Josep Maria Bartomeu se apartó de la actualidad del FC Barcelona el pasado 27 de octubre. El máximo mandatario de la entidad culé, acompañado de su Junta Directiva, presentaba su dimisión para evitar convertirse en el primer equipo presidencial que sufría un cese por la moción de censura de los socios. Un paso atrás para esquivar un hecho histórico y que dañaría notablemente la imagen del dirigente.

El catalán dejaba a su sucesor una situación económica marcada por las pérdidas -97 millones en el último ejercicio-, el conflicto por el futuro de Leo Messi -que aún no ha dado detalles de si renovará o no- y varios frentes judiciales abiertos. El más importante, y que ha llegado a un momento clave esta semana, el del 'Barçagate'. La denuncia que se admitió en mayo de 2020 seguía bajo secreto de sumario. Todo hasta que el lunes 1 de marzo se llevó a cabo la detención de varios altos cargos como el propio Bartomeu para, posteriormente, levantar el secreto de sumario.

El Barça aparece como perjudicado y los Mossos creen que la decisión de Bartomeu para iniciar el 'Barçagate' pudo suponer un perjuicio de hasta 1,2 millones de euros para la entidad azulgrana. El presidente culé, presuntamente, impulsó una campaña para desacreditar a jugadores y representantes del mundo del barcelonismo que iban en su contra. Incluidos periodistas y ahora candidatos como Laporta o Víctor Font, que fueron incluidos en una lista negra.

Con el tiempo, parece evidente que la moción de censura que se impulsó hace unos meses y que obligó a Bartomeu a dimitir fue todo un acierto. Sin embargo, esta historia podría haber cambiado lo suficiente si ocho valientes no hubieran dado el paso de poner el caso en conocimiento de la justicia. Ocho socios del Barcelona, con Ricard Faura a la cabeza, que denunciaron los hechos que se estaban conociendo a través de la prensa.

Josep María Bartomeu, durante un partido del Barcelona de Baloncesto EFE

El detonante fue la revelación de Emili Rousaud, exvicepresidente de la entidad catalana, que llegó a asegurar que alguien había metido la "mano en la caja". EL ESPAÑOL habla con Ricard Faura, portavoz de la plataforma de socios Dignitat Blaugrana y el primer nombre que aparece en la denuncia interpuesta en abril de 2020 y admitida en mayo, sobre los últimos acontecimientos.

Faura, socio azulgrana y conocedor de las últimas décadas de vida del Barça, explica cómo se inició el proceso, los contactos que se han tenido con los tres candidatos a suceder a Bartomeu y las posibles informaciones que aún están por salir. "Poco a poco iremos descubriendo más cosas", asegura a este periódico. Su deseo, como el de muchos seguidores del club, es que el peso del socio y la comunicación con la nueva cúpula cambie radicalmente. Que la transparencia, la misma que han llevado a cabo ellos en su denuncia de las presuntas irregularidades a través de sus plataformas digitales, sea el día a día del FC Barcelona.

¿Cómo empieza el proceso de plantear la denuncia?

Empieza a partir de la sucesión de noticias que cada día, durante dos o tres semanas, iban apareciendo en la prensa y nos daban señales de alerta que estaban pasando cosas extrañas, como mínimo, dentro del club. El detonante final fue cuando el vicepresidente saliente, que dimitió, hizo unas declaraciones que decía que alguien había metido la mano en la caja.

¿Os ponéis en contacto con Rousaud para que os dé más detalles?

No, a nivel de abogados tuvieron algún contacto, pero directamente con él no llegamos a hablar.

La denuncia la firmáis varios para que coja más fuerza.

Sí, ocho socios. La denuncia es pública y está en nuestra página web. Se pueden ver los nombres de los ocho firmantes. En el club siempre hay sospechas de quién hace las cosas, quién hay detrás de todo esto. Y una de las primeras decisiones que tuvimos fue poner nombres y apellidos de los que firmamos para que no haya dudas de quién hay detrás de todo esto. Somos los ocho socios que estamos pagando todo de nuestro bolsillo.

Estos asuntos que suceden en el club, al ser socio y formar parte de la economía del club, le preocupa más a dónde van los fondos. ¿No?

El modelo del Barça, que es de los propios clubes de Europa que aún funciona así, en teoría, es que es propiedad de los socios. Y, por eso, cuando algo no está funcionando bien entran en esta dicotomía. Poner una denuncia a los dirigentes de tu club a nadie le gusta, y más con la trascendencia que puede tener. Pero el hecho de ser propietario de un club también te obliga a estar atento a que las cosas se hagan bien y que no acaben en cosas peores por no haber alertado en su momento de lo que se estaba haciendo.

Siempre es muy fácil cargarle sospechas a cualquier cosa que se haga diciendo que detrás hay unos interses económicos o deportivos

Hay una cosa que llama la atención de que todo lo que sucede en el club se habla de mano negra o de intereses. ¿Por qué no hay una paz social en el club?

Es algo que desde Dignitat Blaugrana hemos reivindicado y nos hemos puesto en contacto con los tres candidatos. No hay mecanismos fáciles y ágiles de relación entre el socio y la directiva. Normalmente, llegar a una denuncia tendría que ser el ultimísimo recurso a partir de tener otras vías de comunicación. Y que pudieras alertar de cosas que no te gustan.

El club, por esta inercia de tantísimos años, no tiene estos mecanismos. Cosa que obliga a acabar siempre en sede judicial. Siempre es muy fácil cargarle sospechas a cualquier cosa que se haga diciendo que detrás hay unos interses económicos o deportivos determinados, o políticos incluso. Ahora salía que si teníamos intereses políticos detrás. Es fácil decirlo. Así -con los nombres- es la mejor manera. Te estás exponiendo innecesariamente, pero todo el mundo puede investigar quiénes somos y por qué lo hacemos.

¿En su día recibisteis algún tipo de presión?

No, porque esto parte de un grupo de amigos. Somos 40-50 que tenemos un grupo de Telegram. Hablábamos de fútbol y del Barça. Viendo la deriva del club, nos propusimos hacer esta denuncia y quién quería dar el paso. Cuando la interpusimos, nadie tenía noticia a parte de nuestro grupo reducido. No hubo capacidad de que alguien interviniese.

Cuando intentáis transmitir al club estos problemas que hay. ¿Qué os contestan? ¿O no os contestan?

Normalmente, no contestan. Con otras acciones pedimos explicaciones, escribimos cartas, nos pusimos en contacto con el presidente... Cosas como en su día el fichaje de Griezmann, que trascendió que no eran los importes que nos habían dicho. Pedimos explicaciones por carta y la respuesta que tuvimos era incluso con ciertas amenazas de decir 'cómo os atrevéis a dudar o preguntar sobre estos aspectos'. Es un poco lo que vimos, que los caminos y las posibilidades de intermediar eran muy difíciles.

Esas respuestas, ¿quién las firma?

Hay veces que también utilizas redes sociales y hablas, entre comillas, con los servicios de comunicación del club. Otras eran los servicios jurídicos del club.

¿En los últimos meses, no ha habido nuevos contactos de abogados?

No, no ha habido. A nivel de abogados, con la gente que está un poco relacionada con la causa como era Noelia Romero, o Jaume Roures, que le puso posteriormente una denuncia. Sí que ha habido conversaciones entre ellos, pero más allá de esto no.

¿Faltan informaciones? Seguramente se irán ampliando en el transcurso de estos días

El entorno de Bartomeu y la cúpula del club han ido por su propia vía entonces. No ha habido afán de resolver nada.

No. Es el principal problema: la opacidad. Creemos, y más en la situación de pandemia donde no hay los contactos que antes eran en el campo del Barça, o la Asamblea, que es el órgano estatuario de representación del socio, fue aplazada con la excusa del Covid. La del año pasado se aplazó sine die y estamos esperando a que se convoque esta asamblea donde el socio, con sus representantes, puedan expresar y escuchar las explicaciones de los dirigentes del club. No hay más mecanismos de comunicación con el club.

¿Por qué Rousaud no denuncia él?

Él ha declarado varias veces, ha ido matizando lo que dijo al principio. Él sale de la propia directiva, tiene que tener muy claro qué es lo que denuncia y en qué caso, estando formando parte de la directiva que estás denunciando, no estás implicado.

¿Falta mucha información por salir?

Sí, justo se levantó el secreto de sumario después de seis meses. Pusimos la denuncia el 21 de abril, en mayo admitió la denuncia y se ha ido prolongando mes a mes el secreto de las actuaciones. Y ahora justo empezamos a recibir la información de todos los pasos y acciones que se han hecho en estos meses. Empezamos a descubrir cosas, interpretando, leyendo documentación, que seguramente se irán ampliando en el transcurso de estos días.

¿Puede caer algún nombre más que esté todavía en el organigrama del Barça?

Dependerá e irá profundizando con la documentación y declaraciones que ahora hemos recibido. El límite siempre está entre una mala gestión y un delito. Cada una tiene sus consecuencias. La línea que divide las dos situaciones es donde es difícil ponerla sin perjudicar a alguien que en principio no tenga culpa.

¿No es BarçaGate, sino BartoGate?

El Barça está como perjudicado de esta gestión. Hay que etiquetar al responsable máximo de este caso que es el expresidente Bartomeu.

Se está diciendo que es mucha casualidad que se abra el secreto de sumario en la semana electoral. ¿Por qué también sondea esta especie de mano negra?

Por nuestra parte no. Nos sorprende porque desde el 21 de abril, luego mayo... Hasta este lunes, ha pasado casi un año y precisamente esto salta en la semana que tenemos que hacer votaciones a la presidencia. Es curioso como mínimo, no tenemos más elementos para ir más allá.

Toni Freixa, Víctor Font y Joan Laporta, en un debate fcbarcelona.com

¿Cómo puede afectar?

La afectación clara es que la focalización de las noticias se está centrando en todo este proceso de elección que pasa cada seis años. Es muy importante porque el socio debe decidir qué proyecto debe tirar adelante en un momento crítico como en el que estamos. Es muy importante tener la capacidad de oír, escuchar y contrastar programas para luego decidir cuál tiene que ser el mejor. Se ha desviado el foco de atención como es este caso y se pierde la oportunidad, durante la campaña electoral, de aprovechar para tener más elementos en el momento de votar. Pero no creo que favorezca a los candidatos, no cambiará el sentido del voto de los socios.

Ahora, visto con perspectiva, la moción que nació también de los socios. Había candidatos que veían con malos ojos la moción de censura. Parece que fue todo un acierto.

Nosotros fuimos de los cursores de la moción de censura como continuidad de todo este proceso. Veíamos que se estaba detectando una mala gestión que perjudicaba al club y no se daba el paso. Los juzgados seguían trabajando en silencio y no sabíamos lo que estaba pasando, pero sí que veíamos era que seguir en manos de esta directiva estaba perjudicando al club. La hipótesis era: cuanto antes paremos todo el tiempo que tenga esta gente en la dirección del club, mejor para el Barcelona.

Ahí es donde hubo críticas de algunos candidatos que decían que por tres o cinco meses era una tontería. Nos perjudicó que la Gestora no convocara las elecciones lo más rápido posible, que era antes de Navidad y ya tendríamos durante tres meses una nueva directiva trabajando. El lunes no hubiese estado en los calabozos un expresidente del Barça, sino un presidente del Barça. Ya es razón de peso para decir que no íbamos nada equivocados.

De cara al socio, ¿en qué lugar queda el candidato que rechazaba la moción?

Creo que lo tienen que analizar los socios. Siempre hemos tenido claro que había un candidato que no nos dio su apoyo desde el inicio. Al contrario, criticó todas estas acciones e incluso sigue criticando. Pone la sombra de la duda sobre quién lo había hecho. Ahora el socio tiene elementos de juicio para valorar quién está trabajando de verdad por el bien y el futuro del club, y quién quiere sacar un provecho de toda esta situación.

La figura que menos renovación podría implicar entre los candidatos es la de Freixa. Dentro del barcelonismo, ¿recuerda al pasado?

Bueno, sí. Hay diferentes visiones. Hay gente que mira con nostalgia el pasado, otros que miran con nostalgia el pasado aún más lejano e incluso asimilan a Freixa con la etapa nuñista y él ha declarado que está muy satisfecho de ello. Otros miran al futuro. Son posiciones lícitas todas y se verá el domingo cuál es la ganadora.

Estoy seguro de que es el peor presidente y por desgracia que aún no lo sabemos todo

¿Fuisteis vosotros los que os pusisteis en contacto con los candidatos?

Sí, desde el inicio cuando presentamos la denuncia. Primero con los ya precandidatos, luego con los posibles candidatos como Joan Laporta, que entonces no era ni precandidato... Nos pusimos en contacto con todos ellos y la mayoría nos demostraron su solidaridad. Quizás Víctor Font, que se incorporó en la moción de censura y tuvimos la oportunidad de estar más en contacto con él, pero los demás estuvieron más alejados de todo esto. 

¿Os transmiten alguna promesa para evitar que suceda algo como esto?

Hemos trabajado una batería de propuestas en este sentido para facilitar la interacción con el socio y que el socio tenga un papel y un sitio en el club. Estas propuestas las hicimos llegar a las tres candidaturas, con diferentes respuestas en cada una de ellas. Nuestra función es poner en alerta, viendo la experiencia que hemos tenido estos meses, que hay que renovar las maneras del club. El socio tiene que tener fácil poder alzar su voz, detectar problemas y pedir explicaciones. Tiene que ser algo normal en un club democrático. Es lo que hemos pedido, esperemos que con la nueva etapa se vayan incorporando estas peticiones.

Con todo este trayecto de un año desde que empezó el proceso, ¿cómo se podría definir a Bartomeu?

Ya lo han definido muchos como el peor presidente del Barça, como mínimo, de la historia contemporánea. Yo tengo casi 50 años de socio y no puedo hablar más allá, pero de estos años sí que estoy seguro de que es el peor presidente y, por desgracia, creo que aún no lo sabemos todo. Poco a poco iremos descubriendo más cosas.

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