Oscar Ruggeri jugó en el Real Madrid y se proclamó campeón del mundo con Argentina en México 1986. Toda una vida dedicada al fútbol pasando por Boca, River, Logroñés, Madrid y varios clubes más. Ahora, a sus casi 60 años, participa habitualmente de comentarista en los programas deportivos de su país. Saca la garra cuando lo necesita, da la cara cuando debe, muestra su sentimiento cuando las circunstancias lo requieren. Y, cuando tiene que denunciar algo, también lo hace.
Es justo por eso por lo que se ha vuelto protagonista de la jornada. Ruggeri, que ya se había mostrado crítico con el Gobierno argentino en anteriores ocasiones por su gestión de la pandemia, denunció el mal ritmo de vacunación que está viviendo en su entorno. Unas palabras reproducidas en uno de los programas estrella de la parrilla y que, por un momento, cambiaron la temática del show.
Sus quejas se produjeron por lo vivido tanto en su primera persona, como en terceras como su madre. El 'Cabezón', durante su intervención en ESPN, explicó la situación que estaba sufriendo planteando la posibilidad hasta de abandonar su país para obtener la vacuna. Ruggeri no entiende que mientras 'jóvenes' de 40 años reciben la primera dosis, él sigue esperando que llegue un turno que parece imposible.
"Yo voy a cumplir 60 y no me vacunaron". Sin embargo, lo grave no le afecta a él: "Mi mamá cumple 88 años ahora y todavía no le dieron la segunda. Está esperando la segunda dosis desde hace más de tres meses". Además, Ruggeri criticó la falta concreción sobre las vacunas. "Si cuando está por vencer te dicen que tiene un mes más. Y sale uno y te dice que la pueden combinar ahora. Se puede poner aquella con esta...", espetó.
El caso de su madre es el que más llama la atención. Ella vive en Corral de Bustos, una ciudad de unos 10.000 habitantes. Su madre, de 88 años, sigue esperando la segunda dosis. "¿Cuántas personas de más de 80 años puede haber en Corral de Bustos? Somos 10 mil habitantes, me están haciendo calentar... Y los voy a empezar a putear, a todos", ha advertido. Especialmente a "todos esos irresponsables que los vacunaron con 40 o 30 años, que le sacaron la vacuna a esta gente grande" cuando "no tienen nada".
Su silencio durante este tiempo se debía a que "quería que vacunen" a su madre. "Ahora quiero que la vacunen a mi mamá con la segunda dosis y que me vacunen a mí. Voy a esperar hasta fin de mes... Y si no me vacunan me voy afuera -de Argentina- a vacunar porque con la salud mía no van a joder". Porque, como dice Ruggeri, no es hasta la muerte cuando aparecen los recuerdos.
"Después te morís y dicen: 'Qué grande este que salió campeón...'. Pero estás adentro de un cajón. Traigan las vacunas, así nos vacunamos todos y podemos salir a la calle de verdad, como hacen los demás países", destacó un Ruggeri que, por un momento, abandonó el perfil de analista deportivo para lanzar un mensaje en favor de la vacunación. El mito de un país que puede abandonarlo por, según critica, el desastre del plan de vacunación.
La renuncia a la Copa América
Reflejo de la mala situación sanitaria que vive el país fue el cambio de sede en la Copa América. En un primer momento iban a ser Colombia y Argentina las que celebrasen en su territorio todos los partidos. Las revueltas sociales en Colombia obligaron a intervenir a la Conmebol, que fijó en Argentina todo el torneo. Sin embargo, durante la negociación de las medidas de seguridad, la Conmebol vio demasiado estrictas las peticiones del país. Por ello, finalmente se disputará en Brasil, donde la situación sanitaria no es mejor, pero donde sí se cuenta con el total respaldo del Ejecutivo.
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