Desde este lunes se celebra en Mánchester el mediático juicio a Ryan Giggs, leyenda del fútbol inglés. Al ex red devil se le acusa de varios hechos que incluyen agresión y chantaje contra su exnovia, Kate Greville. La Fiscalía le desenmascara, tildando aquella relación de una "historia de control y coerción".
En unos meses, Giggs ha pasado de sentarse en el banquillo de la selección de Gales a hacerlo en el de los juzgados. Este lunes compareció por primera vez, en el arranque del proceso. Empezó con la acusación del fiscal Peter Wright de poseer "un lado mucho más feo y siniestro" en su vida privada.
Wright sacó a relucir todos los argumentos en contra de Giggs, también acusado de agredir la hermana menor de Kate, Emma. Entre el 31 de agosto de 2017 y el 2 de noviembre de 2020 se sucedieron los supuestos hechos, incluyendo un presunto cabezazo contra su pareja y la vez que la echó desnuda de un hotel de cinco estrellas después de una disputa.
"Era idolatrado por su afición y seguidores. En los campos, sus habilidades eran muchas y hermosas. Fuera de él, en el pudor de su vida personal, en casa o a puerta cerrada, había, según los hechos, un lado mucho más feo y siniestro. Se trataba de una vida privada que implicó una serie de abusos, tanto físicos como psicológicos, por parte de una mujer a la que decía amar. No se puede ser excusada o ignorada, ya sea por un público que la adore o por la ley. Esta es una historia de control y coerción de una mujer que se creía amada y respetada", señaló el fiscal Peter Wright en su acusación.
Giggs niega los hechos
Ryan Giggs lo niega todo a través de su abogado, desde la patada por la espalda que presuntamente asestó a Kate en Stafford London hasta el supuesto ataque a la hermana en su casa de Worsley, Greater Manchester, en noviembre de 2020 por el que sería arrestado: "Él nunca usó la violencia contra la Sra. Greville durante su relación y no importa cuán mal se pusieran las cosas. Estas acusaciones se basan en distorsiones, exageraciones y mentiras. No lastimó a nadie", expuso el abogado Chris Daw.
El exseleccionador de Gales, cargo al que renunció el pasado mes de junio, ha contado con algunos apoyos, incluido el de su pareja actual, la modelo Zara Charles. El propio Giggs, en un comunicado pasado, aseguró que esperaba "limpiar" su nombre tras los serios hechos de los que le acusan. El juicio sigue su curso.