La polémica de las nacionalizaciones en el fútbol de selecciones vuelve a salpicar a España. Mientras recientemente se centraba el foco sobre Ez Abde, Argentina ha dado un golpe de efecto preseleccionando a varios jugadores jóvenes que se postulaban para defender la camiseta roja en el futuro. Mientras el país ha tratado de hacer suyos a talentos de otros países, también ha emigrado al extranjero una calidad que pudo deslumbrar con La Roja.

Había tres nombres que sobresalían en la lista de 44 futbolistas que daba Lionel Scaloni este domingo: Alejandro Garnacho, Nico Paz y Luka Romero. El primero, madrileño de madre argentina, está sobresaliendo en el Manchester United. El segundo, tinerfeño de padre futbolista campeón olímpico con la albiceleste, es una de las perlas de La Fábrica del Real Madrid. El tercero, que vivió toda su vida en Mallorca hasta que se marchó este verano a la Lazio, era elegible por España, pero quería jugar con Argentina.

Según explican desde el país sudamericano, el objetivo de esta preselección es que estos jugadores vayan entrando en dinámica de la absoluta, así como bloquearlos para que jueguen con Argentina y no con otra selección. España también ha hecho esta estrategia en el pasado, como sucedió con Munir El Haddadi, que finalmente no terminó siendo un habitual con el equipo nacional y tuvo que esperar varios años hasta poder cambiar de país para jugar con Marruecos.

Nico Paz durante un partido en Valdebebas Real Madrid

No es la única apuesta de España que ha salido rana. Tampoco todas han tenido un resultado negativo, ya que Marcos Senna fue protagonista de la segunda Eurocopa de la historia del país. Aunque hay cierto resquemor en la Federación con el caso de Argentina, ya que eran jugadores que estaban contando para las selecciones inferiores, estas prácticas son un duelo habitual entre los países. Qué hubiera sido de la Selección si Leo Messi hubiera decidido jugar por el país que le acogió.

Nacionalizados

En el último año se han suscitado varias polémicas con la posibilidad de nacionalizar jugadores para España, sobre todo en la posición de defensa. Aymeric Laporte terminó jugando la Eurocopa con los de Luis Enrique a pesar de haber nacido en Agen, Francia. No es el único galo que se postuló: Robin Le Normand, de Pabu, también era seleccionable aunque quiere jugar con la selección del gallo. Gabriel Paulista, desde que logró la nacionalidad española, espera su oportunidad.

Aún así, la nacionalización más sonada fue la de Ansu Fati. El jugador del FC Barcelona al que las lesiones han frenado su lesión se convirtió en el goleador más joven de la historia de la Selección al marcar en septiembre del 2020 ante Ucrania

Esto viene muy de lejos. Tanto que uno de los primeros casos es el de Alfredo Di Stéfano. La leyenda del Real Madrid jugó con España 31 partidos oficiales a pesar de haber nacido en Buenos Aires. No fue el único ídolo merengue en jugar con la Selección. Ferenc Puskas también lo hizo habiendo nacido en Hungría.

Alfredo Di Stéfano, con la camiseta de la Selección. RFEF

Una situación similar a la de su compatriota. Ladislao Kubala llegó a jugar con tres selecciones diferentes, pero fue con España donde dejó su impronta. El ídolo de la afición del FC Barcelona nació en Budapest y, aunque no llegó a jugar ni Eurocopas ni Mundiales, siempre será recordado en la Selección también por su labor como seleccionador.

Más recientemente, destacan los casos de Donato, que renunció a jugar con Brasil y debutó con España en 1994, su compatriota Catanha en el 2000 o Marcos Senna a partir de 2006. El más reciente de los brasileños que defendieron la camiseta roja es el de Diego Costa. Varios argentinos hicieron el camino opuesto que van a hacer los Garnacho o Paz ahora: Juan Antonio Pizzi debutó con la Selección en 1994 y Mariano Pernía jugó el Mundial de 2006 con La Roja.

El talento que emigró

Son varios los jugadores nacidos en el país que renunciaron a jugar con España. Achraf Hakimi quizá sea el caso de más repercusión en la actualidad. El marroquí nació en Madrid, pero optó por la selección africana. Más curioso es el caso de Sergej Milinkovic-Savic, que nació en Lleida, pero se decantó por Serbia.

Sergej Milinkovic-Savic durante un partido de la Lazio. AFP7 / Europa Press

En la lista de Scaloni de este domingo también estaba Giovanni Simeone, que nació en Madrid y siempre ha declarado tener intención de defender la misma camiseta que su padre Diego Pablo. Su hermano Giuliano también tendrá que tomar una decisión más pronto que tarde. Hubo división de opiniones con Thiago y Rafinha. Los hijos de Mazinho nacieron en territorio nacional, el primero juega con La Roja, mientras el segundo debutó con Brasil.

No son los únicos hermanos afectados por esta circunstancia. Hay casos que se podrían haber dado por haber crecido en España, como los hermanos Hernández; Lucas y Théo. Ambos se decantaron por Francia y el primero ya es campeón del mundo.

Otros, directamente, tienen sangre nacional. Rafael Van der Vaart, que estuvo presente como rival en el momento más importante de la historia del país durante la consecución del Mundial, podía haber elegido a la Selección por Lolita, su madre, pero se decantó por Países Bajos. Lo mismo sucede con Yannick Carrasco. Su progenitora, Carmen, es de Sevilla, pero él decidió jugar con Bélgica.

Los nuevos argentinos buscarán triunfar con la albiceleste si terminan debutando en las próximas fechas FIFA. El hecho de que sea durante una fase de clasificación mundialista bloquea totalmente la posibilidad de cambiar de país en el futuro, por lo que es una decisión definitiva. Los Garnacho, Paz, Simeone o Romero sabían que para jugar con España hay que querer hacerlo. Ese es el mensaje que se lanza desde la Federación.

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