano estaba ya casi levantando los brazos para celebrar el primero, pero entonces apareció providencial Calabria para despejar bajo palos.
El Nápoles estaba a gusto. No le duelen prendas en dominar los partidos fuera de casa, así que siguió con su objetivo de empezar a encarrilar la eliminatoria pronto. El siguiente en intentarlo fue Di Lorenzo, que a los 13 minutos probó suerte de cabeza aunque terminó enviándola por encima del larguero.
Mientras Ibrahimovic no se perdía detalle del partido desde fuera del terreno de juego, el AC Milan conseguía sobrevivir y hacer que avanzara el reloj sin pasar muchos más apuros. Esperaban los rossoneros tener alguna para dar el zarpazo, y lo consiguieron. Solo restaban 5 minutos para llegar al descanso, así que los de Pioli aprovecharon el momento oportuno para dar un estacazo.
Brahim lanzó un contraataque de una forma prodigiosa, avanzó metros con una velocidad endiablada desde su propio campo y se plantó en el área rival. Quiso conectar con Leao y, después de un poco de fortuna, el balón le llegó a Bennacer en el costado contrario para que, llegando desde atrás, le pegara con el alma y batiese a Meret por bajo. Todavía tuvo una última Tonali en el tiempo añadido, pero hubiera sido seguramente un premio excesivo.
La expulsión
En la segunda mitad el guión del partido no cambió demasiado. Lo único diferente era que el Nápoles tenía más urgencias porque no quería afrontar la vuelta en el Diego Armando Maradona teniendo que firmar una remontada. Se pusieron los de Spalletti manos a la obra desde el primer momento, y estuvieron cerca de encontrar la recompensa.
Un centro desde el costado izquierdo encontró el remate de Elmas, y aquel cabezazo a punto estuvo de sorprender a Maignan, que estaba demasiado adelantado. Entre el guardameta y el larguero se encargaron de enviar el balón a córner y evitar un empate que hubiera cambiado mucho las cosas.
El Nápoles comenzó a verse impotente, como sabiendo que no iba a ser su partido, y eso le dio alas a un Milan que cada vez se vio con más confianza, sobre todo con el marcador a favor. San Siro disfrutaba y se vino arriba cuando, a falta de quince minutos para el final, los visitantes se quedaron con uno menos por la expulsión de Anguissa. Discutida, pero segunda amarilla.
En el tramo final el Milan inclusó pidió un penalti que el colegiado no consideró, algo que les hizo irse cabreados a los rossoneros pese a la ventaja. Los de San Siro quieren seguir recuperando toda esa grandeza europea perdida en los últimos años, y un pase a las semifinales de Champions sería un gran paso para ello.
AC Milan 1-0 Nápoles
Milan: Maignan; Calabria, Kjaer, Tomori, Theo; Krunic, Tonali; Brahim Diaz (Rebic, m.80), Bennacer (Saelemaekers, m.67), Leao; Giroud.
Nápoles: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Min-Jae, Mario Rui (Olivera, m.81); Anguissa, Lobotka, Zielinski (Ndombele, m.81); Lozano, Kvaratskhelia (Politano, m.81) y Elmas.
Gol: 1-0, m.40: Bennacer
Árbitro: Itsvan Kovacs (RUM). Mostró tarjeta amarilla a Pioli (entrenador, m.44), Bennacer (m.61), Saelemaekers (m.94), Calabria (terminado el partido) por parte del Milan; y a Zielinski (m.38), Di Lorenzo (m.70), Anguissa (m.70, m.75), Min-Jae (m.79), Rrahmani (m.94) por parte del Nápoles. Expulsó por doble amarilla a Anguissa.
Incidencias: Partido correspondiente a la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Estadio Giuseppe Meazza (San Siro) de Milán.