El Fútbol Club Barcelona no recibirá ningún tipo de sanción deportiva por su relación con José María Enríquez Negreira, el exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, pero sí que está empezando a sufrir las consecuencias de esta extraña relación en otras parcelas de la institución. La entidad se encuentra en proyecto de remodelación del Camp Nou con el Espai Barça, unas obras millonarias que quieren transformar el estadio culé, pero que pasan a verse afectadas tras el escándalo destapado.
El club que preside Joan Laporta se vio obligado a buscar el apoyo de varios inversores para acometer unas obras tan ambiciosas, pero ahora algunas de estas firmas que iban a ayudar en la financiación se han echado para atrás viendo lo sucedido con el caso Enríquez Negreira. Así lo cuenta el diario Ara, que informa de que algunas de estas partes interesadas en invertir han dejado su participación por el momento en suspenso.
Estos inversores iban de la mano de Goldman Sachs y JP Morgan, y estaban decididos a financiar el Espai Barça en el que tantas esperanzas puso Joan Laporta desde su llegada a la presidencia. Toda ayuda era bien recibida en el FC Barcelona, pero el hecho de que haya salido al descubierto la relación de la entidad con el que fuera el número 2 de los árbitros ha hecho mucho daño a la imagen del club y está pasando una gran factura.
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No es la única polémica en la que se está viendo inmerso este proyecto de remodelación desde que vio la luz. La adjudicación de las obras a la empresa Limak levantó mucha polvareda ya que también se habían presentado al concurso otras gigantes como Acciona, FCC o Ferrovial. De hecho, esta firma turca ni siquiera cotiza en bolsa, por lo que su gestión no es tan transparente como algunos reclamaban.
Las obras, en marcha
La preocupación por lo tanto crece en el club culé conforme a las informaciones del diario Ara ya que las obras del Espai Barça ya están en marcha. En el Gol Sur ya hay una parte de la grada inhabilitada, algo que hace además que esta temporada se puedan vender menos entradas de lo que es habitual, con lo que eso acarrea para las arcas azulgranas.
Pese a estos problemas de última hora surgidos con el 'caso Enríquez Negreira', el FC Barcelona se resiste a cambiar los planes y esperan que todo siga su curso. Así, para la próxima temporada 2023/2024 se espera un traslado del Barça al estadio de Montjuic, donde hace años jugaba el RCD Espanyol, para dar paso a un buen desarrollo de las obras en el Camp Nou.
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En el Ayuntamiento de Barcelona siguen con la petición firme del club culé para jugar allí el próximo curso, con un contrato que se extendió hasta noviembre de 2024, momento en el que Joan Laporta espera volver a trasladar al equipo a su casa habitual.