La Euskal Selekzioa no podrá ser una realidad para el fútbol internacional por ahora. Javier Landeta, presidente de la Federación, explicaba en el Parlamento Vasco que "no hay ninguna posibilidad de éxito" de lograr ese reconocimiento en la UEFA y la FIFA para que la selección de fútbol vasca fuera una realidad en competiciones de ambas organizaciones. La lucha por esta oficialidad comenzó en 2018 y ha consumado una nueva derrota a pesar de la promesa en la investidura de Pedro Sánchez entre el PSOE y el PNV.
La Federación Vasca de Fútbol (FVF) no acudirá al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) para forzar su admisión en la UEFA y la FIFA. En cualquier caso, Landeta ha garantizado que seguirán buscando su participación en competiciones internacionales, siempre "desde el respeto a la legalidad vigente". Las esperanzas quedan en ese acuerdo de 2019 que recogía "el compromiso de abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural".
"España no es Inglaterra o Dinamarca", explicaba Landeta ante un Parlamento Vasco que solo mostraba una oposición férrea a este movimiento en los representantes del PP y VOX. El presidente de la FVF se refería a la existencia de federaciones dependientes de ambos países, Gibraltar e Islas Feroe, que disputan partidos internacionales, una de las vías que se habían abierto para conseguir esta independencia. Todos los que quieran ver a Euskadi en un Mundial o una Eurocopa tendrán que esperar.
Un camino difícil
Todo este proceso comenzó a ganar relevancia en el 2018. La asamblea de la federación vasca impulsó, por unanimidad, el proceso para obtener la oficialidad. Había que presentar la documentación necesaria para que UEFA y FIFA, principales organismos del fútbol europeo y mundial, aceptaran a la federación vasca como miembro de pleno derecho. Una propuesta que contó con 43 votos afirmativos y una abstención tras la reunión de Durango.
De por medio ha habido una pandemia sanitaria que ha ralentizado todo. Y, muy importante, una notable inestabilidad política que se esconde tras esta reclamación: el Gobierno autonómico, liderado por el PNV, es uno de los grandes impulsores en el reconocimiento. Si en diciembre de 2018 se confirmaba la intención de tener selección propia, un año después se plasmaba en un acuerdo político. El Partido Nacionalista Vasco pactó con el PSOE para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez.
Un total de 12 puntos que ambos partidos firmaron para llevar a cabo durante el gobierno de coalición con Unidas Podemos. PSOE y PNV asumían "abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural". Esto es, trabajar en que la selección vasca fuera una realidad. Andoni Ortuzar, líder del partido, lo explicó en su día tras rubricar el acuerdo. El expresidente de la federación autonómica, Luis Mari Elustondo, confirmaba el "preacuerdo".
Un año después del pacto, y como si de un calendario fijado se tratara, la federación vasca presentaba ante la UEFA y la FIFA los documentos tras la presión de algunos jugadores vascos como Asier Illarramendi. Pese a las fotografías y la parafernalia, no salió adelante. La Real Federación Española de Fútbol de Luis Rubiales tampoco les brindó apoyo. El 11 y el 31 de julio del año pasado los comités ejecutivos de ambas instituciones les denegaban las solicitudes. Ahora, tras negarse a ir al TAS, el proceso vuelve a congelarse.
Todo en contra
El problema reside en que la FVF no cumple con los requisitos de UEFA y FIFA para ser aceptada como una federación independiente de la española. Además, su pretensión colisiona con el marco constitucional. El Tribunal que se encarga de estas cuestiones falló años antes que las selecciones autonómicas solo pueden participar en competiciones internacionales en aquellos deportes en los que no haya una federación nacional.
La FVF podía recurrir las negativas de la UEFA y la FIFA ante el TAS por los "precedentes" que existían. La Federación Vasca se fijaba en las resoluciones "2016/A/4787 y CAS 2014/A/3776, referentes a las solicitudes de afiliación realizadas por la Federación de Fútbol de Jersey y la Federación de Fútbol de Gibraltar, respectivamente". "Dictaminó que el Comité Ejecutivo, tanto de la UEFA como de la FIFA", órganos que denegaron las solicitudes, "carece de competencia para denegar la solicitud de afiliación a sus respectivos organismos, debiendo remitir la solicitud a los Congresos".
Al no acudir al tribunal, el fútbol vasco cierra un capítulo que seguramente tendrá en el futuro nuevos seriales. La pretensión de Euskadi de tener su selección propia ha existido prácticamente desde el nacimiento del estado de las autonomías. España, por ahora, se resiste, primero, a cambiar la constitución para que esto fuera posible y, segundo, a amparar a nivel internacional a la Federación. La independencia del País Vasco dentro del mundo del fútbol no es una opción.
En una selección española en la que Unai Simón o Íñigo Martínez son habituales, en la que en las categorías inferiores cuentan prácticamente por convocatoria con tres futbolistas vascos de Athletic y Real Sociedad y un equipo femenino que en su historia ha tenido un núcleo duro formado por mujeres de esta autonomía seguirá contando con ellos como españoles. Algunos de ellos hicieron al país campeón del mundo y de Europa.
[Más información: El camino de la selección vasca de fútbol para ser oficial: propuesta en 2018 y pacto del PNV con Sánchez]
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