Y la primera bomba en París estalló mucho antes de lo esperado. Mauricio Pochettino hizo lo que pocas veces se ha visto en el planeta fútbol: sustituir a Messi cuando su equipo va empate al entrar en el último cuarto de hora de partido. La sorpresa era máxima, también para el propio Leo que no dudo en hacérselo ver a su entrenador en el momento de salir del campo. El saludo entre ambos estuvo cargado de tensión.
Era el minuto 75, el PSG iba empate a uno contra el Olympique de Lyon en su propia casa y las sensaciones no eran buenas. Messi, que casi marca un golazo en la primera mitad, no tuvo demasiada incidencia en el juego de su equipo durante el resto del equipo y eso es lo que debió ver Pochettino al decidir hacer el cambio. El que entraba era Achraf Hakimi.
Messi dio el cambio a su compañero. Hasta ahí todo bien, al menos desde fuera. A los segundos quedó claro que la decisión de Pochettino no había sentado bien al '30' del club del Parque de los Príncipes. El entrenador le fue a saludar y extendió su mano, el jugador hizo lo mismo pero tímidamente. Sin ganas de dar la mano a su entrenador, más delatadora era su mirada a los ojos de su compatriota. En el banquillo, la cara de Leo era un poema, mientras hasta sus propios compañeros alucinaban.
Se espera a Messi
La noche mágica de Messi que esperan en el Parque de los Príncipes tendrá que esperar. Como casi siempre, el jugador argentino rindió a buen nivel, pero no el suficiente que quieren en París. Poco a poco trata de aclimatarse y en su quinto partido con la camiseta del cuadro francés volvió a quedarse sin marcar. Se marchó con semblante serio.
Messi, como ante el Brujas en la Champions League, también se encontró con el larguero en uno de sus intentos. De falta, magistral, mandó un lanzamiento a la cruceta antes del descanso. Fue su ocasión más clara para marcar su primer tanto en las filas del PSG, pero tuvo que ser Neymar, después, quien consiguiera apagar el incendio generado por el Lyon.
Aún así, el empate no bastaba a un equipo que lo tiene que ganar todo. Icardi, que saltó al campo por Ángel Di María para pelear los últimos diez minutos, se encontró con una asistencia de Mbappé por que no desaprovechó. El 2-1 desató la locura en el Parque de los Príncipes. Era el minuto 94 y, justo después, el árbitro pitó el final. El PSG sufrió, pero impuso la lógica mientras Messi celebraba la victoria fuera del terreno de juego.
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