Nueva polémica asociada al próximo Mundial de Catar del año 2022. Este martes el diario inglés The Guardian ha publicado un reportaje en el que hace una estimación de las muertes que se han producido de trabajadores inmigrantes contratados para las obras y preparativos que se han llevado a cabo desde el año 2010, momento en el que se conoció que este país organizaría esta edición de la Copa del Mundo. Un dato que vuelve a poner contra las cuerdas la ética de esta elección por parte de la FIFA.
Según este medio, India, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka revelaron que 5.927 trabajadores habrían fallecido en un período de tiempo desde 2011 a 2020. A estas cifras, añaden otras 824 muertes que publicó la embajada de Pakistán en Catar en ese mismo espacio temporal. Pero es que, además, señalan que el número podría ser mayor teniendo en cuenta que Filipinas y Kenia no han informado sobre las defunciones que se han podido producir. Ambos países también aportan un gran número de obreros.
Cabe señalar que Catar, cuando conoció que iba a ser el lugar donde se celebraría el primer Mundial en época invernal, comenzó un megaproyecto para construir siete nuevos estadios que acogerán los partidos de este torneo. La inversión no queda ahí ya que también se están completando un nuevo aeropuerto, carreteras, hoteles y muchas otras infraestructuras que estarán relacionadas con esta cita. Todo esto con el objetivo de que la cita sea "histórica", como decía Xavi Hernández hace unos días.
Uno de los estadios del Mundial de Catar.
Para esta información, The Guardian ha contactado con Nick McGeehan, director de FairSquare Projects, uno de los grupos que están defendiendo los derechos laborales de los trabajadores que se encuentran inmersos en proyectos en el Golfo Pérsico. Este explica que una "proporción muy significativa de los trabajadores migrantes que han muerto desde 2011 solo estaban en el país porque Catar ganó el derecho a ser sede de la Copa del Mundo", cuestión por la que relacionan estos datos con la cita futbolística.
Las cifras que se manejan de trabajadores contratados durante todos estos años es de dos millones. Dentro de las historias que señala el citado medio está la de Ghal Singh Rai, un nepalí que consiguió un trabajo como limpiador de un campamento de trabajadores que construían el Education City que, tras una semana de trabajo, se suicidó. Una situación vivió Mohammad Shahid Miah, de Bangladesh, que se electrocutó dentro de su alojamiento por culpa de unos cables que entraron en contacto con agua.
Las muertes naturales
Hay un dato que resulta llamativo y es el de las calificadas como "muertes naturales". Estas se enmarcan como las atribuidas a insuficiencias cardíacas o insuficiencias respiratorias agudas, con los indios como los más afectados con un 80% de casos. La Organización Internacional del Trabajo de la ONU certificó en 2019 que durante cuatro mesesdel año estos trabajadores se enfrentan a "un estrés por calor significativo", algo asociado a estas posibles defunciones.
Ante estas cifras, el gobierno de Catar hizo un comunicado en la que explicaban que "la tasa de mortalidad entre estas comunidades está dentro del rango esperado para el tamañ y la demografía", quitándoles importancia. Además, explican que estos trabajadores tienen acceso a la sanidad gratuita de primera clase. Cabe resaltar que por Covid-19, dentro de las razones de estas muertes, se han producido poco más de 250 defunciones entre todas las nacionalidades conocidas.
La respuesta
Una vez se ha conocido este reportaje, el Gobierno de Catar ha hecho un comunicado público explicando que durante todo este período de tiempo se ha disminuído las cifras de mortalidad y que se han aplicado modelos por los que cualquier empresa que se extralimite en horas de trabajo en horario de verano podrán ser sancionados.
La salud y el bienestar de todos en Qatar es de suma importancia para el gobierno. Cada vida perdida es una tragedia, y no se escatiman esfuerzos para tratar de prevenir cada muerte en nuestro país.
Más de 1,4 millones de expatriados de India, Sri Lanka, Bangladesh y Nepal viven en Qatar. Esto incluye estudiantes, personas mayores y trabajadores empleados en una variedad de industrias. Millones más han vivido en Qatar durante los últimos 10 años y han regresado a casa. Todos han contribuido a la economía de Qatar y envió remesas a casa que mantienen a sus familias y países de origen.
Desafortunadamente, de los millones de residentes de India, Sri Lanka, Bangladesh y Nepal que han vivido en Qatar de 2011 a 2019, lamentablemente un porcentaje muy pequeño ha fallecido. Aunque cada pérdida de vidas es inquietante, la tasa de mortalidad entre estas comunidades está dentro de el rango esperado para el tamaño y la demografía de la población.
Durante las últimas dos décadas, hemos transformado nuestro sistema de atención médica para cumplir con las necesidades de nuestra diversa población. Qatar invierte más per cápita en atención médica que cualquier otro País del CCG. Todos los ciudadanos y extranjeros tienen acceso a atención médica gratuita de primera clase, y seguimos implementando políticas para seguir mejorando la salud de la población.
La evidencia de este progreso se puede ver en nuestro manejo de la pandemia de COVID-19. Se pusieron en marcha medidas sanitarias de primera clase y amplias para proteger a todos en Qatar. Esto tiene un resultado de menos de 300 muertes, una de las tasas más bajas del mundo.
Desde 2010, ha habido una disminución constante en la tasa de mortalidad como resultado de las reformas de seguridad y salud que hemos introducido. Esperamos que esta tendencia a la baja continúe en el futuro.
Como parte de nuestros esfuerzos por reducir aún más la tasa de mortalidad, hemos creado conciencia sobre la salud, riesgos como el tabaquismo y una dieta poco saludable, se fortalecieron las leyes de salud y seguridad, se lanzaron iniciativas de salud mental, incluida una línea directa de salud mental en varios idiomas, se imponen sanciones estrictas por conducción peligrosa y fomento de un estilo de vida activo. Hay estrictos castigos, incluida la cárcel, para los propietarios de negocios que violen los estándares o límites de seguridad en horario de verano.
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