En el campo de Los Ángeles de San Rafael (Segovia) donde realiza sus pretemporadas el Atlético de Madrid, veinte jugadores hacen rondos y obedecen al preparador físico ante la mirada de su técnico, el médico y una psicóloga. Se han cogido todos una semana de vacaciones para representar a la selección de Castilla y León en la 10º Copa de las Regiones de Uefa (para futbolistas aficionados). Entre ellos, tan desconocido como los demás, corre el hombre que más goles ha metido hasta ahora en todas las categorías del fútbol español: Roberto Puente, del Atlético Astorga (Tercera División, grupo 8).
Puente, de 29 años, ha marcado en lo que va de campaña un gol cada 42 minutos (en Primera el mejor promedio es el de Messi: un gol cada 69 minutos). El domingo pasado otros dos jugadores de Tercera, Aitor Pons, del Poblense (grupo 11) y Carrasco, del Lorca (grupo 13), llegaron a la cifra de 13 goles, pero han necesitado casi el doble de minutos. “Este año estoy teniendo la suerte de que la que tengo la estoy metiendo”, afirma con naturalidad el delantero, natural de Quintana de Fuseros (noroeste de León), el pueblo desde donde va y vuelve a Astorga cinco días por semana con el coche después de terminar su ruta diaria por el Bierzo con un autobús de la empresa Alsa.
La carretera es un elemento principal en la vida de Puente, que hace dos años temió alejarse para siempre del fútbol por un accidente de moto en el que se fracturó una vértebra lumbar. Sólo llevaban dos partidos en Segunda B (la primera vez que ascendían); estuvo seis meses de baja, con un corsé, y se perdió toda la temporada. “Cuando me hicieron las pruebas y vino el médico, me rompí...”, recuerda ahora. “Pensé de todo: que no volvería a jugar después de haber ascendido, que era el fin... […] Me perdí disfrutar lo que siempre había perseguido”.
El ‘9’ del Atlético Astorga se recuperó “muy bien”, afortunadamente, y pudo contentarse jugando el segunda año en 2ª B (la temporada pasada) a pesar de terminar en un descenso que, según dice, “no te gusta, pero es normal con tan pocos recursos”. Esta temporada, de vuelta en Tercera, el equipo leonés va como un tiro: son líderes del grupo 8, con seis puntos de diferencia sobre el segundo (Unionistas de Salamanca). Puente ha jugado el 56% de los minutos y marcado el 45% de los goles de su equipo. A dos de los partidos falló por el autobús y en cinco fue suplente: “Con el tema laboral he faltado a algún entrenamiento, los demás compañeros están entrenando todo el rato, y al final lo importante es ayudar al equipo”.
Tradición familiar
El hermano mayor de Roberto, Porfirio García-Puente, llegó a ser campeón de la sexta edición del torneo europeo al que acude ahora el '9' del At. Astorga. El pequeño de la familia empezó muy pronto, “a los 7 u 8 años, primero en benjamines, luego en alevines e infantiles, siempre en el Atlético Bembibre” (a 17 kilómetros de su pueblo, Quintana de Fuseros, en el alto Bierzo). Después pasó a la Ponferradina B (juveniles), que fue donde donde le operaron de un ojo y se perdió toda la temporada: la primera vez que pasaba un año en blanco por un asunto de salud.
Puente quería “acabar en el primer equipo de la ‘Ponfe’” y estuvo un año entero entrenando con ellos, subiendo y bajando desde el filial. “Pero ya no era sub-23, no podía tener ficha en ambos equipos. Cuando acabó la temporada me ofrecieron seguir en el filial, pero yo quería pegar un salto o intentarlo”. Así que volvió a Bembibre, donde casi ascienden a Tercera al primer año, y después de la segunda temporada le propusieron fichar por el Atlético Astorga. “Era el momento perfecto”, cuenta: “Hicimos un año perfecto, espectacular, y conseguimos el ascenso. Una ilusión tremenda; te anima a seguir trabajando, trabajando, trabajando...”
Todos los futbolistas del Atlético Astorga son ‘amateur’: unos trabajan y otros (los más jóvenes) estudian. Apenas reciben unas dietas mensuales. Puente dice estar “muy contento”. “El trato es de maravilla… Somos como una familia, no hay ningún problema con el grupo”. El equipo entrena cuatro días, aparte del partido. “Si quieres estar ahí arriba, tienes que entrenar, estar con el grupo, conocernos todos...”, dice varias veces el jugador.
El peligro de la ansiedad
Lo más importante en un ‘9’, dice Roberto Puente, “es tener ganas de gol. Tener la portería siempre en la cabeza… Pensar constantemente en marcar y estar confiado en que cuando la tengas la vas a meter”. La experiencia, dice, ayuda mucho para combatir el gran enemigo de los delanteros: la ansiedad... “Cuando no te entra el gol se pasa muy mal. Recuerdo el primer año de Segunda B. Nuestro ariete, Borja Martín [ahora en el Real Murcia], intentaba, intentaba, intentaba, y terminó entrando en un estado de ansiedad. Eso te perjudica, cuando la tienes te afecta a todo, no descansas bien…”.
Preguntado por su mayor virtud como futbolista, el ‘pichichi’ español provisional responde que “siempre he sido muy agresivo, de estar encima, de presionar...” ¿Como la BBC? “No, de verdad...” (Ríe). “Ir a todo. Soy de ese estilo”. No es raro que cite a Raúl como el delantero al que más admira, “desde pequeño: fue el más completo, el mejor en esta posición”. Fuera de esa demarcación, cita a Zidane, “otro jugador bastante completo”.
Por las calles de su pueblo, de Bembibre y de Astorga casi todo el mundo conoce a ‘Rober’, como se le llama en su equipo. “Me alegro muchísimo por él, lo ha pasado fatal con la espalda y la afición le adora”, afirma Sagrario González, la presidenta del club. Cuando entra en un bar, la gente se fija en él; para la hinchada astorgana es uno de los favoritos. “No se ha vendido”, explica a El Español un responsable de la peña Astorga Invicta desde el estadio de la Cultural Leonesa, donde jugará el Real Madrid unas horas después: “No se ha ido cuando el equipo bajó, como hicieron muchos otros. Le queremos por eso y por su garra: lucha todos los balones y tiene buen desmarque. Aunque no sea el mejor técnicamente, lo pelea todo… ¡Y este año mete todo lo que toca!”.
Esta semana Roberto Puente jugará por primera vez fuera de España: el equipo de la Federación de Fútbol de Castilla y León es el representante español en el campeonato europeo de federaciones autonómicas, que se disputa en Bulgaria desde este jueves hasta el 1 de noviembre. Castilla y León jugará en cinco días contra Bulgaria (Región Sudoeste), Bosnia Herzegovina (región de Tuzlanskog) y la selección nacional de San Marino.
Selección de obreros
La camiseta del equipo, rojiblanca y arlequinada, recuerda poderosamente a la de Croacia. “La motivación es enorme”, afirma Puente. Es una selección “de obreros”, como comenta alguien de la Federación en el campo de entrenamiento de San Rafael: jugadores de Tercera División que nunca han tenido licencia de profesionales, conscientes de que no van a llegar al fútbol de élite, cuyos equipos muchas veces no tienen ni siquiera fisioterapeuta y para quienes estar aquí, como dicen varios, “es un premio”.
Se han cogido una semana de vacaciones en sus trabajos para participar. Algunos jugadores (como Jesús, de la S. D. Almazán), son también los presidentes de sus equipos. El médico es el Jefe de Traumatología del Hospital de Salamanca (también de vacaciones). Hay pescaderos, panaderos y administrativos. Otros estudian en la universidad y algunos viven de su modesta paga de futbolista y disfrutan de estos años sin pensar en el futuro. Roberto Puente no ha abandonado sus autobuses: "Casi siempre la misma ruta, salvo que haya bajas o percances". Se ha perdido ya varios partidos esta temporada por “el tema laboral”. A saber cuántos goles llevaría ya...