El Fútbol Club Barcelona es un equipo diseñado para ganar títulos. Como todas las grandes entidades, a lo largo de su Historia ha tenido momentos brillantes y otros más aciagos, y durante los últimos años los culés parecían haberse instaurado en una vorágine de mediocridad que les había alejado del éxito.
Por eso, entre otras cosas, el Barça decidió hace tiempo dar carpetazo a Ronald Koeman y poner al frente del equipo a Xavi Hernández. En su momento, la figura del técnico catalán apareció como la de un auténtico mesías para el banquillo, un hombre con el ADN del Barcelona, alguien de la casa que venía para poner fin al desencanto que habían ido provocando sus antecesores.
Con Koeman al frente los catalanes habían logrado su último título. Fue un 17 de abril de 2021, y desde aquello habían pasado ya casi 2 años, un lapso de tiempo que para otro club puede suponer un periodo normal pero que para el Barcelona es una eternidad. Aquella Copa del Rey en la que los culés se deshicieron del Athletic Club además supo a poco, no fue una Liga, tampoco una competición europea, fue uno de esos títulos que algunos catalogan como menores y que no terminan de llenar el estómago del todo.
[El Barça arrolla al Real Madrid en la final de la Supercopa de España y Xavi logra su primer título]
Como la Supercopa de España, es cierto, pero el reciente triunfo del Fútbol Club Barcelona en esta competición tiene mucho de simbólico. Se produjo ante el eterno rival, el Real Madrid, fue el primero de Xavi Hernández desde su llegada y sobre todo puso fin a una racha de casi 2 años y 85 partidos sin que los culés pudieran celebrar nada.
Xavi lo consigue
Lleva poco tiempo dirigiendo al Barcelona, pero la figura de Xavi Hernández ya ha pasado por diferentes situaciones desde que desembarcó en el Camp Nou. El técnico catalán se convirtió en la gran esperanza para la resurrección del equipo, y Joan Laporta se mostró exultante en su presentación.
Prometió un juego brillante, de asociación, control del balón y llegadas en cascada que, hasta el momento, lo cierto es que se ha visto en contadas ocasiones. Por eso, y por unos resultados irregulares, su figura incluso empezó a ponerse en duda. La incertidumbre sobre si su proyecto era el adecuado o si su escasa experiencia al frente de un equipo destacado le podía pasar factura, fueron algunas de las críticas que se vertieron sobre él.
En cierto modo estaban justificadas, ya que dos batacazos en dos temporadas consecutivas en la fase de grupos de la Champions League deja contra las cuerdas a cualquiera, pero Xavi pudo seguir trabajando. Le avala su gran trabajo en La Liga, donde tiene al Barça líder en solitario y con las opciones intactas de volver a ganar el campeonato regular. El equipo sigue mostrando diferentes caras, unas más brillantes y otras más discretas, pero ha sabido auparse al liderato y mostrarse como un equipo fiable.
Así se plantó el Barcelona en la reciente edición de la Supercopa de España, con su condición de subcampeón de La Liga del pasado curso, dispuesto a dar guerra. Superó las semifinales en la tanda de penaltis dejando muchas dudas, pero en la final contra el Real Madrid las despejó todas. Xavi consiguió una versión excelsa de su equipo, fue superior a los blancos y terminó llevándose con todo merecimiento la victoria y el título.
Demasiado tiempo
Durante su estancia en el Barça, Xavi Hernández ya ha vivido momentos tensos y críticos. Algunos de ellos han sido, sobre todo, las dos eliminaciones en la fase de grupos de la Champions League, y estos pinchazos han ido aumentando paulatinamente la presión que el técnico sentía sobre su trabajo.
En Can Barça pesaban demasiado los últimos fracasos, ya no solo entre los aficionados, sino también en el seno de equipo. Los propios jugadores, ejemplificados en la confesión de Sergio Busquets en la previa, notaban que el peso de la mochila se agrandaba a cada paso en falso que daban. Por eso, la final de esta Supercopa de España era un nuevo reto, un momento en el que ese lastre podía multiplicarse o, por el contrario, suponer una liberación casi absoluta.
Fue lo segundo. La moneda salió cara para el conjunto catalán con un triunfo espectacular sobre el Real Madrid. Entonces las emociones se desataron y lo que en condiciones normales se podría catalogar como un título menor para el Fútbol Club Barcelona, en esta situación supone un motivo de celebración gigante y un éxito de una gran importancia.
Casi 2 años, cerca de 22 meses, se había pasado el Barça sin levantar un título. Su palmarés se había estancado. Todo ha sido una travesía por el desierto de 85 partidos hasta llegar a este momento, el de ganar la Supercopa de España contra el eterno rival. Muchas decepciones por el camino, un gran número de palos, pero Xavi Hernández lo ha conseguido, llegó al Barça para ganar títulos y ya lo está logrando.