Wout van Aert le hace mucho bien a La Vuelta y La Vuelta le sienta fenomenal a Wout van Aert. En el año de su debut, la relación entre el ciclista belga y la ronda española se ha convertido en una perfecta simbiosis, un oasis fantástico para uno de los mejores corredores del mundo que en ocasiones se ha visto peleado con la victoria. [Así vivimos la victoria de Van Aert en la décima etapa]
El del Visma ya lleva tres. Le costó ganar los dos primeros días con un tercer y un segundo puesto, pero una vez que ha descorchado el champán ya no hay quien le pare. Su triplete es una respuesta directa para aquellos que pensaban que La Vuelta este año no tenía grandes figuras después de lo del año pasado.
En un día con muchísimo desgaste en el arranque pero con poca pelea en la clasificación general, el pelotón voló durante los primeros kilómetros. Una hora se pasaron los corredores surcando las carreteras de Galicia a toda velocidad para intentar formar la escapada del día con éxito.
Eso, hasta que el pelotón dio el visto bueno cuando un grupo de cinco corredores formado por Van Aert, Marc Soler, Quentin Pacher, Lecerf y Hollmann se marchó por delante. Todavía hubo más contraataques como el del italiano De Marchi, pero todos infructuosos.
La escapada caminó y se pasó el día con unos cinco minutos de adelanto con respecto al pelotón. Con la llegada del encadenado con tres puertos finales, la carrera se endureció en la pelea por la etapa, y antes de la última subida de la jornada al Alto de Mougás, Van Aert aprovechó un momento en el que sus rivales cogían bidones para soltar un duro ataque.
Pacher fue el único capaz de seguirle, y se pegó a su rueda en una ascensión que superó a duras penas. El desenlace estaba llamado a una victoria de Van Aert en un sprint entre los dos, y ahí el belga no falló. Ni siquiera hubo sprint. Pacher claudicó muy pronto y Wout pudo celebrar con tranquilidad su tercer triunfo en el año de su debut en La Vuelta.
Los favoritos se reservan
Después de días intensos de lucha entre los grandes favoritos, en esta décima jornada se dieron una pequeña tregua velando armas para lo que está por venir. El día después de la jornada de descanso siempre es traicionero, y ninguno quiso destapar sus cartas antes de tiempo.
Aunque había terreno para haber hecho daño y tratar de seguir reduciendo las diferencias con Ben O'Connor, Decathlon controló la situación pese a que por momentos Red Bull y hasta Education First quisieron aumentar el ritmo.
En la subida al último puerto del día, donde se esperaba que pudiera haber algún movimiento, nadie probó al líder. O'Connor lo celebró, porque un día más como líder en La Vuelta es un día menos para su triunfo final en Madrid, aunque todavía resta mucha competición y la pelea ni mucho menos ha terminado.