Jesús Tomillero ha vivido una de las semanas más agitadas de su vida: entrevistas en diversos medios, muestras de apoyo desde varios continentes, 'trending topic' en Twitter, respaldo de numerosos partidos políticos. Está, sin embargo, "indignado". El movimiento generado desde que EL ESPAÑOL publicase su salida del armario y su abandono del fútbol no parece haber conmovido al Comité de Competición gaditano: el aficionado del San Fernando Isleño (Segunda División Andaluza Juvenil) que el pasado sábado reaccionó a un penalti gritando "¡Ese es el maricón que sale por la tele! ¡Te vas a meter el gol por el culo, maricón de mierda!", provocando la risa cobarde de todos los espectadores que veían el partido, será sancionado con 150 euros de multa por "incidentes graves de público visitante". El equipo local, Portuense, no recibe castigo alguno.
Tomillero Benavente no esperaba una sanción ejemplarizante. Decidió, de hecho, colgar el silbato el día siguiente. "No aguanto más", confesó; "ver a todo el mundo riéndose de mí me superó".
Al árbitro le parece "una vergüenza que estas cosas merezcan un castigo tan bajo", pero estaba acostumbrado. Le había sucedido también en marzo; a finales de ese mes decidió hacer pública su homosexualidad después de que un utillero de la Peña Madridista Linense (también de Cádiz) le dijese "Eres un comepollas y te gusta que te partan el culo, maricón. Te espero fuera" por pitar un fuera de juego y ya después, en el vestuario, empezasen a entrar piedras por la ventana. Un acoso propio de tiempos oscuros.
"Humillación tras humillación"
Aquella semana el Comité castigó con 30 euros y nueve partidos de suspensión al utillero y varios partidos de suspensión a los jugadores por menospreciar su autoridad. Meses antes, arbitrando un partido de niños de ocho años, el delegado de un equipo infantil gaditano (Atlético Zabal) intentó agredirle varias veces al grito de "te tengo que dar dos guantazos que te voy a matar". El sujeto, José Antonio Noguera Salazar, fue expulsado del partido y pasó el resto del mismo detrás de una portería diciendo a los niños y a sus padres: "Ese es maricón y le gusta que le den por culo. ¡No te da vergüenza maricón jugar con los niños!". Tomillero no interpuso denuncia por "presiones recibidas".
Así ha sido siempre: "Humillación tras humillación", cuenta el joven de 21 años antes de dejar asomar otra vez su pasión futbolera (comenzó a arbitrar a los 11). "Si me llama la Federación Andaluza de Fútbol antes del lunes, regreso al arbitraje". Los dirigentes del organismo que gestiona el fútbol en su provincia no se dignan a saludarle, pero desde otros entornos el apoyo ha sido inmediato: el Rayo Vallecano le dedicó este jueves, por ejemplo, el premio Plumas 2016. Ha recibido apoyos del Cádiz F.C. y numerosas instituciones. El 21 de mayo irá a Zamora (nunca ha salido de su provincia) a arbitrar en el Primer Encuentro Deportivo contra la Homofobia. "Lo del Rayo me pone los pelos de punta", confesaba anoche a este diario. Ahora, reforzado por la popularidad que genera su historia, quiere cumplir el sueño de conocer un estadio de Primera División.