La visita del Fútbol Club Barcelona a San Mamés había generado mucha expectación en los días previos, pero no solo por el plano puramente deportivo. A lo largo de toda la semana, la afición fue preparando un acto de protesta para manifestar en pleno partido su malestar con el 'caso Negreira', el que vincula al Barça con pagos multimillonarios durante casi dos décadas al que fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.
Esta protesta sucedió en el minuto 30 de juego. En ese momento, mientras que sobre el césped el partido se desarrollaba con normalidad y por entonces todavía perduraba el empate sin goles, desde la grada se desencadenaron las reacciones. Un buen número de billetes de color azul y rojo, representando el blaugrana del Barça, comenzaron a volar por San Mamés. Estos billetes tenían el escudo del FC Barcelona, la palabra 'mafia' y un símbolo del dólar.
Desde distintas graderías se pudo ver incluso por televisión, pese a los esfuerzos de la retransmisión por evitar que se puedan ver este tipo de imágenes. Además, todo esto vino precedido de una discutida cartulina amarilla anterior a Iñaki Williams, por lo que los ánimos ya estaban encendidos en el respetable.
A esta protesta que se asemejó a la sucedida en los aledaños del Santiago Bernabéu hace unos días con los billetes, se le sumó con cierta sorna un cántico que pedía la sanción deportiva para el Fútbol Club Barcelona por lo que la Fiscalía considera claros indicios de comprar árbitros para favorecer sus intereses deportivos.
Así, desde San Mamés atronó con mucha fuerza el cántico "A Segunda, oe" en repetidas ocasiones, pidiendo algún tipo de sanción deportiva para los catalanes ante el escándalo destapado por el 'caso Negreira'.
Las protestas de los aficionados rojiblancos se recrudecieron en la segunda mitad de manera muy notable. El Athletic marcó cuando tan sólo quedaban 5 minutos para el final del partido por medio de Iñaki Williams, que culminó de forma increíble un contraataque. Sin embargo, la acción fue revisada por el VAR y Gil Manzano acudió a la pantalla para revisar una posible mano de Muniain en el origen de la jugada. El colegiado anuló el gol y San Mamés volvió a enloquecer en medio de grandes protestas y nuevos gritos de 'A Segunda, oe'.