Pocos jugadores han causado tanto revuelo mediático en nuestro fútbol en los últimos años como Jesé Rodríguez. Llamado a grandes cosas, algunos pensaron que el talento del canario se había quedado definitivamente por el camino, enredado en sus lesiones y en sus problemas extradeportivos. Tan cierto es que el exjugador del Real Madrid no ha tenido mucha suerte como que él tampoco ha hecho mucho por encontrarla.
Sin embargo, es ahora en la UD Las Palmas donde ese gran diamante que parecía abocado a la nada tras acumular fracasos temporada tras temporada ha resurgido de sus cenizas en lo que podría ser su recuperación definitiva. Aunque al fútbol mundial le queden todavía muchas dudas con él, en las Las Palmas lo tienen claro, Jesé está de vuelta.
Una llegada entre dudas
Jesé llegó a la UD Las Palmas en el mes de febrero del 2021. Fue una operación rocambolesca e inesperada. Cuando muchos daban ya por muerto al que un día fue la gran esperanza de la cantera del Real Madrid, el equipo insular apostó fuerte por él. Fue esta confianza, sobre todo la mostrada por la figura del presidente Miguel Ángel Ramírez, la que le hizo recapacitar y terminar dándose una oportunidad que mirara más por su fútbol y por su carrera que por el dinero.
En el momento en el que Jesé firmó por Las Palmas, el extremo español tenía varias ofertas encima de la mesa que en cualquier otro momento de su carrera deportiva habría aceptado a cierra ojos, sin dudarlo. Superiores en cuantía económica y en duración del contrato y lejos de España para que las críticas de un nuevo fracaso no estuvieran acechándole.
Sin embargo, Jesé dijo no a ofertas suculentas llegadas desde Turquía y Arabia Saudí, y rechazó las propuestas que llegaron desde Europa y México. Tenía claro que su nueva aventura estaría en casa, en Las Palmas, cerca de gran parte de su familia y en Segunda División. Suponía retroceder un paso en su carrera con el objetivo de volver a ser el que era o, al menos, de seguir sintiéndose como un futbolista útil para su equipo.
La pasada temporada no fue especialmente destacable para él, al menos con los números en la mano. Disputó un total de 16 partidos, 12 de ellos como titular y 5 jugados de manera completa. Aportó un total de 2 goles y 2 asistencias. No era la puesta en escena soñada, pero cierto es que Jesé se había vuelto a sentir futbolista de verdad y que las sensaciones, por momentos, sí habían sido positivas. Quizás, no había mostrado una continuidad tal desde su etapa en el Real Betis, cuando sí sumó algunos partidos seguidos a buen nivel. Esto le sirvió para en verano volver a ampliar su vinculación con Las Palmas después de superar la Covid-19.
El resurgir de Jesé
Llegó el verano y en el equipo insular confirmaron su continuidad, lo que ha supuesto para él la mejor noticia en muchos años. Al menos, este curso está mostrando una versión de sí mismo que casi todos habían olvidado ya. Es pronto para afirmar que vuelve a ser aquel que se hizo un hueco como titular en el primer Real Madrid de Ancelotti, pero sin duda se está viendo al Jesé más convincente desde que se destrozara la rodilla en el mes de marzo del año 2014.
Su presente temporada sí está siendo buena. Tanto es así que en solo 8 partidos, la mitad de los jugados la pasada campaña, ya ha mejorado sus números. Suma un gol más, 3 en total, y dobla su número de asistencias con cuatro. La confirmación total ha llegado este fin de semana con su mejor partido del curso frente al Cartagena en el que ha sumado un tanto y dos pases de gol en 78 minutos de juego.
Jesé es otro completamente. Le ha costado, pero parece que está resurgiendo y que va camino de volver a mostrar de él esa versión que muchos pronosticaron que podía ganar un Balón de Oro cuando era la gran esperanza del madridismo. Ha recuperado parte de su chispa y de su velocidad, vuelve a ser desequilibrante en el uno contra uno y está demostrando tener gol. Es un futbolista nuevo, decisivo y, sobre todo, implicado y feliz por cómo le están saliendo las cosas.
En estos momentos encadena un total de 6 partidos seguidos siendo titular para Pepe Mel y le ha dado ya a Las Palmas, en forma de gol o asistencia, un total de 7 puntos de los 13 que suman los canarios. Solo han perdido un partido en lo que va de temporada y encadenan cuatro sin caer con dos victorias consecutivas. El buen momento de Jesé, máximo asistente y segundo máximo goleador de la plantilla, está sirviendo para que Las Palmas se haya metido de lleno en la pelea por los puestos de ascenso. Ahora están en situación de playoff y a solo tres puntos de las plazas de subida directa a Primera División.
Olvidar la maldita lesión
Parece que Jesé está volviendo a recuperar la ilusión por jugar al fútbol, esa que perdió nada más sentir la brutal embestida de Kolasinac en aquel fatídico Real Madrid – Schalke 04 de Champions. Desde entonces, nada fue lo mismo, ni en el club ni fuera de él.
Jesé estuvo tres temporadas más en el Real Madrid, pero nunca consiguió recuperarse del todo ni anímica ni físicamente. Lo perdió todo cuando estaba tocando el cielo. Había pasado de ser la estrella del Castilla a ganarse un hueco en el once Ancelotti entre jugadores como Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Karim Benzema o Ángel Di María. Pero tras aquella lesión nunca más consiguió convencer a ninguno de sus entrenadores ni volvió a mostrar todo eso por lo cual muchos le veían como un posible candidato al Balón de Oro. Lo que muchos esperan hoy en día de jugadores como Mbappé, Haaland, Vinicius o Joao Félix.
Tras unos años nefastos en la capital de España puso rumbo a París en una operación que fue para los blancos como quitarse un peso de encima. En la capital gala tampoco consiguió brillar y comenzó un carrusel de cesiones, de idas y venidas que parecían interminables. Y en ninguna de ellas consiguió brillar más allá de unos cuantos partidos. Ni su estado físico, con más peso y menos velocidad, ni su estado mental, más pendiente de temas extradeportivos, estuvieron de su lado.
Tras firmar por el PSG pasó primero por las filas de la UD Las Palmas, después por el Stoke City, más tarde por el Real Betis y por último el Sporting de Portugal. Durante su etapa en la Premier League, su bajo rendimiento provocó que incluso fuera degradado al filial. Solo en determinados momentos de su periplo en Las Palmas y en el Betis se consiguió ver algo del Jesé que había brillado en Madrid. Sin embargo, todo seguía estando muy lejos de lo mostrado años atrás. Tras muchas temporadas de deambular por Europa, se desvinculó del PSG y quedó libre hasta que regresó a Canarias.
El Jesé extradeportivo
A medida que su llama y que su fútbol se fueron apagando, su vida extradeportiva crecía como la espuma. Jesé era un habitual de las revistas y de la prensa del corazón por sus idas y venidas con sus parejas, su múltiple paternidad, también inmersa en un conflicto y hasta su paso por el mundo de la música.
Jesé pasó de ser futbolista a ser integrante del dueto 'Big Flow' junto al DJ caboverdiano Nuno N. Bi. El canario, que afirmó sentirse muy solo y poco arropado por el vestuario del Real Madrid durante su grave lesión, se refugió en la música para intentar sobrellevar los malos momentos. Más tarde creó su propia imagen en solitario, 'Jey M', y consiguió grabar varias canciones, algunas de ellas éxitos considerables con millones de reproducciones. En su historial musical quedarán para siempre colaboraciones con estrellas del reggaetón como Ozuna, Henry Méndez, De la Ghetto o Alexis & Fido.
Aparcado el fútbol, su carrera musical avanzaba en paralelo a sus problemas personales de pareja. En tan solo unos pocos años, creó una familia de lo más peculiar con varios hijos y varias mujeres, la mayoría de las cuales terminaron cargando contra él y generándole todavía más conflictos.
Con su primera pareja, Melody Santana, tuvo a Jesé Junior y a Neizan. Después, con Aurah Ruiz, seguramente su relación más mediática, tuvo a Nyan. Y, por último, a Kenai y Aylen con Janira Barm. Y todo en apenas 9 años. Ahora, parece que Jesé está intentando recuperar también su estabilidad emocional en el ámbito familiar y ha retomado, por enésima vez, su relación con Aurah. Después de muchos años de sombras, caídas y polémicas, Jesé parece estar encauzando su vida y su carrera futbolística y es que a sus 28 años, todavía está a tiempo de darse una nueva oportunidad. El ascenso con Las Palmas, el gran objetivo.
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