El estallido de lo que ya se conoce como el 'caso Hamraoui' sorprendió a todo el sector del fútbol. Una jugadora del Paris Saint-Germain había sido agredida en un ataque presuntamente organizado por una compañera. El tiempo y las investigaciones policiales cambiaron la versión, dejaron sin vinculación a la señalada y pusieron sobre la mesa el nombre de Éric Abidal. La sorpresa fue a más y las autoridades continúan con el caso a la espera de saber quién impulsó la agresión. Sin embargo, las consecuencias no han tardado en llegar: el francés se tendrá que divorciar y las jugadoras no saben si deberán cambiar de equipo tras toda la polémica.
El ataque se produjo el pasado 4 de noviembre. Pese a la brutalidad de los hechos, donde dos encapuchados habían parado el coche de Hamraoui y Diallo para agredir a la primera con una barra de metal, la noticia no saltó a los medios hasta el 10 de noviembre debido a la detención de la jugadora Aminata Diallo. La gala, que era la única que estaba presente en el momento de los hechos, fue la primera investigada por la policía. Todo parecía encajar. Su primo, un reo experto en extorsión, había dirigido todo desde una cárcel de Lyon. Y ella, por celos deportivos, se había intentado quitar del medio a una rival por minutos en el césped.
Diallo estuvo detenida durante dos días y se estudiaron todas las hipótesis por las que podía haber organizado el ataque. Sin embargo, después de dos días bajo disposición policial, quedó en libertad sin cargos al no encontrarse ninguna vinculación con el ataque. Diallo ya había pasado de ser una jugadora desconocida para el público general a un rostro difícil de olvidar por todo lo sucedido. Y, encima, ahora debía adaptarse de nuevo a lo que era su vida: entrenar y jugar.
Por su parte, Hamraoui había vivido un proceso similar sin el paso por los calabozos. La jugadora, víctima de esta agresión orquestada, recibió varios golpes con esa barra de metal en las piernas. Su abogado, por medio de un comunicado, recalcó que la zona a la que se dirigieron tenía como único objetivo acabar con la carrera deportiva de la jugadora. Días después, sería la propia Hamraoui la que publicara una imagen donde enseñaba sus heridas.
La presión sobre la ex del Fútbol Club Barcelona también fue grande. Todos querían saber cómo estaba, qué había pasado, qué opinaba sobre la presunta vinculación de Daillo. Ella únicamente se comunicó por medio de su abogado... hasta que salió el nombre de Éric Abidal. Medios franceses hicieron pública la hipótesis de que ambos habían tenido una relación sentimental a espaldas de la mujer de Abidal y que protagonizaron una discusión en los últimos tiempos. La duda era si la venganza era del propio Éric o si fue su mujer la que orquestó todo. Esa incógnita la tendrán que resolver los investigadores, pero lo que si está confirmado es que Hamraoui y Abidal se conocían personalmente.
Hamraoui, en declaraciones a L'Equipe, pidió que se mantuviera el respeto a su vida privada. Sin embargo, era complicado cumplir sus intenciones a la vista de que esa parece ser la clave de la agresión que sufrió. Su relación con Abidal, que pudo haber comenzado cuando coincidieron en el Barça -él en la dirección deportiva-, era fundamental para entender todo el caso.
Días después, y aún con muchos datos por conocer de la trama, no hay nada claro respecto a Hamraoui y Diallo. L'Equipe confirma que han vuelto a entrenar, lo que supone un gran paso hacia la normalidad. Pese a ello, se deja en el aire cuándo volverán a jugar con el Paris Saint-Germain e incluso se especula con que no vayan a vestir nunca más la camiseta del cuadro parisino. Pase lo que pase, su vida ya ha cambiado.
El divorcio de Abidal
El exjugador del Fútbol Club Barcelona sorprendió con su implicación en el caso. Una llamada detectada el día después de la agresión y que tuvo como participantes a Abidal y Hamraoui acabó delatando su relación ante los investigadores. Todo podía tratarse de un rumor o simple especulación, pero la propia mujer de Éric Abidal acabaría confirmado lo que ya era un secreto a voces.
Por medio de un comunicado, y después de días de mucha presión mediática, Hayet Abidal confirmó que había pedido el divorcio tras detectar la infidelidad. Además, se desvinculó por completo del ataque. "Después de que la Fiscalía de Versalles anunciara el lunes por la noche que el chip del teléfono de la futbolista estaba a nombre de su marido Eric Abidal, éste le confesó que mantenía una relación adúltera con Hamraoui", indicaron los abogados de Hayet en una nota oficial. Abidal, poco después, también rompió su silencio: "Merezco esta humillación incluso si me mata vivo. Algún día me perdonarás".
El francés, a la espera de que se concrete cuál ha sido su relación con el ataque del pasado 4 de noviembre, ha quedado con la imagen muy dañada. Su paso laboral por las oficinas del FC Barcelona no terminó de convencer, su polémica por el transplante de hígado también generó dudas en su día y ahora, con este nuevo caso con infidelidad de por medio, ha terminado de crear una imagen lejos de la profesionalidad.
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