Leo Messi dice adiós a su última bala en Champions: otro fracaso con el PSG y un futuro en el aire

Del cielo al infierno en poco más de dos meses. Leo Messi ha pasado de tocar la gloria al conseguir prácticamente el último hito que le faltaba en su carrera deportiva, el de ser campeón del mundo con Argentina, a saborear de nuevo las mieles de un fracaso europeo con el París Saint-Germain.

El PSG está fuera de la Champions League después de caer eliminado frente al Bayern de Múnich. Otra vez casi a las primeras cambio, otra vez en los octavos de final. El año pasado fue el Real Madrid el que se cruzó en su camino con una remontada marca de la casa, y esta vez los galos han vuelto a tropezar con la misma piedra ante los germanos, mucho más equipo y mucho más fiables.

La derrota es dolorosa para el club, para su cabecilla Nasser Al-Khelaïfi pero sobre todo para Leo Messi. El argentino estaba seguramente ante su última bala para hacer algo grande en la mejor competición del mundo. Ganar la Ligue 1 son apenas unas migajas que ya se dan por descontadas, pero el ex del Barça se marchó a París para ganar algo más que la liga francesa. 

Messi, en el Allianz Arena. REUTERS

Con el asunto de su renovación todavía encima de la mesa y sin cerrarse, su futuro sigue siendo una incógnita. El contrato con el París Saint-Germain expira el próximo 30 de junio y nadie sabe todavía a qué atenerse porque puede pasar de todo. Los cantos de sirena para irse a Arabia Saudí o incluso a Estados Unidos están ahí, son reales y en cualquier momento pueden surtir efecto, pero todo dependerá de si el argentino se ve todavía con fuerzas para aguantar un año más al nivel de los mejores.

Este mismo verano cumplirá 36 años, y la edad no solo es un número cuando se trata de fútbol profesional. Leo no ha brillado en esta eliminatoria, especialmente en la vuelta cuando su equipo lo necesitaba sin Neymar, que tendrá que pasar por el quirófano. Su regreso al Barça parece una quimera por el asunto económico, así que es altamente probable que Messi haya gastado su última bala en la Champions League.

Un partido intenso

Con el 0-1 conseguido en el Parque de los Príncipes, el Bayern tenía la eliminatoria muy de cara para el partido de vuelta. Los germanos son fiables en casa, no suelen fallar en este tipo de citas y además sabían que podían jugar con el ansia de un París Saint-Germain que no se podía permitir de ninguna de las maneras un nuevo fracaso monumental en Champions League.

El partido fue de esos que hacen afición. Se podía esperar que los dos equipos contemporizaran un poco en la primera mitad, queriendo dejar todo para los últimos minutos, pero casi se lanzaron a tumba abierta desde el inicio porque los espacios se encontraban con una facilidad pasmosa.

Messi, en su ocasión más clara ante Sommer. EFE

En el ecuador de la primera mitad, Messi tuvo la ocasión más clara de este primer acto. Fue triple, porque en dos disparos se encontró con las piernas de la defensa del Bayern y en el último con la intervención de Sommer. Precisamente el guardameta fue protagonista poco después, porque intentó regatear en su área, perdió el balón y le puso el gol en bandeja a Vitinha, algo que evitó De Ligt con una milagrosa aparición en la línea de meta.

Todo quedaba por decidir para el segundo acto. Comenzó con el Bayern avisando, con un gol anulado a Choupo-Moting por un fuera de juego de Müller, que ni siquiera llegó a tocar la pelota. El colegiado interpretó que intervenía en la jugada para despistar a Donnarumma, así que no le dio validez al tanto. 

El Bayern era mejor y tenía claro que no podía dejar pasar la oportunidad de estar en los cuartos de final. Quitarse de encima al PSG no era tarea fácil, pero sin duda le iba a allanar el camino hacia el título. En esas, al cuarto de hora de la reanudación Goretzka le robó un balón a Verratti en la frontal del área pese a que el italiano pidió falta y cedió para que Choupo-Moting, libre de marca y casi sin portero, la empujara a gol.

Leo Messi se lamenta por la eliminación en octavos de Champions League. REUTERS

Ahí murió el partido. El PSG se quedó sin capacidad de reacción porque el Bayern ató muy bien la situación. Tan solo un par de cabezazos de Sergio Ramos a balón parado inquietaron seriamente a Sommer, pero aquellos goles épicos del central español parece que no son tan fáciles si no juega con el Real Madrid. En el último minuto, por si había alguna duda, Gnabry remató el partido con el segundo.

El Bayern ya está en cuartos, mientras que el París Saint-Germain se tendrá que relamer las heridas un año más con su proyecto multimillonario que se vuelve a quedar muy lejos del ansiado título.