El Barcelona, obligado a subastar su camiseta: sin Messi pierde la mitad de los patrocinadores

El FC Barcelona está padeciendo en los últimos años una crisis sin precedentes. La más visible es la que se ofrece cada domingo y cada miércoles sobre el terreno de juego. Esa es la imagen de debacle que le llega al aficionado. Sin embargo, hay otros problemas que suponen un mayor desastre para el club como son sus problemas económicos. 

También es sabido por todos la situación de las cuentas de la entidad azulgrana, las cuales registran una deuda que se acerca a los 1.400 millones de euros. Sin embargo, más grave que este enorme agujero económico es la pérdida de capacidad que tiene el Barça ahora para intentar subsanar esta dramática situación. Uno de los clubes más importantes de la historia se encuentra casi atado de pies y manos por su pérdida de valor en el mercado publicitario que ahonda más en su caos institucional. 

Caída en el mercado

Uno de los problemas que tiene el Barça en estos momentos, y que peor solución tiene, es que su crisis a nivel de club y a nivel de equipo han convertido a la institución en un ente sin poder de atracción para la grandes marcas. Sin grandes patrocinadores que aporten capital y que incluso se ilusionen para adentrarse a la aventura de una financiación de deuda es todavía más complicado salir de este bache. 

El Barça ha sufrido una caída alarmante de su valor de marca desde los años 2018 y 2019, cuando todavía no había estallado la crisis que ahora persigue al club y cuando no se cumplían otro factores que perjudican su estabilidad como la pérdida de grandes jugadores o la caída de resultados. 

A final del 2019, cuando tampoco había estallado la crisis por la Covid-19 que hundiera más en la miseria al club, el Barça marcaba su máximo histórico de patrocinadores, los cuales superaban los 40. Una cantidad que les llevó a cifrar sus máximos históricos en cuanto ingresos y presupuesto, superando los 900 millones de euros y en previsiones de alcanzar los 1.000 'kilos'. Era una buena época, pero sustentada en una falsa estabilidad porque la deuda crecía en la sombra a pasos agigantados. 

En aquellos años de bonanza, el Barça establecía sus ingresos publicitarios por encima de los 300 millones de euros tras el acuerdo firmado con la marca RAKUTEN. Esto suponía un crecimiento respecto a cursos anteriores del 13% en este apartado. A su vez, el cierre de esta mareante cifra suponía también otro récord en el club, ya que constituía el 33% de los ingresos previstos por la entidad. 

Sin embargo, la debacle deportiva, la aparición de la crisis institucional y la salida de estrellas como Leo Messi o Luis Suárez han provocado que en los últimos años el Barça haya perdido patrocinadores a un ritmo desorbitado. En estos momentos cuenta con solo 29 sponsors y los ingresos solo ascienden a los 180 millones.

En primer lugar de su pirámide comercial están Nike, RAKUTEN y Beko como patrocinadores principales. La mala noticia es que la de RAKUTEN desaparecerá con casi total seguridad del club a finales del presente curso y que Beko, que ahora mismo figura en las equipaciones de entrenamiento, desapareció de la manga izquierda de las camisetas del primer equipo de fútbol, con lo que redujo considerablemente su aportación. 

En un segundo escalón están los llamado Global Partners: 1xBET, Estrella Damm, Konami, Cupra, Oppo, Stanley Black&Decker, Gatorade, Allianz, Chiliz y FBS. Más abajo se encuentran los Official Partners, donde figuran empresas como CaixaBank, Assistencia Sanitaria, Shiseido Men, SK Lubricants, Scotiabank, Taiping Life Insurance, Coca-Cola, Rakbank, Sebang/Rocket, Maybank, SHB, Banco BMG o Head&Shoulders. El Barça añade también como Woman Partners para los equipos femeninos a la compañía Naulover y en el último escalón, entre los Indoors Sports Partners, se añaden Serveto y Reno. 

Así se compone en estos momentos la escala de sponsors de un Barça que se encuentra a la baja en el mercado. Sin embargo, el desastre podría ser mayor porque se espera que hasta el final de la temporada 10 de estas 29 empresas que todavía quedan en pie también terminen sin renovación sus contratos con el FC Barcelona, pasando en dos años de superar los 40 a quedarse por debajo de 20. Entre las marcas más destacadas que han abandonado al Barça en los últimos años se encuentran compañías tan importantes como Audi, Gillette, Nestlé, Betfair, Toshiba, Lassa o Movistar. 

Subasta al mejor postor

Esta situación tan desastrosa y esta depreciación en el mercado publicitario provoca que las cuentas del Barça supongan un problema mayor del que supondrían en una situación de crisis económica, pero en la que hubiera vías de generación de ingresos con mayor claridad.

Por ello, el Barça se encuentra todavía más asfixiado cuando su balance marca una deuda por valor de 1.400 millones de euros y cuando el futuro del club se encuentra hipotecado con proyectos como el del Espai Barça, el cual se calcula que se vaya hasta los 1.500 millones de euros. Sin duda, un panorama nada alentador el que tiene por delante la junta directiva de Joan Laporta. 

El problema que mayor urgencia provoca al Barça en estos momentos es encontrar uno de esos llamados Main Partners, patrocinadores del primer grupo piramidal, que pueda paliar el adiós de RAKUTEN, con quien no está cercana una ampliación tras su adiós en el verano de 2022. 

De hecho, la compañía japonesa ya se ha hecho eco de esta caída del Barça al reformular su contrato para la última temporada. Cuando su acuerdo con el club estaba fijado por encima de los 50 millones de euros por temporada, la llegada de la pandemia y las dudas sobre la situación de Leo Messi provocaron que esta cantidad se redujera a los 30 millones de euros más unos variables que dependían del rendimiento deportivo del equipo. 

Por el momento, el Barça se encuentra en plena subasta para ese hueco de patrocinador principal y que estampará su logo en la zona central de la camiseta del equipo como ahora lo hace la entidad nipona. Para ello, el Barça ya ha rechazado dos ofertas, una llegada desde la India de una empresa de educación online y la otra de Cryptoexchanges, una empresa dedicada al intercambio de criptomonedas. Ambas se situaban por encima de los 50 millones de euros, lo que permitiría al club recuperar los valores previos al estallido de la pandemia. 

Sin embargo, el Barça quiere apurar al máximo sus opciones y por ello esperan sacar un rédito económico mayor. Sobre la mesa tiene otra oferta llegada desde un fondo de inversión procedente del gobierno de Arabia Saudí por valor de 100 millones de euros. A pesar de que se trata de una oferta inmejorable desde el punto de vista económico, el club está dispuesto a rechazarla por la evidente falta de valores que demostraría un acuerdo de este tipo después de reformar sus Estatutos para mostrarse más comprometidos con la lucha por la igualdad y contra el racismo y la homofobia. De momento el Barça sigue buscando al mejor postor en la subasta de su espacio publicitario. 

El caos tras Messi

Uno de los mayores problemas que ha tenido el Barça en los últimos tiempos ha sido la salida de Leo Messi, lo que ha hecho que se acreciente la caída del valor de imagen de la marca Barça. Primero con las dudas de su continuidad y después con su salida, varios patrocinadores han decidido reducir su aportación al club. Otros con deseos de asociarse a la entidad han reducido sus ofertas y algunos incluso hasta las han retirado. 

En el mundo, tal y como demuestran por ejemplo el seguimiento en redes sociales, la imagen de Leo Messi es el doble de importante que la del propio Barça. Además, este factor también influye de manera directa en que sin Messi se espera que los resultados deportivos del equipo sean todavía menores. La caída de los ingresos publicitarios a los 180 millones es una losa demasiado pesada de sobrellevar, ya que la junta directiva que lidera Laporta no espera que esta cifra pueda volar por encima de los 200 millones en los próximos años. 

Muchos de los patrocinadores que se encuentran vinculados al Barça tenían la llamada 'cláusula Messi', en los que su salida ha jugado un papel fundamental. Tal y como apuntó la consultora Brand Finance tras la llegada del argentino al PSG, la marcha de Leo podría costarle al Barça hasta 137 millones de euros en valor de marca, lo que supone una reducción del 11% de dicho valor. Estos 137 'kilos' procederían sobre todo de una caída de los ingresos comerciales del club, que se verían reducidos en 77 millones, y de las ventas de camisetas y otros productos de mercadotecnia, con los que dejaría de ingresar 43 millones.

Hasta que el Barça consiga encontrar una nueva imagen mundial o hasta que los resultados deportivos conviertan al club en un producto poderoso, el Barça dejaría de ganar cada año cantidades similares que aumentarían su depreciación en el mercado. Una pescadilla que se muerde la cola y que imposibilita su recuperación económica. 

Problemas en el departamento comercial

Esta situación de crisis ha provocado que el departamento comercial del Barça se convierta en un auténtico polvorín. En lo que va de año 2021 ya han caído hasta tres directores comerciales en la entidad. El último, Jordi Camps, que abandonó el Barça en el mes de julio, no ha tenido todavía reemplazo, lo que deja una situación alarmante y sorprendente. 

Mientras el FC Barcelona necesita como el comer el hallazgo de nuevos patrocinadores que supongan una fuente de ingresos que ahora no tiene, su departamento comercial se encuentra descabezado. Esta situación de tensión se une a la presiones que están llegando desde Nike, compañía que patrocina al Barça y que produce sus camisetas temporada tras temporada y que necesita saber quién será el sponsor principal del nuevo curso para arrancar la producción de elásticas del Barça. La fecha límite puesta en un principio era el mes de octubre, el cual ya ha vencido. 

La camiseta de uno de los mejores equipos del mundo se encuentra devaluada y casi en subasta pública mientras Laporta intenta buscar de dónde rascar euros que pongan el primer grano del granero de un Barça en ruinas y sin vías para encontrar ingresos que acerquen la salida del túnel. 

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