La crisis que viven algunos históricos del fútbol italiano se llevó por delante una institución como el Palermo. En 2019 se confirmaba el descenso administrativo a la cuarta categoría del equipo del que salieron algunos de talentos muy prometedores en la última década como Paulo Dybala o Edinson Cavani. Ahora trata de volver por sus fueros con el impulso del City Football Group. El propietario, Darío Mirri, venderá al conglomerado de Abu Dhabi el club si ascienden a la Serie B.
Todo parece conducir al holding deportivo que tiene en su poder el Manchester City como nuevo dueño del equipo rosanero. Por menos de 10 millones se harán con el Palermo para sumarlo a la importante nómina de clubes que tienen por todo el mundo. Junto al equipo inglés están el New York City, el Melbourne City, el Yokohama Marinos, el Montevideo City, el Girona, el Sichuan Jiuniu, el Mumbay City, el Lommel SK y el ES Troyes AC. Vuelven a la acción tras encontrarse la oposición del NAC Breda neerlandés.
El Palermo ha sido, por años, una cuna de campeones para el fútbol europeo. Sin embargo, los hinchas volvieron a llenar el Stadio Renzo Barbera a pesar de jugar contra clubes humildes. "Qué importa si ahora estás en la quiebra / nosotros nos quedamos contigo / nosotros estaremos aquí / eso está garantizado / porque no mataron las ganas que tengo de cantar / ver al Palermo marcar / y mientras espero un gol / en la Curva Nord / solo veo a gente que salta" cantan los palermitani, mientras el suelo bajo sus pies tiembla.
De la D a la B
El Palermo, equipo con una historia más de dolor que de gloria, vivió sus mejores momentos en el periodo que va del 2004 hasta el 2019. El primero fue el primer ascenso a la Serie A de la presidencia de Zamparini y el último siendo el momento de la quiebra que puso fin a su reino. Entre estos 15 años, los rosanero se convirtieron en uno de los equipos de referencia del Calcio, jugando una final de Coppa Italia y llegando a fases avanzadas de Europa League.
En el proceso, criaron un número impresionante de jugadores de alto nivel para que se fueran a buscar éxito a los mejores clubes de Europa. Dybala y Cavani son los más representativos. Pero cabe destacar la camada que estuvo en la selección italiana que levantó el Mundial 2006: Barone, Grosso, Zaccardo, Barzagli y Luca Toni. Su venta más prolífica fue la de Javier Pastore al Paris Saint-Germain, la primera gran contratación de los franceses bajo la dirección catarí.
En 2019 la U.S. Città di Palermo quedó para el recuerdo y nació la SSD Palermo. También cambió su escudo, que reinterpretaba su clásica águila en clave moderna. El nuevo dueño era un emprendedor palermitano que, además, era nieto de Renzo Barbera, el presidente más amado de la historia de la institución que da nombre al estadio.
Como aficionado que ha mantenido su abono en las gradas, Mirri apuntó desde el principio a reconstituir un vínculo con los hinchas, volviendo a dar centralidad a la identidad palermitana. El entrenador y muchos de los jugadores son nativos de esta ciudad de Sicilia. El Comunale se ha estado llenando en estas temporadas con 15.000 y hasta 20.000 aficionados, cifras que algunos clubes de la Serie A no alcanzan.
El impulso
A pesar de todas estas intenciones de reconstruir la entidad con una base siciliana, Mirri va a recibir este apoyo desde Abu Dhabi. El todavía propietario permanecerá en la entidad haciendo las veces de responsable de la entidad, así como mantendrá un porcentaje minoritario de las acciones. El objetivo es claro: poner al Palermo otra vez en la órbita de los mejores equipos de Italia mientras el fútbol de este país vive una particular crisis.
Que Bahrein vaya a entrar en el AC Milan o China lo haya hecho en el Inter no es una casualidad. Tampoco que la Atalanta, que contaba con el respaldo del fundador de Benetton, haya pasado a manos de Estados Unidos, una situación en la que vive la AS Roma desde hace tiempo. Mientras la Juventus se mantiene con los Agnelli y la Lazio con Claudio Lotito, la realidad que vive el fútbol italiano es más bien la de una expansión mundial ante la falta de inversores nacionales.
El club rosanero está valorado en unos seis millones de euros, pero sobre todo tendrá la garantía de un fortalecimiento sustancial en el tiempo. La propiedad de Sheikh Mansour evidentemente tiene una visión global y quieren que sus entidades, además de ser viables, dominen el fútbol de sus países como lo hacen en Inglaterra con el Manchester City. Es cuestión de tiempo ver si el Palermo resurge de sus cenizas, encendidas por el dinero de Abu Dhabi.
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