La selección argentina de fútbol se estrena en la madrugada de este jueves al viernes como nueva campeona del mundo. Lo hace en casa, en el Estadio Monumental de Buenos Aires, en medio de una gran fiesta y también de grandes medidas de seguridad para evitar incidentes como los que se vivieron en la celebración del título que tuvo lugar hace unos meses.
Argentina se enfrenta a Panamá en el primer partido con las tres estrellas en el pecho, algo que ha desatado una auténtica locura tanto en el país sudamericano como en el resto del mundo. Las estadísticas son de récord y hablan a las claras de la expectación que genera este estreno de la Albiceleste.
Así, los medios de comunicación argentinos informan que las peticiones para conseguir una entrada para este partido están fuera de toda lógica y se han disparado hasta las 1,6 millones de solicitudes. Más de un millón y medio de personas que querían acudir a este ansiado debut de Argentina como nueva campeona del mundo, pero tan sólo unos pocos elegidos podrán vivir esta cita histórica en directo.
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El aforo del Estadio Monumental se sitúa en torno a las 80.000 personas, así que la gran mayoría de las personas que han pedido una entrada se tendrán que conformar con seguir el partido de otras formas. Y no sólo eso, sino que la AFA recibió un total de 131.000 solicitudes de acreditación por parte de los medios de comunicación para cubrir este partido en el estadio, una cifra completamente imposible de atender ya que también supera con creces el aforo del estadio.
Medidas de seguridad
Este partido estará envuelto en una gran vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad ya que el precedente cercano es evidente. Se espera que cerca de un millón de personas salga a la calle para intentar ver pasar el autobús de Argentina rumbo al estadio, aunque no se ha desvelado el recorrido por razones de seguridad.
En las celebraciones del pasado Mundial ya se tuvo que cancelar el recorrido previsto por parte de la Albiceleste para festejar el título con la afición por las calles de Buenos Aires. Después de varias horas en el autobús descapotable, los jugadores tuvieron que ser evacuados en helicóptero ante la imposibilidad de avanzar entre la muchedumbre.