La Liga pone a prueba a los grandes tras el parón del Mundial: Real Madrid y Barça buscan el trono

La vuelta al trabajo de los clubes afronta su recta final. Más de un mes después del último partido de La Liga, que se disputó el pasado 10 de noviembre. Es decir, 47 días sin disfrutar de la competición liguera, casi como si de un verano se tratase han estado los seguidores sin poder ver a través de sus televisores a sus clubes.

El parón por el Mundial de Qatar ha provocado que muchos futbolistas hayan vivido un éxodo hacia el país árabe para poder disfrutar la cita que congrega a las mejores selecciones. Sin embargo, eso ha sido el causante de que gran parte de los equipos de La Liga se hayan quedado desangelados ante las llamadas de sus respectivos países.

Especialmente señalada ha sido la causa para Real Madrid y FC Barcelona, los dos grandes transatlánticos del fútbol español. Ellos han sido los equipos que más nombres han aportado al Mundial en cuanto a futbolistas se refieren, los culés incluso batieron el récord de una edición con un total de 17.

Kroos es abrazado por sus compañeros tras la asistencia a Militao. REUTERS

Sin embargo, Real Madrid y Barça vuelven a la casilla de salida. Un nuevo tablero con mucho por decidir todavía, pero donde los encuentros claves tras el Mundial se antojan cruciales para dirimir quién será el campeón en la encarnizada lucha que merengues y culés mantienen en lo alto de la clasificación.

La peculiaridad de este parón producido en mitad de un calendario cargado de partidos hace que los dos tengan que volver al máximo nivel y sin red seguridad en caso de tropiezo. Cualquier error se paga y más en La Liga, donde de cometerlo se empieza a generar una bola de nieve casi imparable.

Parón inhóspito

Tanto Real Madrid y FC Barcelona como el resto de clubes han estado habituados a distintos parones a lo largo de las temporadas. Sin embargo, nunca con uno de este estilo, pues el Mundial siempre se había disputado en verano y los descansos se habían producido en periodos vacaciones como las navidades, aunque por un corto espacio de tiempo.

Por lo tanto, se presenta una situación especialmente delicada para Real Madrid, Barça o Atlético de Madrid, aquellos que más han aportado a las diferentes selecciones a lo largo de la cita mundialista. Eso significa que sus futbolistas han regresado con una notable carga de partidos con respecto a sus rivales.

Lewandowski y De Jong celebran uno de los goles. REUTERS

No obstante, eso no les puede hacer rebajar el ritmo cuando tan solo se están acercando al ecuador de La Liga y siguen otras competiciones detrás como la Copa del Rey y la Supercopa de España. Merengues y culés serán examinados bajo lupa en la competición liguera frente a Real Valladolid y RCDE Espanyol.

Un examen crucial para ambos, ya que la exigua ventaja que tienen los de Xavi frente a los de Ancelotti en lo alto de la tabla está únicamente cifrada en 2 puntos. Cualquier resultado puede cambiar el panorama completamente, aunque la idea sigue siendo la misma para los dos: ganar, ganar y ganar.

La Covid-19, el ejemplo

Si se pueden extraer ejemplos similares, el único precedente cercano y de unas repercusiones similares en el ocurrido en la temporada 2019/20. Allí, la Covid-19 y sus estragos provocaron que La Liga se viese suspendida de manera indefinida a mitad de temporada y con un largo parón por delante.

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Aunque la situación era radicalmente distinta en ciertos aspectos, si era muy parecida en muchos otros. Por ejemplo, el Barça era líder del campeonato con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid. Lo mismo sucede en esta. Si en una los jugadores llegaban con una carga de partidos escasísima, debido a los más de noventa días de parón, en esta llegan con las botas llenas de ellos.

Y los culés tienen en esa un ejemplo que no deben seguir, pues se deshincharon tras la vuelta a los terrenos de juego. Pinchazos que aprovechó el Real Madrid para coronarse como campeón de La Liga del coronavirus. En lado contrario están los merengues, que tienen una hoja de ruta perfecta para encarar los siguientes encuentros que les pone por delante el calendario en La Liga.

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Ahora, Real Madrid y Barcelona vuelven a enfrentarse a una situación inhóspita que no saben que les deparará, pues en un mes tan ajetreado como el de diciembre las sorpresas y regalos están a la orden del día. Y mucho más cuando nadie sabe lo que está por venir.

Los futbolistas, claves

Uno de los grandes problemas para afrontar una competición que se acerca a su ecuador es la frescura de los futbolistas. En el caso de Madrid y Barça, varios de sus jugadores han llegado a disputar el último partido del Mundial y eso ha ocasionado que apenas hayan podido descansar y dejar el fútbol a un lado.

Tchouaméni, Camavinga, Dembélé o Koundé fueron algunos de los presentes en el Argentina-Francia que cerró el Mundial. Por lo tanto, han tenido muy pocos días para recargar las pilas antes de volver a entrenarse con sus respectivos clubes, quizás ni siquiera entran en las listas para enfrentarse a Valladolid o Espanyol.

Vinicius y Raphinha durante el Mundial con Brasil. REUTERS

Eso hace que tanto Real Madrid como Barcelona pierdan efectivos imprescindibles en sus esquemas. Pero no se queda ahí la sangría, pues otros como Vinicius, Raphinha, Rodrygo, Modric, Depay o De Jong también han llegado muy lejos y han llegado a acumular hasta seis partidos más a lo largo del Mundial, a lo que hay que sumar el largo viaje de desplazamiento para regresar a España.

La carga de minutos, ya que muchos de ellos son imprescindibles para sus seleccionadores, puede hacer que algunos lleguen con las piernas demasiado cargadas y no encuentren la frescura que caracteriza a mucho de ellos. Por lo tanto, un puzzle para sus entrenadores, que tendrán que improvisar y jugar con los teóricos suplentes para evitar que alguno de ellos pueda sufrir esas lesiones que acaban marcando una temporada.

Una situación que hará que Xavi Hernández y Carlo Ancelotti tengan que recurrir a algunos de sus jugadores menos habituales para poder afrontar con garantías unos duelos donde se juegan más que tres puntos. Tanto uno como otro buscan enfundarse la corona, lo malo es que solo puede quedar uno de ellos.