El Fútbol Club Barcelona puso fin a su sueño con Xavi Hernández en el banquillo y volvió a vivir una pesadilla de la que creía haber despertado tras el cese de Ronald Koeman. El conjunto azulgrana perdió contra todo pronóstico ante el Eintracht y dijo adiós a una Europa League que era el único título posible para esta campaña. Sin embargo, un mal partido en el Camp Nou acabó con el idilio del técnico y con Joan Laporta en el centro de las críticas por la gestión de la venta de entradas.
El Camp Nou debía vivir una noche especial. Y, en parte, lo hizo. Pero la intención era que celebrara goles del Barça y no que se tiñera la grada de blanco. El conjunto culé quiso que su estadio fuera una olla a presión. Tras la llegada de cerca de 25.000 alemanes, lo fue pero a favor del Eintracht. El conjunto germano contó con gran parte del estadio y el ambiente fue de los más extraños vividos por futbolistas y entrenador.
La plantilla blaugrana se sorprendió nada más ver a miles de hinchas alemanes repartidos por todo el estadio. También la directiva, que no tardó en activar los flujos de información para conocer cómo se había producido la venta de esas butacas. Incluso la propia hinchada no entendía qué estaba pasando. Por ello, uno de los fondos donde suele situarse la grada de animación decidió protestar tras el descanso llegando a dejar durante unos minutos toda su zona vacía.
Al enfado en la grada por la errónea gestión de las entradas se sumó el 0-3 de Kostic en el terreno de juego. Un cóctel lo suficientemente explosivo como para que miles de aficionados culés abandonaran el Camp Nou antes de tiempo con pitos y abucheos por lo que estaban viviendo en el estadio. Finalmente, los tantos de Busquets y Memphis dieron una ligera esperanza. Pero la realidad fue que el Camp Nou falló a su gran cita y que el Barça de Xavi no logró plantar cara al noveno de la Bundesliga.
Sin títulos posibles
La eliminación de la Europa League supone poner fin a la temporada culé en lo que a oportunidades se refiere. Ya era lo suficientemente duro para el club pelear por la segunda competición continental. Y, por ello, el hecho de haber quedado eliminados en su campo y ante un rival menor dejó muy tocado al vestuario culé. Además, el varapalo se produce en plena racha de buenos resultados sin perder y con goleada de 0-4 al Real Madrid de por medio.
La derrota ante el Eintracht, por lo tanto, supone poner fin a ese cuento idílico en el que se había convertido la temporada con Xavi en el banquillo. Resultados, buen juego y ambiente perfecto que ahora han desaparecido y que pueden generar dudas sobre ciertos miembros de la plantilla.
El adiós a la Europa League recupera los fantasmas de los últimos meses. Y es que, pese a la buena remontada en La Liga y a la mejora de la imagen, los datos son claros: el Barça ha sido eliminado de todas las competiciones con Xavi Hernández como técnico.
El entrenador catalán fue quien protagonizó el adiós a la Champions empatando ante el Benfica en el Camp Nou y perdiendo ante el Bayern. También con él se despidieron de la Copa del Rey, cuando el Athletic se impuso en San Mamés. Y, de igual manera, Xavi se consumó la eliminación en la Supercopa ante el Real Madrid.
Laporta sale al cruce
El enfado del presidente por lo sucedido con la venta de entradas fue tal que salió en plena rueda de prensa de Xavi para explicar todo. El máximo mandatario, mientras su entrenador atendía a los medios, empleó los micrófonos de Barça TV para detallar lo que había ocurrido. La televisión del club aparcó por unos minutos la comparecencia de su entrenador y dio todo el altavoz al dirigente azulgrana.
Laporta fue claro: ya se estaba investigando la venta de entradas. La idea de que muchos socios que se fueran de puente vendieran su entrada ya se sondeaba en los últimos días. Pero cuando el Camp Nou empezó a llenarse de aficionados con camisetas blancas y acento alemán, lo que era una mala previsión se acabó convirtiendo en la peor de las realidades.
La afición culpó al presidente de lo ocurrido. La plantilla también reconoció que había sido un error. Pero Laporta, en un intento de defender su gestión, quiso dejar claro que se estaban recopilando datos y que próximamente se explicarán las medidas para que el Camp Nou no vuelva a ser el estadio del equipo visitante.
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