Si hay algo que caracteriza a la segunda década del siglo XXI es la llegada de los petrodólares al fútbol de élite. Son muchos los ejemplos de ello, como la compra de clubes de primer nivel como PSG y Manchester City o la celebración de eventos en oriente medio como el Mundial de Catar en 2022. Una incursión que ha cambiado el deporte rey tal y como se conocía.
El fútbol ya comenzó a coquetear con la globalización y los grandes flujos financieros con el primer Real Madrid de los Galácticos formado por los Figo, Beckham, Ronaldo y compañía. Igualmente ocurrió en 2009 con la llegada de Cristiano Ronaldo y Kaká a Concha Espina. Movimientos que comenzaban a augurar un cambio de paradigma en los mercados.
Ahora este cambio se ha vuelto a dar con la incursión de las grandes fortunas de oriente medio en el fútbol europeo. Una fecha clave, al menos en lo que se refiere a la celebración de grandes eventos deportivos en territorio del petrodólar, fue el 2 de diciembre de 2010, cuando se conoció que Catar sería la sede del Mundial 2022.
Catar, semilla del petrodólar europeo
Es aquí donde radica el origen de todo. Se trataba de un hito histórico: la segunda vez que un evento de estas magnitudes se celebraría en África (tras Sudáfrica 2010) y la primera que lo haría en Otoño. Jamás se había jugado un Mundial fuera de periodos veraniegos, esta vez lo hará del 21 de noviembre al 18 de diciembre, un ejemplo más del poder del dinero de oriente medio en el deporte rey.
Todo ello responde a un motivo económico, tal y como se ha destapado posteriormente en el caso 'Qatargate', algo que detonó en un caso de irregularidades, entre otros actos de corrupción, que terminó con la dimisión de Josep Blatter como presidente de la FIFA en 2015. "No parece que este mandato tenga el apoyo de todo el mundo", declaraba el ya exmandatario para explicar sus motivaciones para dejar el cargo.
Un año después fue Michel Platini (exvidepresidente de la FIFA) el que dejaba su cargo como presidente de la UEFA por pagos sin justificar (1,8 millones de euros) de Blatter al francés en 2011. Pero ha sido en 2019 cuando el exdirigente ha estado involucrado en la investigación por irregularidades en la adjucación del Mundial de Catar 2022., llegando a ser interrogado por las autoridades.
La candidatura del país de la península arábiga se impuso ante otras más desarrolladas como Estados Unidos, Australia, Corea del Sur o Japón. De hecho, la norteamericana era la principal favorita. Algo que detonó en que la revista France Football, en el año 2013, acusara directamente al Emirato de haber comprado la cita de 2022.
Entre toda la información desvelada en la publicación gala aparecía que había existido un encuentro entre Michel Platini (expresidente de la UEFA), Nicolas Sarkozy (expresidente de Francia), Tamin Hamad Al Thani (emir de Catar), Hamad Ben Jassem (primer ministro y ministro de relaciones exteriores de Catar) y Sébastien Bazin (expropietario del PSG con Colony Capital).
Durante esta reunión, celebrada nueve días antes de las votaciones de 2010 para la concesión del Mundial, Sarkozy habría sugerido a Platini que se decantará a favor de la candidatura de Catar. Una información que aumentó aún más los indicios de corrupción que rodeaban en torno al caso.
De esta reunión, donde se gestó la llegada del poder del petrodólar al fútbol mundial, surgió también la incursión más importante de oriente medio en los grandes clubes europeos con la compra del PSG. Le Monde apuntó a que durante aquel encuentro Catar dio los primeros pasos para hacerse con el club parisino y adquirir, además, los derechos televisivos de la Ligue 1 con beIN Sports.
El PSG, primer club-Estado
Se trataba del primer club-Estado de la élite del fútbol. Primero, Qatar Investment Authority (QIA) compró el 70 por ciento del equipo en el año 2011; hasta que una temporada después se hizo con el 30 restante que todavía poseía Colony Capital. Una operación con la que el heredero al trono catarí, Tamim bin Hamad Al-Thani, acometió su incursión en el deporte rey, justo dos años antes de hacerse con el puesto de jefe de Estado en el país del Golfo Pérsico.
La familia Alt-Thani es la misma que está detrás de la celebración del Mundial de Catar 2022, y en el PSG desarrollaron una política deportiva a golpe de petrodólar, conformando un equipo de estrellas con el que los grandes del fútbol europeo no podían competir. Ejemplo de ello fueron los fichajes de Mbappé (2016), arrebatado al Real Madrid con una oferta salarial mayor; y Neymar (2017), sacado del Barça con el pago de una cláusula de rescisión de 222 millones de euros (lo máximo pagado en la historia).
El Manchester City fue pionero
A pesar de que el PSG es el primer club-Estado de la élite europea, no se puede olvidar que el Manchester City fue la primera adquisición del petrodólar en el Viejo Continente. Fue en 2008 cuando la compañía Abu Dhabi United Group (ADUG) se hizo con el 90 por ciente del club, propiedad del ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra. Un año después compraron el 10 restante.
El mandatario de la compañía era del jeque y político Sheikh Mansour bin Zayed Al Nahyan, uno de los hijos del por aquel entonces sultán Zayed Al Nahyan, miembro de la familia real de Abu Dhabi (Emiratos Arabes Unidos). "Es muy simple: empezar por hacer del Manchester City el equipo más grande de la Premier League y terminar en el top-cuatro esta temporada", señaló tras su compra.
Uno de los primeros movimientos con los que mostró su poderío económico en el City fue con el fichaje de Robinho, abonando 42 millones de euros al Real Madrid; ademas de otras operaciones como las llegadas de Adebayor y Tévez (29 millones). Cabe destacar que aquella transacción por el brasileño fue la segunda más alta de 2008, solo por detrás de los 45 millones que pagó el Manchester United por Berbatov.
Mansour ha estado expandiendo sus tentáculos por el fútbol mundial desde entonces. Posee el Melbourne City FC de la A-League australiana, el New York City FC de la Major League Soccer, el Yokohama F. Marinos de la J. League Division 1 y el Atlético Torque de la Primera División uruguaya.
Sin éxito en España
Existen otros ejemplos no exitosos de incursión del petrodólar en el fútbol español. El Málaga CF es ejemplo de ello con la llegada al club del jeque Abdullah Bin Nasser Al-Thani en 2010. 36 millones de euros desembolsó el catarí para intentar crear un Manchester City en España.
La revolución se dio con fichajes como Joaquín e Isco (Valencia), Toulalan (Olympique de Lyon), Van Nistelrooy (Hamburgo) o Baptista (Roma). Y hubo éxito, al menos al principio. El objetivo era estar en Champions y lo consiguieron. Unos cuartos de final frente al Borussia Dortmund terminaron, de forma injusta por un gol en fuera de juego, con el sueño europeo del Málaga en 2013.
Ahora la situación del equipo es caótica, después de la inversión catarí (cifrada en 150 millones de euros): en Segunda División, con el grifo financiero cerrado por el jeque desde 2016 y con una plantilla en cuadro. Precisamente, este verano anunciaron el fichaje del delantero Okazaki y días después oficializaron que podían inscribir al nipón por el limite salarial.
De cara a 2020 el que probará suerte será el Almería, tras la adquisición del club por parte del magnate saudí Turki Al-Sheikh este verano. En esta primera vuelta ha conseguido que el club esté segundo en la tabla de la categoría de plata del fútbol español, tras haber invertido casi 17 millones de euros en fichajes.
Los torneos nacionales en Oriente
De los clubes adquiridos por el petrodólar se ha pasado a los eventos deportivos, ya que hay mucho más allá del Mundial de Catar 2022. Y es que en los últimos años la moda ha estado en sacar torneos nacionales, como las Supercopas, fuera de diferente países como Italia o España.
Así ha ocurrido en este 2019 con la Supercopa de España, que por primera vez se jugará en enero de 2020 en Arabia Saudí. Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha llevado el torneo al país por un suculento acuerdo económico de de 120 millones por tres temporadas, a razón de 40 por cada una de ellas.
Una operación que generó controversia, ya que fueron muchas voces (eurodiputados, políticos, asociaciones, ONGs) las que pidieron que la Federación reconsiderase su decisión, escudándose en la vulneración de los derechos humanos que ultrajaba Arabia Saudí; por ejemplo en materia LGTBI+ o de igualdad de género.
Esta operación no es tan extraña de ver en Europa, donde la Supercopa de Italia ha sido pionera desde el 16 de enero de 2019, cuando se disputó un Juventus-Milan en Arabia Saudí que hizo ingresar unos siete millones de euros a la Serie A.
Precisamente, el 22 de diciembre de 2019 se jugó la segunda edición italiana que se celebra en territorio árabe. Fue en el King Sand University de Riad y terminó con una victoria de la Lazio sobre la Juventus (3-1).
La conquista del 'Mundialito'
La última adquisición del petrodólar fue el Mundial de Clubes 2019, celebrado este mes de diciembre en Catar y que ha terminado con una victoria del Liverpool en la final ante el Flamengo (1-0).
El país del Golfo Pérsico se volvió a hacer con otra gran cita mundial importante en mayo de 2019, tal y como anunció la propia FIFA. Dos ediciones, hasta 2020, en las que tendrían el privilegio de organizar el torneo.
Estrellas europeas en Oriente
Por si todo lo antes mencionado era poca demostración del poderío que ha ganado Oriente Medio en el fútbol europeo, cabe destacar que también han querido ganar protagonismo 'comprando' a grandes estrellas del Viejo Continente.
Raúl González fue uno de los primeros cuando fichó por el Al-Sadd en 2012. El exdelantero del Real Madrid, leyenda del fútbol mundial, desembarcó en el fútbol catarí como nueva forma de atracción de atención del foco mediático hacia el país.
Posteriormente le han seguido otros como Sergio García (Espanyol-Al Rayyan), Xavi Hernández (Barcelona-Al Sadd) o Gabi (Atlético de Madrid- Al Sadd) en el ocaso de sus carreras. Pioneros ya fueron otros como Romario (Al-Saad), Batistuta (Al-Arabi), o Guardiola (Al-Ahly).
Xavi ha sido una de las herramientas del imperio catarí para potenciar su fútbol base, ya que el ya exjugador ha iniciado su carrera en los banquillos como técnicos del Al-Sadd. Algo que intentaron hacer con Zidane, al que le propusieron ser seleccionador de Catar para el Mundial 2022.
El técnico del Real Madrid tenía esa propuesta sobre la mesa, por valor de 200 millones de euros por cuatro años (50 por cada uno), aunque finalmente la declinó. Lo que si hizo fue encabezar la candidatura de Catar para 2022, obteniendo grandes emolumentos económicos en 2010.
"Se habla de diez, once, doce, trece millones de euros... Voy a decirlo claramente: es una locura. No es ni la cuarta parte de esas cantidades", declara Zidane en 2011 a L'Equipe. "Esa suma será redistribuida por la Fundación Zidane. No lo hice por dinero", añadió el galo.
Un sin fin de maniobras del petrodólar para ganar protagonismo en el fútbol europeo. Los países de Oriente Medio han avanzado notablemente en la última década su notoriedad en el deporte rey.
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