"Yo sí que hice lo posible y lo imposible, el club no sé". Con esas 13 palabras, Leo Messi pareció evidenciar lo que algunos suponían: no todo ha sido tan amistoso como quiso vender Joan Laporta respecto al tropezado adiós del astro argentino. Se despidió el mejor jugador de la historia del Barça y lo hizo con un discurso con aparentes diferencias en comparación a la versión del presidente culé.
El adiós de Messi fue triste. Rodeado de los suyos, compañeros y familia -con la ausencia de su padre Jorge Messi, que también es su agente y ahora trabaja, por primera vez, en buscar equipo a su hijo-. También estaba Laporta. No el público del Camp Nou, como a Leo le hubiera gustado. Queda pendiente, para cuando la pandemia dé un respiro. A ver si entonces las cosas se han calmado con la parte con la que se ha estado negociando una renovación que nunca ha llegado.
Los Messi lo veían hecho. Ahí coinciden todas las versiones. Tanto que cuando aterrizaron en Barcelona lo hacían con la ilusión de firmar el contrato al día siguiente. El jueves llegó el jarro de agua fría. Lo que pasó realmente durante estos tres días solo lo saben ellos, pero algo hubo para que Leo, en su despedida, ni siquiera mencionara a Laporta en su discurso y no hubiera un simple gesto como un abrazo.
A Messi le preguntaron si sentía que alguien le había engañado con su continuidad en el Barça. Lo que dijo fue que el presidente no quería endeudarse más. Parecía morderse la lengua cuando le mencionaban las palabras 'falsas promesas': "Siempre le fuimos sinceros a la gente, por lo menos de mi parte. No se dio por lo que ya se ha dicho, pero de mi parte nunca engañé a la gente", decía el futbolista dando a entender que ha habido algo más de lo que se ha contado.
Messi, sobre Tebas
De los abrazos cálidos cuando Laporta llegó a la presidencia a ni un mensaje de agradecimiento por trabajar estos meses en la renovación. Sorprendentemente, Leo dijo más de Javier Tebas, el supuesto culpable de su marcha, que del presidente culé: "Laporta me dijo que estaba todo arreglado y luego por el tema de LaLiga se rompió. No me siento engañado por nadie, sólo decepcionado. No se pudo cerrar el contrato, pero a Tebas no tengo nada que decirle, nunca le dije nada, las veces que me lo crucé nos saludamos normalmente y punto. No tengo ningún problema con él".
El Barça, que señaló públicamente a LaLiga en su primer comunicado por la salida de Messi, no encontró en Leo un aliado en su 'campaña' contra Tebas. Laporta explicó que LaLiga no fue flexible y pese a presentar varias propuestas acordadas con Messi nunca lo terminaron de ver claro. La posible solución estaba en el fondo CVC, pero el Barça se opuso y con ello terminó de renunciar a quedarse con Messi.
El plazo de Laporta
Otro punto de discrepancia en los discursos era el plazo fijado para firmar el acuerdo o, como ha sucedido, para dar por zanjado el asunto. Laporta dejó entrever que había un plazo entre las dos partes, pero Leo señaló directamente al club: "El plazo lo fijó el presidente, el club tenía una deuda muy grande y para qué tirarlo más si parece imposible y yo tengo también que pensar en mi carrera". ¿Se podía haber encontrado alguna solución hasta el 31 de agosto?
¿Presiones a Messi?
Por último, el asunto que más pareció enfadar a Messi por su respuesta en la rueda de prensa fue los rumores que habían llegado sobre que no aceptaba bajarse más el sueldo. Leo lo explicó: "A mi me pidieron que me bajara el 50 por ciento del sueldo y lo hice, luego no me dijeron nada más, el resto son mentiras porque escuché muchas cosas".
Mentiras. Dos discursos. Muchas caras ocultas. La salida de Messi del Barcelona guarda muchos misterios todavía a resolver. Cada uno tiene su versión de una promesa que no se cumplió. "La propuesta que le haga la voy a cumplir", decía un Laporta en campaña electoral. Y así se mantuvo hasta que esta semana dinamitó todo, incluidas las ilusiones de Messi y del Fútbol Club Barcelona.
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